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Ponerse ante una cámara de cine siempre infunde respeto, especialmente si es la primera vez. Y si ese debut se produce en el rodaje de la nueva película de Rodrigo Cortés, para muchos el mejor director español en la actualidad, ese respeto puede llegar a ... convertirse en vértigo. Eso es lo que ha sentido el actor Óscar Saiz Sánchez (Santander, 1981), que ha realizado su primera incursión profesional en la industria del cine en 'Escape', película protagonizada por Mario Casas y en cuyo elenco se cuentan nombres de la talla de Josep María Pou, José García, Blanca Portillo o José Sacristán. Por si fuera poco, el filme cuenta con el afamado director Martin Scorsese (autor de 'Taxi Driver', 'Uno de los nuestros' o 'Shutter Island', entre otros muchos éxitos de la cartelera) como productor ejecutivo. Tras completar su participación durante el rodaje de la película en Madrid, Óscar Saiz -informático de profesión- regresa a Cantabria para retomar su rutina habitual, marcada por la artritis reumatoide que padece desde que era niño. Una barrera que, gracias a un carácter tan dinámico como inquieto, no le ha impedido luchar por sus sueños. El de convertirse en actor ya lo ha conquistado.
-Debuta como actor profesional en 'Escape', la nueva película de Rodrigo Cortés. Vaya manera de comenzar su carrera. ¿Cómo empezó todo?
-Todo empezó en el momento en que me permití cantar delante de los demás hace ya siete años. Tres años después me decidí a apuntarme a clases de canto en Musiquea con Inés Pardo. Siempre había cantado en casa pero no me había atrevido a hacerlo delante de la gente. Después de cuatro años en esta academia una compañera me dijo que se había apuntado a una escuela de cine de Santander y que iba a venir el actor Daniel Diges a dar un curso intensivo sobre musicales. Ahí fue cuando conocí la Escuela de Cine y Televisión de Javier Cifrián, y disfruté mucho del curso. Vi que mis interpretaciones habían gustado y decidí apuntarme al siguiente curso del centro.
-¿Qué le atrajo de la interpretación?
-Para mi ser otras personas es un regalo. Cuando empiezas no te das cuenta, pero con el paso del tiempo descubres que aprendes cosas de los personajes que interpretas. Además, cuando interpretas tienes que poner mucho de ti, es muy exigente y te obliga a implicarte mucho. Es algo duro pero también muy bonito. Mi padre siempre me decía que era muy cómico y muy teatrero y mira, si ahora viviese tendría que reconocerle que tenía toda la razón del mundo. La interpretación te permite vivir otras vidas por un rato, y supongo que eso es lo que me gusta.
-Según dicen los que entienden de este tema, interpretar no consiste en emular o representar a nadie, sino en convertirte en él. ¿Qué retos implica para usted esa transformación?
-Una de las cosas más interesantes e importantes de las que estoy aprendiendo con mi profesor en la escuela, Adrián Alonso, es que esa interpretación tiene que ser de verdad, algo real. No puedes hacer como que estás haciendo de alguien, tienes que conseguir ser ese alguien. Porque no es lo mismo y el público lo va a notar, y en función de si lo consigues o no se lo va a creer o no. Así que si tienes que interpretar al malo tienes que encontrar tu parte mala, y si no la encuentras tienes que bucear y escarbar hasta que consigas conectar con ella. Para eso hay trucos como imaginarte en determinadas situaciones o pensar en algo que te haya llevado hasta ese extremo. El reto es siempre que sea algo creíble. Todo el mundo puede hacer como que está enfadado, pero que sea creíble ya es otra cosa, sobre todo cuando estás empezando.
-De realizar un curso a acabar rodando con Mario Casas bajo las órdenes de un director de la talla de Rodrigo Cortés va un buen trecho. ¿Cómo lo recorrió?
-Es algo curioso porque nunca me lo hubiera imaginado. En la interpretación me ocurre como con la música: cuanto más sé de canto peor creo que lo hago. Y en el caso del cine tienes que sumarle el tema de la implicación. Ha habido días en los que he llegado a casa tocando después de clase, porque para llegar a ciertos sitios tienes que buscar y revolver mucho dentro de ti. Y descubres aspectos que tienes ahí guardados pero de los que no eras casi consciente y que nunca has utilizado para la vida, y eso no es fácil.
-¿Qué ha encontrado en ese proceso?
-Sobre todo inseguridades de todo tipo. A veces barremos la mierda debajo de la alfombra y llega un momento en que descubres que bajo la alfombra hay una montaña y que tropiezas con ella. En este caso ha sido algo voluntario, no me he tenido que tropezar. La he levantado un poco, he buscado ahí y he encontrado algunas cosas que me servían para unos casos y otras que podía emplear en otros. Es un proceso que, como decimos en la escuela, es como una terapia.
