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Laia Santanach
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Laia Santanach
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo inaugura hoy, miércoles, su ciclo 'Escénicas en el Casyc' con el espectáculo 'Tradere' de la compañía Laia Santanach. Se trata ... de una propuesta de danza contemporánea y música electrónica en vivo que investiga sobre la práctica de aquellas tradiciones occidentales que sacrifican el cuerpo por estima, creencia y tradición o para formar parte de una comunidad normalmente durante las celebraciones festivas. Laia Santanach es coreógrafa, bailarina y pedagoga, y desde 2016, dirige su propia compañía con su mismo nombre, con la cual ha creado varias piezas. La que la trae a Santander tendrá lugar a las 20.00 horas, en el Teatro Casyc, con entrada gratuita, si bien es necesario recogar la invitación desde dos antes antes en el mismo teatro.
¿Qué significa para la danza que se ofrezca su espectáculo en el marco de una Universidad?
-Un privilegio, la verdad, y por su puesto algo maravilloso para la danza. Es más, con la experiencia que tengo como docente, he constatado que todos los universitarios lo agradecen porque hay muchísimas carreras que también tienen que ver con la reflexión. A día de hoy, que nos estamos cuestionando y poniendo en duda todo tipo de materias, la danza puede ayudar a reflexionar y aportar otro punto de vista. Con lo cual nos parece un privilegio poder estar en Santander en un foro tan importante y en este contexto aunque nosotros ya hemos tenido la posibilidad de actuar en la Autónoma de Barcelona.
-En el espectáculo que le trae a Santander, 'Tradere', aborda esas fiestas tradicionales en las que el cuerpo se convierte en una herramienta de exposición. ¿Es una denuncia?
-Más que denunciar, este espectáculo es una reflexión y la puesta en escena de la investigación que hemos realizado en busca de estas prácticas por las fiestas. A mí me interesan mucho las prácticas colectivas, aquellas que hacen crear una comunidad y que nos identifican con un territorio. En este espectáculo me he basado en las fiestas tradicionales en las que se pone el cuerpo en relieve en busca de una reflexión del por qué continúan celebrándose. Pero en ningún caso como denuncia o crítica, si no como una reflexión.
-¿A qué tipo de prácticas se refiere?
-En nuestros espectáculos siempre trabajamos en un concepto que es el sincretismo y este tiene que ver en hacer una simbiosis entre muchas de esas prácticas durante las fiestas populares que el público puede ver y participar. Por ponerte algún ejemplo, nos hemos basado en el Festival del Queso Rodante de Inglaterra, en el que se lanza un queso por una pendiente muy pronunciada y la gente corre tras él o el del Colacho que tiene lugar en Castrillo de Murcia, un pueblo de Burgos, y en el que se acuesta en el suelo a bebés y algunos hombres vestidos de demonios saltan encima.
-¿Todavía quedan muchas prácticas de ese tipo o son casos aislados?
-Quedan y hay muchas referencias a ellas en 'Tradere' como las procesiones de Semana Santa en las que los penitentes se golpean el cuerpo o ese juego que se lleva a cabo en varios lugares de España en el que hay un grupo de gente en fila alguien dice un número y se salta encima. O, en mi tierra los castells.
-¿Han encontrado alguna práctica de este tipo en Cantabria?
-Nos llamó mucho la atención La Vijanera de Silió y hemos incluido un personaje inspirado en esa fiesta que va vestido como un peludo.
-¿Al final que fue lo que descubrió con esa investigación?
-No sé si lo he descubierto a raíz de esto o no, pero sí que hay una cosa que me ronda, que tengo en la cabeza, y que me hace seguir investigado en esta línea para nuevo espectáculo que se llama 'La jarana', y que estrenaremos en octubre en Teatros del Canal, y es que estamos viviendo un momento cada vez más solitario pese a los avances tecnológicos que nos rodean. Si te das cuenta ya no vamos a ningún sitio a solicitar documentación si no que lo hacemos desde casa con lo cual, las facilidades que nos proporciona la tecnología nos llevan también a una vida más solitaria y por eso creo que este tipo de fiestas colectivas son una especie de transformación social, una necesidad vital en la que todo el mundo está incluido. Por lo tanto me parece muy necesario para identificarte, crear comunidad, sentir que formas parte de algo. Pienso que es algo que necesitamos bastante.
-¿Cuándo empezó a pensar en este espectáculo?
-Más o menos en 2018. Se trata de la segunda parte de una trilogía que comenzó con mi anterior trabajo 'ÀER', una revisión del contrapaso, la danza catalana más antigua y me quedé con muchas ganas de ahondar en las prácticas colectivas que, como te explicaba, es algo que me apasiona, en las que ponen el cuerpo humano en riesgo. Empezamos a trabajar en 'Tradere' en 2020 con la creación de una vídeodanza que me ayudó a sacar la esencia de lo que quería hacer. En 2021 hicimos una versión más corta de calle y finalmente estrenamos en 2022 en el Mercat de les Flors en Barcelona. Y en medio estuvimos en varias residencias por todo el mundo.
-En los últimos años se están llevando a cabo importantes trabajos de investigación a través de la danza contemporánea. ¿Está en su mejor momento?
-Siempre estamos en un momento delicado, la danza contemporánea, bueno la danza en general, es una de las disciplinas artísticas escénicas que cuesta más que se programen. Parece que los programadores tienen miedo a incluirla porque siguen teniendo prejuicios a que vaya poco público. A lo mejor es verdad que cuesta arrancar a la gente, pero también es cierto que cuando el público accede a la danza y se acostumbra a verla disfruta muchísimo. Con lo cual, ¿en qué momento está la danza contemporánea? En un momento delicado, pero afortunadamente hay muchísima gente trabajando en ella que le da una bocanada de aire fresco y permite continuar porque es muy necesaria.
-Usted creó su propia compañía. ¿A qué dificultades se enfrentó?
-Soy una persona bastante positiva y creo que las cosas me han ido bastante bien. Fundé la compañía en 2018 para hacer la primera parte de esta trilogía 'ÀER' y tuvimos bastantes actuaciones. Somos una compañía pequeña y hemos estado dos años girando. Y nos ha ido bien, sí, pero también tengo que reconocer que es porque no paramos de trabajar. ni un solo día. Creo firmemente que nuestra propuesta ha gustado mucho y eso ha ayudado a que hayamos hecho tantísimas funciones y tengamos aún muchas por delante, pero creo que la única manera que la danza contemporánea salga adelante realmente es trabajando muchísimo. Y muchísimo es muchísimo.
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Ana del Castillo
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