«Ahora soy como todos, mi principito dentro de nuestro pequeño mundo»
La Cultura desde dentro ·
El creador de Reinosa ve el presente como «reflexión, aviso, cámara lenta» y, después, habrá que «apreciar más las pequeñas cosas» Nacho Zubelzu ArtistaSecciones
Servicios
Destacamos
La Cultura desde dentro ·
El creador de Reinosa ve el presente como «reflexión, aviso, cámara lenta» y, después, habrá que «apreciar más las pequeñas cosas» Nacho Zubelzu Artista-¿Cómo afronta el confinamiento un artista vinculado a la naturaleza, de trashumancia, que empatiza con el entorno?
-Con optimismo, disciplina, responsabilidad y paciencia. Premisas que aprendí en esa relación mía con el mundo nómada y trashumante. Para combatir las dificultades, hay que buscar ... los recursos a nuestro alcance y tomar principios naturalistas: «tras el invierno vendrá la primavera».
-Todo augura a que la crisis será cruel con el mundo del arte. ¿Qué panorama vislumbra?
- Sí, el mundo del arte es un barómetro de la sociedad y del tiempo que le toca vivir. Por ello, salvo en raras ocasiones, han tenido que luchar por tener visibilidad en el mundo. El arte, a lo largo de la historia, desde las antorchas de Altamira hasta nuestros días con Internet, siempre ha ido paralelo al hombre. Ahora no va a ser menos. Vuelvo a la naturaleza y a la poesía «Volverán los oscuras golondrinas».
-En su agenda estaban en perspectiva varios compromisos. ¿Ha cambiado ya sus prioridades?
-No, las prioridades se mantienen firmes con más ilusión que nunca. Sin embargo, lo que quizás puede cambiar, según se vaya desarrollando esta situación, son los tiempos. De dos compromisos inmediatos uno he podido cumplirlo 'in extremis' y las piezas ya están en Noruega. El otro, una obra de más de 5 metros para el Hotel Room Mate de Roma, está en el estudio. Los viajes volverán, ahora es momento de ralentizar las constantes vitales y acelerar las emociones.
-Describa su día de encierro...
-Hay una copla campurriana que dice: «La vida que yo hago es fácil de saber, es una vida tranquila pues vivo con mi mujer». Eso resume todo. Sigo trabajando, dibujo, vivo y doy de comer a las gallinas. Ahora soy como todos, mi principito dentro de nuestro pequeño mundo. En el encierro, las grietas del suelo son como barrancos, los tiestos reservas naturales y las alfombras inmensas estepas. Soñad.
-Muchas voces creen que los artistas van a parir señales y reflexiones sobre lo que nos pasa ahora. ¿Está de acuerdo?
-Los artistas, más que parir señales (como cualquier mamífero), tienen la cualidad de captar y analizar esas señales primero que otros colectivos humanos, además de ser más intuitivos en sus reflexiones.
-Ahora se habla de héroes y tumbas. ¿Cree que hay aprendizaje y revelaciones, o lo olvidaremos todo cuanto pongamos un pie en la calle?
-Esta es la Tercera Guerra Mundial contra un enemigo invisible. ¿Aprendimos algo de las otras dos? Todo se olvida. La solidaridad se va diluyendo con el tiempo, como el lodo con el agua.
En datos. (Reinosa 1966). Ha expuesto en China, Argentina, Chile e Italia, entre otros países. Y en ferias y espacios locales y nacionales. Su creación abarca del dibujo a la instalación. En perspectiva dos exposiciones en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid y en el Castillo de Argüeso.
-¿Cómo definiría esta situación?
-Como un momento de reflexión, como un aviso, una cámara lenta. También la veo como un castigo, una pena que la humanidad tiene que pagar por el trato dado al planeta. Por otra parte, será una purga mental y descanso medioambiental.
-Hay quien piensa que el arte es superfluo ahora. ¿Cómo convencer de lo contrario?
-Ni ahora ni nunca. ¿Superfluo? Es imprescindible. El hombre necesita emocionarse, bailar, reir, sentir, cantar.... No concibo un mundo sin arte, sin pintura, sin improvisación, música, poesía..... Entonces, si desaparecería el planeta. Lo imprescindible no existe sin el equilibrio.
-Se busca un himno..., ¿qué materiales y expresión artística ha imaginado frente a la crisis?
-Como en cualquier otro ámbito de la sociedad, ante esta crisis, el arte debe buscar los recursos más próximos. Quizá, en el artista el ingenio sea su mayor recurso, con él las herramientas y los materiales fluyen por sí solos. Y si no siempre nos quedarán los sueños pues quien puede soñar es un creador capaz de ilusionar y emocionar. Mi pequeño grano de arena para hacer llegar a los demás son las ventanas a la naturaleza que abro cada día en las redes sociales, a partir de la exposición 'Miradas y Resistencias' del Museo de Ciencias Naturales.
-Lavarse las manos tendrá ya otro significado. ¿Cree que muchos actos cotidianos tendrán desde ahora una connotación más ceremonial?
-El pasaje bíblico de Pilatos está siendo muy recurrente. Yo lanzaría otro también vinculado al agua: «Hay que mojarse».
-¿Cuántas veces ha pensado que la pandemia es un ajuste de la naturaleza?
-Lo he pensado muchas veces y desde un principio. Ha sido necesaria esta desgracia global y humanitaria para paralizar y dar un respiro a un planeta estresado y enfermo. Este virus está consiguiendo lo que no han logrado las múltiples reuniones del G8, ni siquiera nuestra buena voluntad de cuidar el medioambiente, que en muchas ocasiones no pasaba sino por reciclar sólo un poco más. El virus ha atacado al planeta, no sólo fisiológicamente, sino también al modo de vida de sus habitantes, al raciocinio, a la moralidad y a la ética. Todo ello nos tiene que hacer reflexionar: el hombre es más insignificante e indefenso de lo que cree. Los límites y las fronteras no tienen sentido. La adversidad nos hace iguales. Los futbolistas no son imprescindibles.
-¿Desde su ventana qué dibuja?
- Pienso. Cuando dibujo, dibujo sueños, viajes y añoro la naturaleza. Mucho con la imaginación y no con la alucinación (como los políticos).
-Usted ha colaborado con artistas de China. ¿La mayor instalación ahora es la esperanza?
-Sí, he trabajado en dos proyectos en China y por ello conozco un poco esa cultura. Debemos tomar nota del pueblo chino y además de esperanza, hace falta tesón, disciplina, organización, trabajo y unión.
-¿El mayor virus seguirá siendo la estupidez y la banalidad?
-Después todo esto, habrá que pensar que tenemos que apreciar más las pequeñas cosas y que las prisas no son buenas.
-Confiese.... ¡a que está deseando volver a enterrarse en una de sus performance!
-Si, ahora más que nunca estoy deseando sembrarme de nuevo en cualquier lugar abonado de libros mientras suena un violín, para decir al mundo que la vida no puede parar. Su ritmo tiene que ser el respeto a la naturaleza y a la memoria sin abandonar la creatividad y las humanidades.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.