-¿En qué sentidos?
-Hay catarsis, hay momentos de explosión y de liberación. Hay veces que terminas tocado, como he dicho antes, y otras en las que no puedes ni terminar. Cuando lo pones todo te pasa eso, y es algo que notas cuando lo haces tú y también cuando lo hacen los compañeros. A nivel de credibilidad y de autenticidad, se nota cuando pasas de puntillas y cuando no.
-En realidad usted a nivel profesional, hasta ahora, era informático. ¿De dónde le viene esa faceta creativa y artística y qué le aporta?
-Como informático siempre he sido muy raro, porque cuando acabo el trabajo me olvido de él y, aunque sea generalizar y tirar de estereotipos, suele ser gente muy metida en ese tema. En mi caso no soy así, siempre he tenido mucha imaginación, me ha gustado escribir y me ha interesado crear historias. Siempre he visto las películas analizando cómo se le habrá ocurrido a esa gente esa historia, por dónde habrá pasado para llegar hasta ahí… Me parece muy interesante pensar cómo se les habrán ocurrido historias como 'Star Wars', porque en realidad no son historias, son auténticos universos.
-¿Cómo surgió la posibilidad de participar en 'Escape'?
-Fue a través de Adrián, mi profesor en la escuela, que me pasó un casting. Buscaban un perfil muy concreto que fuese diferente físicamente. Siempre nos anima a participar y nos dice que hay que perder el miedo a que nos digan que no. Los castings son así, se presenta mucha gente para muy pocos papeles y lo normal es que no te cojan. Fue mi primer casting para una película.
-¿Cómo fue ese proceso?
-En enero mandé un video de presentación que hice en mi casa, unas fotos y un videobook para que vieran algunas de las cosas que había hecho. Un mes después ya me había olvidado, la verdad, pero me enviaron un correo desde la agencia de castings y ya me dijeron que me habían preseleccionado y me desvelaron cuál era la película, porque no lo sabía.
-¿Y después?
-Después me mandaron una separata, que es el guión de una pequeña escena, para que la interpretara y se la enviara. La grabé en la escuela y fue duro porque ahí empecé a sentir de verdad la presión. La envié y me convocaron para una videollamada para hacer una segunda prueba, que fue dura porque aunque era más sencilla también era la primera vez que no actuaba en mi entorno, con la gente de la escuela. Era ante un profesional de la industria que estaba buscando algo concreto que sólo sabía él, pero fue muy bien y mis interpretación le gustó. En ese paso te cambian el estilo, la propuesta, para ver si eres capaz de adaptarte a otros registros. Diez días después me anunciaron que me habían elegido.
-¿Qué sintió cuando supo que iba a participar en una producción de semejantes características?
-Creo que todavía no me lo he creído, así que en aquel momento menos. Se da la circunstancia de que le había ocultado todo a mi madre. Un poco por miedo, otro por querer darle una sorpresa… Y sobre todo para que no me pusiera más nervioso porque me iba a estar preguntando constantemente. En realidad solo lo sabían mis compañeros de la escuela y muy poca gente más. Lo curioso es que cuando me llamaron para decírmelo en marzo mi madre estaba al lado, así que tuve que disimular mucho. Dije que muy bien y que muchas gracias y listo (risas).
-Hay pocas cosas como dar una alegría a una madre... ¿Cuándo se lo dijo?
-La verdad es que ni entonces las tuve todas conmigo, porque pensaba que se podrían arrepentir (más risas). Al final se lo dije en abril. Junté a mi madre, mi hermano y demás familia y les dije que les tenía que contar una cosa. Me tienen miedo porque les puedo salir por cualquier lado. Pensaron de todo: que si me casaba, que si me iba… Cuando les dije que iba a hacer una película pensaron que iba de figurante hasta que les expliqué que iba a ser actor secundario. Alucinaron, claro. Fue muy impactante y emotivo para todos.
-Una vez confirmado como actor del reparto de 'Escape', ¿qué pasos llegaron?
-Entré en contacto con el equipo que hacía la película y empecé a hablar con el departamento de producción y con dirección para organizar temas de logística, del contrato, las tallas para el vestuario… Me convocaron a principios de mayo para ensayar una secuencia con Mario Casas, Rodrigo Cortés y otros compañeros antes del rodaje definitivo. Fue entonces cuando hice la prueba de vestuario, en la que el director y el director de fotografía ven si les cuadraban los modelos que habían propuesto.
