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Hasta ahora, Sara Fortuna (La Garrovilla/Badajoz/1982) que lleva 16 años trabajando en el mundo audiovisual se ha centrado en la dirección de cortometrajes documentales hasta que el pasado mes de marzo recibió un encargo que la ha llevado a realizar el que ... es su primer filme de ficción: 'Tres Palabras', un corto que se estrenó el pasado sábado en Espinama, donde se rodó el pasado mes de abril, y en el marco del Festival 'Rurales' que se celebra en el mismo pueblo lebaniego. La propuesta llegó de Ruido Interno, compañía que también organiza el festival porque, tal y como destacó su director, Juan Carlos Izquierdo, valoraron «la sensibilidad de esta realizadora para poder sacar adelante el proyecto» y el guión, del periodista y escritor Marcos Díez, la cautivó desde el principio. «Habla de un joven que vive cautivo en una ciudad sin alma, que escribe para olvidar y que de repente recibe una llamada que le lleva hasta Espinama». Ahí, el actor Daniel de la Hoz que interpreta este personaje, se encuentra con un pueblo, una aldea de apenas 80 habitantes en realidad, que sin duda es otro de los protagonistas de 'Tres palabras' «porque el lugar y el tiempo, o mejor dicho la forma de medir el tiempo en este pueblo, unifica toda la historia», comenta la directora.
Y es que Sara Fortuna, que también es una de las fundadoras junto Alberto Matabuena de la productora Ilumina Films, reconoce que, aunque es cierto que hay muchas películas centradas en la vida rural, y que últimamente los pueblos se están quedando vacíos «todavía tienen muchas historias escondidas detrás de una casa, de una calle, de un puente o del río que pasa por debajo. Creo que en los pueblos hay una humanidad que muchas veces se pierde en las ciudades».
Del estreno, en las antiguas escuelas de Espinama, reconoce que el poder ver la sala llena fue algo «emocionantísimo a lo que doy muchísimo valor» y es que la gente del pueblo se volcó con este corto y desde el principió participó activamente en el rodaje. «Antes del estreno muchos de ellos estaban casi más nerviosos que yo y con muchas ganas de verse en pantalla. Eso para mí supuso una doble emoción».
Entre el público no faltó el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón que hace ya medio siglo rodó en este mismo lugar 'Habla mudita' y que fue también uno de los protagonistas en esta edición del festival. «Estuvo muy atento conmigo y tras la proyección del corto tuvo unas palabras que me encantaron porque me dijo que efectivamente el rodó en Espinama su primer largometraje y aunque son dos historias completamente distintas que él hiciera esa relación me emocionó mucho».
La directora señala que hasta ahora se ha sentido muy cómoda dirigiendo documentales, un género que le gusta mucho y cuyos guiones pueden ir cambiando sobre la marcha, y que «la ficción es otra aventura, un nuevo horizonte que hay que agarrar con mucha energía. Tienes que imaginarla en tu cabeza desde el primer momento y cuando lo thas hechos debes buscar la localización, escuchar a los personajes, encontrar en un casting a la mejor persona que los pueda interpretar... Es una labor que me ha gustado mucho porque te hace tener todo el rato la mente activa. Con este encargo, Ruido Interno me ha hecho un gran regalo».
Tras el estreno ya está trabajando en el que será su próximo cortometraje en el que de nuevo pondrá en valor el mundo de los pueblos a través de un documental sobre las escuelas rurales.
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