Diego Doncel: «La poesía del siglo XX despreció al lector, la del XXI tiene que mimarlo»

Diego Doncel dedica 'La fragilidad' a su padre. Todos los versos están escritos tras su muerte, pero también son una lección de vida. «Me da la impresión que durante el siglo XX, la poesía estuvo demasiado enfocada al dolor por el dolor. Al nihilismo, incluso, y durante ese pasado siglo se crearon espacios en los que la poesía era un reducto para iniciados. Y a mí me parece que la poesía del sigo XXI tiene que romper con todos esos moldes», señala este poeta que en 1991 también recibió el Premio Adonais con la obra 'El único umbral'.

Y es que, en su opinión, la poesía del siglo XXI tiene que «acompañarte» «ser una lucha por la vida» y, sobre todo, «por la dignidad del hombre».

También cree que «hasta cierto punto la poesía del pasado siglo despreció al lector y yo creo que la poesía del siglo XXI tiene que mimarlo y darle libros en los que uno se juegue un poco la vida y no cualquier cosa».

En su caso, 'La fragilidad', que nació de una circunstancia biográficamente muy fuerte como fue la pérdida de su padre, el poema le ha servido para crear «un espacio de dolor que se convierte en un espacio de vida», tal y como señala. Y hace especial hincapié en una cuestión que es importante para él y que es la memoria. «Creo que este libro está lleno de vida porque está lleno de memoria. De memoria personal, de amor y de momentos en los que mi padre ya no está, pero continúa estando, porque en el fondo es una conversación, sigue siendo una conversación. Lo importante es que seguimos hablando siempre con las personas que amamos aunque no estén delante».

Sobre la poesía y su conexión con la gente en comparación con otros géneros, como la narrativa o el ensayo, el poeta señala que «no se debe caer en la estética del consumo». Siente cierta preocupación por que el hecho de publicar quite autenticidad a lo que se escribe. Él más bien es partidario de que se mantengan espacios «que conecten con nosotros, pero que no sean de mercado» y pone un símil que aclara esta idea: «La poesía debe seguir siendo ese pequeño hotel en el que nos refugiamos, pero que está fuera de los circuitos turísticos más populares. Es esa casita que conocemos unos cuentos y a la que podemos ir a refugiarnos tranquilamente y a gozar de lo que es la vida, alejada de esa característica que prima en nuestro tiempo y que es la rapidez de consumir y olvidar. La poesía es ese lugar que es inolvidable».

En estos momentos está escribiendo una novela. Será la cuarta que publique -la última, 'En el tiempo de la infamia' fue galardonada con el premio Café Gijón- «y así me oxigeno del género de la poesía», asegura.

Escribir esta nueva novela, que ya viene preparando desde hace años, le sirve también «para ir pensando tranquilamente mi próximo libro de poemas. Se trata de un libro con el que ya llevo bastante tiempo, pero me viene bien ahora darle los últimos toques precisamente porque 'La fragilidad' está funcionando bastante bien con críticas bastante elogiosas y eso abruma un poco y me necesito coger distancia, me viene bien», asegura.

Y es que además cree que en literatura es muy sano «guardar siempre las distancias y tomarse las cosas con un poco de calma. Precisamente por lo que te decía antes, por no estar lanzando productos al lector por lanzar».

Diego Doncel pasó a formar parte del palmarés del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, patrocinadora del ciclo, en un año marcado por el covid. De 'La fragilidad' el jurado destacó que «confiere una voz profunda con una cosmovisión personal singular y propia que expone una teoría de la vida y que humaniza su dicción al mostrarnos el espectáculo que la civilización actual rehuye y no quiere ver, el dolor y la muerte».