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La presentación ayer en la capital del Besaya de la 'Antología poética' de Aquilino Ceballos (Torrelavega, 1940), un volumen editado por Septentrión, pone de actualidad la obra de un poeta y dramaturgo que irradia verdad y espiritualidad por los cuatro costados. Hace tiempo que ... este autor cántabro vive su propio confinamiento personal sin perder su afán por la lectura, por la literatura y por escribir. Gran conservador, observador de la actualidad, culto y con un gran sentido del humor, reconoce que contemplar toda su poesía reunida en un libro es para él como «volver a vivir la vida». «Entender que la vida se renueva todos los días y que las cosas, a lo largo del tiempo tienen muchas interpretaciones aunque se utilicen las mismas palabras».
A él la inspiración le llegó hace mucho tiempo tanto que no recuerda casi ni cuando comenzó a poner en papel todo aquello que sentía. «Para mí la poesía ha sido una salida. Una válvula de escape y la mejor forma que conozco para buscar la belleza de las palabras». Y así, aunque siempre ha escrito, «en un momento determinado me di cuenta de que tenía mucha obra y que de ahí podía salir un libro. Así que llamé a un amigo, Enrique Ferrer Casamitjana, para que me diera una perspectiva exterior y así es como publiqué el primer libro: 'Poemas desde Cantabria'». A partir de ahí siguieron un buen número de obras como 'Losa musgo verde', 'Al raso de la noche', 'El tiempo último, el tiempo de espera' entre otros. «Lo más curioso-asegura- es lo diferentes que son unos de otros. Hay una poesía distinta en cada uno». Si bien, reconoce que Cantabria está bien presente en todos ellos. «Cantabria es un decorado que me rodea constantemente. Me inspira y me emociona», indica, junto a otros aspectos más personales que asoman por sus versos, «temas más íntimos donde he tratado de dar respuesta a preguntas que no la tenían en ese momento, al tiempo que he buscado exteriorizar emociones hasta donde he podido».
Pero además de poeta, Aquilino Ceballos es autor de un buen número de obras de teatro, dos de las cuales recibieron en su día el Premio Ricardo López Aranda. Por eso no tiene muy claro si quiere más a la poesía o al teatro. «Confieso que el teatro me deslumbró. Porque aunque no sean textos tan bellos como la poesía, está arropados por luces, decorados, efectos especiales, expresiones corporales... y todo eso crea también crea una magia que, como espectáculo, me llena más».
la poesía
Algunas de esas dramaturgías ya se han pasado por un escenario como '«Libertad... Libertad... Libertad...' (1984), estrenada en el Paraninfo de la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP); 'La monja durmiente' (1985); 'Boceto y muerte de una ceremonia' (1986); 'Senda (Poemario a los gitanos)' (1989), su única obra en verso o 'El mundo de Manuel Llano', estrenada en el Palacio de Festivales en Santander. Pero aún tiene otras obras inéditas que espera que puedan llevarse a las tablas.
Y, aunque no le guste mucho la palabra, Aquilino Ceballos también ha 'coqueteado' con la música y compuesto piezas como 'Mi tierra', canción grabada por el dúo Adolfo y Ramón del grupo de folk Atlántica y la Coral de Cóbreces y que también interpreta Nando Agüeros. «No se puede decir coquetear porque lo hice de corazón -corrige-. Nunca he tenido idea de hacer una carrera musical. Estuve en casa de Nobel Sábano, que pasó el texto a una partitura, y me dijo que mi canción 'Tierra' no tenía ningún fallo técnico cosa que me llena de orgullo».
torrelavega
Y siempre presume de Torrelavega. «Tengo que reconocer que aquí siempre ha habido y sigue habiendo un flujo cultural muy fuerte. Hay nombres señeros que han hecho una poesía importante. De hecho, en un libro que me presentó en la Casa de Cultura Leopoldo Rodríguez Alcalde dijo que en Torrelavega había un movimiento que estuvo un poco dormido a raíz de la Guerra Civil, pero que después llevó a la ciudad a un puesto muy alto». Por eso, sí se le pregunta por los poetas de la actualidad que más sigue o le gustan, la amplia lista -pues sigue siendo un gran lector- está encabezada por poetas de Torrelavega como Carlos Alcorta y Rafael Fombellida. Aunque está convencido de que «las nuevas corrientes seguramente serán maravillosas y aportarán frescura al mismo tiempo que una nueva visión de la poesía».
el teatro
Pero en tan larga trayectoria también ha habido momentos para la decepción. «Yo pensaba que en un sitio tan reducido y tan ecléctico como Cantabria, los poetas íbamos a estar más arropados unos con otros e íbamos a hacer grandes amigos. Pero me he encontrado con gente que no quería ni permitía que alguien ocupara su lugar y que ya tenía muy cerrado su grupo de cúspides y de importantes».
Por último, reclama la poesía como un acto de «intimidad, cierta soledad y recogimiento. El que quiera crear no puede estar de cafetería en cafetería, de pub en pub y de discoteca en discoteca», asegura.
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