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Dice el refrán que antes de fraile hay que ser monaguillo, y la trayectoria creativa y profesional de la directora Leticia Tonos es un perfecto ejemplo de ello. La realizadora dominicana, que antes de llegar a la dirección pasó por todas las áreas de las ... producciones cinematográficas, vivió el pasado viernes el estreno mundial su última película, 'Mis 500 locos', en la Semana Internacional de Cine de Santander (SICS). No pudo asistir por complicaciones derivadas de la crisis sanitaria, pero dejó claro que se ha convertido en uno de los grandes exponentes de la nueva hornada de cineastas de República Dominicana, país invitado en esta edición del certamen.
-Acaba de vivir el estreno mundial de 'Mis 500 locos' para abrir la SICS. ¿Cómo se siente?
-En medio de esta crisis mundial me llegó esta noticia, que es maravillosa. Al principio hasta me costaba creérmela, porque este año ha sido muy difícil para la película. En estas circunstancias no podía desear una noticia mejor. Estoy muy emocionada. El festival me parece una estructura maravillosa, con un potencial increíble, así que estoy contentísima.
-Iba usted a participar en el encuentro y finalmente no ha podido venir.
-Sí, se me complicó porque ahora hay que pensárselo mucho para los viajes. Tenía unos proyectos caminando acá y cuando puse todo en la balanza tomé la decisión con todo el dolor. Pero con el alma estoy allá. Además, el cine dominicano está maravillosamente representado por la fantástica selección de películas que han realizado los organizadores del festival.
-¿Qué historia narra su nueva película?
-Se desarrolla en la década de los 50 del pasado siglo, durante la década más cruel de la dictadura trujillista. Es una película biográfica centrada en la persona del doctor Antonio Zaglul, que tras finalizar sus estudios de psiquiatría en España regresa a República Dominicana y se encuentra con esta sociedad oprimida por la dictadura, pero al mismo tiempo se ve obligado a jugar el juego para salvaguardar su vida. Este doctor humanista logró defender a 'sus locos', como él los llamaba, a pesar de todos los prejuicios que existían no solo en el régimen, sino en los mismos enfermeros que atienden el centro. Hay una frase que me canta, que dice «el problema son los cuerdos, no los locos», y por eso él se enfrenta.
-¿Por qué escogió esta historia?
-Me atrevería a decir que fue la historia la que me buscó a mí. El proyecto llevaba más de 10 años desarrollándose por la compañía Nuevo Mundo Films; había dado bastantes vueltas y yo pude conocerla en sus inicios y por azares del destino volvió a mí. Cuando vi cómo estaba diseñada la historia me enamoré y acepté el proyecto. Dos años después ya estaba la película rodada.
-El cine de su país ha crecido y evolucionado enormemente en los últimos años. ¿Cómo ha sido esa evolución?
-La verdad es que no me puedo quejar. Vengo de la generación analógica y empecé a hacer cine en celuloide, cuando todavía no teníamos Ley de Cine acá, y en aquella época había que hacer de todo un poco. El haber vivido en primera fila toda esta evolución casi cuántica, en la que en un periodo de apenas 10 años la industria se ha formalizado, se ha digitalizado, el monstruo de la distribución, como yo lo llamo, se ha vuelto más feroz... me hace sentirme muy afortunada.
-Ha sido un crecimiento tanto cuantitativo como cualitativo...
-Sí, nuestra industria ha crecido no solo en cantidad de propuestas sino en la calidad de las mismas. Nuestras películas ya participan regularmente en los principales festivales de cine a nivel internacional, como Sundance, Tribeca o Toronto.
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