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Alexia Luiña, nueva directora de la Biblioteca Central de Cantabria. Roberto Ruiz
«Nuestro principal reto en la Biblioteca es que disminuya la brecha digital»
Alexia Luiña, directora de la Biblioteca Central de Cantabria

«Nuestro principal reto en la Biblioteca es que disminuya la brecha digital»

Alexia Luiña, nueva directora de la Biblioteca Central, afirma que esta institución está «siempre en proceso de cambios a la par de los que se suceden en la sociedad»

Rosa Ruiz

Santander

Domingo, 3 de marzo 2019

La primera vez que Alexia Luiña (Ribadeo, Lugo, 1984) visitó las instalaciones de la Biblioteca Central de Cantabria lo hizo con los ojos de una usuaria. «Aún no había tomado posesión como directora y me di una vuelta por las salas. Me fui con una impresión muy buena porque percibí que estaba en un edificio moderno y vivo. Un espacio que comparten personas de todas las edades», señala.

Apenas lleva unas semanas en la dirección de este centro del Gobierno regional y como bien señala aún está aterrizando, conociendo el funcionamiento, los servicios y las colecciones. Pero ya tiene claro que uno de los principales retos a los que se enfrentará en su nuevo cargo será conseguir que los usuarios que aún no están familiarizados con las nuevas herramientas digitales puedan adaptarse a los nuevos tiempos y encontrar las ventajas en los nuevos formatos. «Nuestro reto es ayudarles y lograr que disminuya esa brecha digital», señala.

«En el último año se duplicaron el número de préstamos digitales, un servicio que alcanzó la cifra de 6.195. Más o menos creo que estamos al mismo nivel que el resto de las bibliotecas del país. Pero evidentemente no se pueden comparar los datos de los préstamos digitales con los de papel, que alcanzan la cifra de unos 130.000 al año».

«Por aquí pasan mil personas al día y no debemos perder esa faceta de ser un lugar de encuentro»

También hay que tener en cuenta, asegura la nueva directora, que la colección digital es «muchísimo más pequeña» que la de papel y que «el servicio es menos conocido. Por eso desde aquí debemos de poner todo nuestro empeño en darlo a conocer y ampliar las colecciones que ofrecemos a través de la plataforma digital», añade.

Ahora mismo, según explica, «somos un espacio de encuentro ciudadano, que es otra de las tendencias de las bibliotecas en la actualidad, Por aquí pasan unas mil personas al día. Cuando nos adaptemos del todo al mundo digital no debemos olvidar que tenemos esa vertiente tan importante que es la de ser un lugar de encuentro y de cohesión social con la comunidad que atendemos. No podemos dejar esa parte de humanidad que nosotros tenemos y que no nos aporta el mundo digital. No sólo como espacio de estudio e investigación, también como lugar de ocio sin olvidarnos, por su puesto, que como biblioteca dependiente del Gobierno de Cantabria, tenemos la obligación de conservar y difundir el patrimonio bibliográfico». Una de las actividades que destaca de la Biblioteca Central de Cantabria, más allá de la relacionada con los libros son las exposiciones. «Tengo que reconocer que me sorprendió la parte expositiva que aquí es muy potente y viene a ser un ejemplo de nuestra vocación, la de ser una pantalla en la que se proyecten otras áreas de cultura», relata.

Función social

La nueva directora estudió bachillerato por la rama de Ciencias, sin embargo desde bien pequeña visitaba la biblioteca de su ciudad, Lugo, con su padre. «Me llamaba muchísimo la atención el catálogo de fichas que se utilizaban y que luego, en verdad, no he llegado a usar nunca, pero por entonces jugaba a eso e hice mis propias fichas y tejuelos», explica. Con los años se dio cuenta de que convertirse en bibliotecaria le iba a permitir «aprender mucho, al estar en contacto con los libros. Pero lo que realmente me pareció interesante de este oficio es que tiene una función social importante. Creo que las bibliotecas acogen a todo el mundo, independientemente de su condición o edad y, sobre todo, permiten aprender de forma libre y sin juzgar. Las bibliotecas son de los pocos espacios públicos, por no decir los únicos, en los que siempre hay algo para todo el mundo, independientemente de sus intereses».

Antes de llegar a Santander trabajó en la Biblioteca de Santiago de Compostela, en la de Vigo y también organizó el archivo de la Cofradía de Burela, un municipio muy ligado al mar. Sus primeros objetivos, en relación a su nuevo puesto, están relacionados con el personal. «Tenía muy claro antes de venir que tenemos que estar todos muy a gusto. Somos muchos y todos aportamos aunque yo sea la cara más visible. Hay muchas personas que trabajan atendiendo al público. Su trabajo es esencial porque es lo primero con lo que se encuentran los usuarios y, por lo tanto, las primeras personas en detectar cuales son las necesidades, pero también hay un número importante de personal técnico cuyo función es igual de esencial. Creo que si todos trabajamos juntos redundará en un mejor servicio».

¿Y tienen futuro las bibliotecas cuando se rompa por fin esa barrera digital? «Por supuesto, claro que sí. Nos adaptaremos a los nuevos tiempos como hemos hecho a lo largo de la Historia. Lo que cambiará serán los usuarios y las colecciones y nosotros los bibliotecarios tenemos que estar atentos a sus necesidades para dar la mejor respuesta».

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