-Para alguien que viene del mundo amateur en la interpretación, cuando se encuentra metido en una superproducción, ¿cuáles son los aspectos que más le llaman la atención?
-Una cosa que me ha llamado mucho la atención es la cantidad de piezas y factores que hay que manejar para que algo así salga adelante. Conlleva muchísima planificación, porque es un engranaje muy complejo que tiene que moverse con mucha coordinación, y aún así luego siempre hay imprevistos. Son muchísimas piezas y cualquier fallo puede significar mucho dinero. Es increíble la cantidad de gente y de tareas que hay. En el caso de los actores es fundamental que puedan concentrarse en lo que tienen que hacer y solo en eso. Para eso hay mucha gente a tu alrededor que te ayuda con todo.
-¿Cómo vivió el momento de ponerse ante las cámaras en un contexto así?
-Sientes mucha responsabilidad porque es un proyecto muy grande y hay veces en las que todo el peso de la escena o de la secuencia recae sobre ti. Si en ese momento no lo haces como hay que hacerlo van a cortar y hay que volver a empezar. Eso significa que toda la gente que está a tu alrededor también va a tener que volver a empezar. Decir tus frases y realizar tus acciones en ese momento es un cóctel difícil de asumir, sobre todo para alguien con poca experiencia. Es algo que se nota.
-¿Quedó contento con sus intervenciones en el rodaje?
-Razonablemente. Cuando más cómodo te sientes mientras actúas más auténtica es esa actuación, y yo lo estuve bastante. Aún así veo que hay muchas cosas que mejorar. Estoy aprendiendo un montón y estoy contento porque es mi primera vez, pero no soy de los que se relajan. Creo que hay que aprender y mejorar siempre. La experiencia se nota mucho delante de la cámara.
-En la película participan actores de primer nivel del cine español. ¿A quiénes ha conocido?
-De los actores más conocidos solo he coincidido con Mario Casas y con José García, y su trabajo me ha sorprendido y me ha encantado, me ha parecido brillante y muy difícil. Cuando la gente ve una película muchas veces no es consciente de todo lo que hay detrás, de todas las repeticiones que hay que hacer, en el caso de los actores. Lo tienes que hacer igual de bien en la quinta que en la décima repetición de una escena, y eso es muy difícil. Hay que tener la mente muy entrenada y disciplinada.
-Ahora que conoce la película desde dentro, ¿cómo la definiría?
-La verdad es que no sabría en qué género clasificarla. Es una película digna de ver, eso desde luego, porque al espectador no se le dan las cosas por supuestas, por adelantado. Creo que pasarán por la risa, el desconcierto y el drama. Pero lo que a uno le puede parecer dramático a otro no. Hay mucha ambigüedad y mucho contraste. Es muy interesante.
-¿Qué aspectos cree que tiene esta película para estimular al espectador y hacer que se sienta interpelado o incluso cautivado?
-Si el espectador se deja llevar y hace un ejercicio de sinceridad podría llegar a conectar con el protagonista. La sinópsis ya es pública, así que eso lo puedo contar, porque hay muchas cosas que no y en ese aspecto me debo a la película. El protagonista es una persona que está rota y quiere que le quiten de encima la libertad. Es un personaje apasionante al que algunos verán como un extraterrestre y al que en cambio otros entenderán perfectamente.
-¿Cuánto ha durado su participación en el rodaje?
-Han sido varias jornadas de trabajo en Madrid repartidas en dos tandas.
-¿Cómo fueron esas jornadas?
-Rodábamos durante ocho horas diarias. Todo el plan de rodaje está organizado al milímetro y cada día se sabe lo que se lo que se tiene que rodar aprovechando las localizaciones, los actores presentes y demás. Siempre se busca optimizar todo el proceso. Son muchos departamentos funcionando a la vez sincronizados.
-¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con un director de la talla de Rodrigo Cortés?
-Creo que todavía no soy consciente de lo que ha supuesto porque no tengo con quién compararlo. Pero todo el mundo coincide en lo mismo, en que está considerado como uno de los mejores directores españoles, si no el mejor. Es algo que he podido comprobar porque está pendiente de absolutamente todos los detalles. Es un genio, algo fuera de lo común. Siempre tiene clarísimo lo que quiere y te orienta muy bien para que sepas por dónde quiere ir. Tú puedes llevar una propuesta pero luego él en su cabeza tiene la idea clarísima y lo lleva hacia donde quiere hasta que lo consigue. Supongo que trabajar así es mucho más fácil porque solo tienes que seguir sus indicaciones. También es super exigente, pero entiendo que es normal. Él da mucho y cuida todos los detalles, así que los demás tenemos que intentar estar a su altura. Al principio ha sido difícil porque era mi primera vez y no estaba acostumbrado a nada parecido. Pero al ser él así pronto conectas y todo fluye, y eso es una pasada.
