«Político es cualquiera que grite más que otro»

'Esquilo' nació de la lectura de dos textos. De un lado, 'El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música', de Nietzsche y, de otro lado, 'La muerte de la tragedia', de George Steiner. Ambos libros le permitieron construir un discurso, monólogo, reflexión o show sobre la tragedia griega vista por los ojos de un actor cómico español. Una investigación que le deja una reflexión: «Los griegos eran muy sabios, se las sabían todas». Sus tragedias reflejan una concepción del mundo muy ligada a la conexión de la vida con la naturaleza. «El bien y el mal para los griegos forma parte de un mismo proceso de evolución y conocimiento del ser humano, para nosotros son dos cosas desconectadas y contrarias», señala.

En este nuevo espectáculo utiliza referencias a la cultura o la política actual para explicar el contenido de la tragedia. Y es que para este cómico, la tragedia y la comedia son visiones del mundo que no tienen por qué ser antagónicas. «El mundo se puede ver en ocasiones con humor y en otras como algo terrible. La tragedia es una actitud hacia la desgracias que no tiene que ser terrible», aclara este actor.

«La política es la política» responde cuando tiene que decidir si tiene más de comedia o de tragedia. Y aclara que los conflictos y luchas de intereses, bandos y partidos «no es algo nuevo, ya existía en Grecia». Para este cómico, la política es un arte, incluso una ciencia. Y en política, como en arte, «hay que tener temple y moderación. Ningún artista puede crear en un estado de rabieta o pelea», explica. «Puedes teatralizar la pelea o un grito. Por ejemplo, Picasso pinta el 'Guernica', una gran tragedia sobre su visión del caos, la destrucción y la violencia. Y lo pinta desde un estado de serenidad, porque es la única forma de que salga bien». Sin embargo, 'El Brujo' entiende que los políticos no adoptan esa actitud serena. «Si fueran serios no estarían tan enganchados a la discusión, la excitación, el insulto y la descalificación. Es terrible, es un síntoma de infantilismo y mediocridad. Los políticos deberían ofrecer argumentos, alternativas y estudiar las situaciones, con el mismo ingenio y talento que un científico estudia el cáncer o las flores o que un artista crea un cuadro. Es la forma de adquirir un vuelo respetable. Hoy político es cualquiera que grite más que otro», afirma.

'El Brujo' ha sido 'El Quijote' y 'El Lazarillo de Tormes' y ha interpretado textos de Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz. «El teatro clásico me gusta mucho porque reflexiona sobre los valores del espíritu», indica quien reconoce que la vida espiritual «vuelve a estar de moda». Lamenta la desconexión que hubo años atrás con el mundo de los valores espirituales, «cuando se daba más importancia a lo físico y material. Es una pena porque el arte y la filosofía están muy conectados con el mundo espiritual», dice quien defiende a los clásicos y los místicos frente a lo contemporáneo.

Recientemente descubrió el yoga, una disciplina que le aporta serenidad, control, salud, paz... «El yoga se utiliza desde hace miles de años en la India para elevar la calidad de vida de los seres humanos y lograr que conecten con la vida con mayúsculas», explica.

Este actor, que lleva más de cincuenta años sobre los escenarios, iba para abogado y acabó subido a un escenario. De todos los personajes que ha interpretado en su vida no se decanta por ninguno, son todos iguales, porque piensa que «en última instancia, todos son yo. No me esfuerzo por aparentar que soy un personaje, sino que soy yo mismo». «Voy directo y mi personaje es 'El Brujo'». Entonces, ¿quién es Rafael Álvarez? «Yo, la persona que ahora habla contigo», responde.

Tiene proyectos entre manos, pero reconoce que ahora está muy volcado en la gira de 'Esquilo'. Del teatro ha aprendido muchas cosas, pero sobre todo «a tener paciencia, incluso con uno mismo cuando las cosas no salen bien a la primera. También he aprendido a ser agradecido con el público». El teatro le ha dado también muchas satisfacciones «porque he trabajado con gozo y placer». Nunca se ha planteado la pregunta de si volvería a ser actor si volviera a empezar. No lo sabe. Lo que tiene claro es que no volvería a estudiar Derecho.

Si pudiera hablar con el Rafael Álvarez que se subió por primera vez a un escenario le diría «que aguante, que ya queda menos». Y la clave de su éxito, algo sobre lo que ha pensado mucho a lo largo de su vida, reside en la frase que ya dijo en su día Fernando Fernán Gómez: «El éxito tiene mucho que ver con hacer aquello que nace de lo más profundo de uno mismo. Es la clave del éxito y también la que te lleva a los grandes fracasos. Esa conexión con tu fuerza interior en un momento determinado te conduce a un batacazo y en otras al éxito, pero precisamente eso es lo que merece realmente la pena».