-¿Le dijo aquello de '¡Corten…!' muchas veces?
-Sí, pero es que lo de cortar una toma puede deberse a muchos motivos. Muchas veces es por un error de alguien, pero también puede darse por algo tan sencillo como que el director quiere tener grabada varias versiones de una escena con pequeñas variaciones para luego elegir la que más le convenza. A veces son variaciones por indicaciones suyas y otras porque los actores planteamos algún detalle y si le gusta te dice que sigas por ahí.
-¿Le ofreció alguna valoración sobre sus interpretaciones?
-Sí, el último día que rodé su feedback fue muy bueno. Me quedo con eso, con que me dijo que estaba muy contento y que le había gustado mucho cómo estaba quedando. Que alguien de ese nivel te diga algo así es algo que te anima mucho a seguir.
-¿Y en el caso de Mario Casas?
-Durante el rodaje Mario está muy concentrado y centrado en su trabajo. Lo entiendo perfectamente porque tiene muchas escenas, muchos textos y muchas acciones durante muchos días. Yo intente no molestarle, así que durante el rodaje hemos intercambiado saludos y nos hemos despedido al final de cada día pero poco más. En mi caso también intento estar concentrado y cuando descansaba estaba con el equipo o a veces incluso solo.
-¿Cómo ha sido conocer a una estrella del cine y ver de cerca cómo trabaja?
-Para mi poder aprender viéndole desde dentro en las propias escenas es lo más importante. He aprendido un montón, tanto de Mario como de todos. En su caso destaca porque es alguien que tiene mucha experiencia y se nota en todo, desde cómo interpreta las indicaciones del director, que las cogía al vuelo, a cómo siempre sabe lo que tiene que hacer. Domina mucho la parte técnica del actor, detalles como la forma en que se gira y da la espalda a la cámara, que nunca hay que tapar, o realizar el giro de una determinada manera, o cargar el peso sobre una pierna o la otra… En estos días de rodaje con él he podido aprender mucho de todos esos aspectos.
-¿Cuándo se va a poder ver la película?
-Todavía no lo sabemos y eso es algo que tengo que aprender a gestionar, la espera. Porque tengo muchas ganas de ver el resultado.
-Volviendo la vista atrás, ¿cuál cree que fue la clave para que llegara esta oportunidad?
-Hay que permitírselo. Es lo más importante de esto que está pasando. Si no te permites ciertas cosas nunca te van a venir, o te van a venir y las vas a vivir mal, desde el miedo. En mi caso voy paso a paso y ahora me ha venido esto. Lo que tengo claro es que si ha ocurrido es porque aquel día me permití cantar en público. Tenía mucho miedo pero me gustó y fue la semilla que hizo que después viniera todo lo demás. En ese sentido siempre hago un símil con la alfombra roja, que en este caso además viene a cuento: cuando algo es para ti, la vida te pone la alfombra roja. Y entonces estás obligado a atravesarla.
-Usted está en ello…
Sí, yo ahora mismo la estoy pisando. No sé dónde me va a llevar ni me importa. Se trata de disfrutarlo. Y de hecho creo que cuando llega el momento estamos obligados a disfrutarlo. No sé si esto va a ser flor de un día o algo más, pero ahora no me preocupa. Ahora se trata de disfrutarlo y es lo que estoy haciendo.
-Por último, en una sociedad tan tecnológica, en muchos casos tan fría y difusa, en la que todo va tan rápido… ¿Por qué son importantes la cultura y la creatividad?
-La cultura y el arte te dan libertad. Para mi son transformadores. Lo han sido y lo están siendo. En este caso desde dentro, pero consumiéndolos y estando en contacto con ellos también lo son. Creo que te dotan de más recursos para afrontar mejor tu día a día, te abren mundos nuevos. Por eso digo que te dan libertad, y es muy importante ganar en libertad. A veces nos pensamos que somos libres pero no lo somos tanto. En mi caso es lo que más me llena. Yo empecé por el canto y después llegó la interpretación. Es un proceso normal porque en el fondo cantar también es interpretar. En el caso del canto me di cuenta de que interpretar te ayuda vocalmente, hace que cantes mejor y que tu actuación sea más intensa, más real. No es lo mismo cantar estando quieto y sin gesticular que moviéndote y expresando emociones, no tiene nada que ver, vas a llegar mucho más al público. Desde que lo descubrí han sido cosas que me han llenado mucho, tanto subirme al escenario como ponerme delante de la cámara.
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