La 'Puerta de Cantabria' de José Antonio Barquín se abre en Valdecilla

El escultor corraliego José Antonio Barquín, que falleció en el año 2020, dedicó años de trabajo a la que podría decirse que era su principal obra, la 'Puerta de Cantabria', una reproducción a tamaño real (tres metros de alto por dos de ancho) de una puerta solariega, en la que se narraba por medio de doce relieves distribuidos en dos hojas la historia de esta región, una pieza concebida para ser fundida en bronce, si bien él la reprodujo en resina. Su sueño era que ese proyecto que concibió tras contemplar la Columna de Trajano en Roma durante un viaje de juventud a Roma, y que culminó en el año 2017 tras cuatro años de trabajo, permaneciese en la sede del Parlamento de Cantabria o en algún otra institución de la región. Un anhelo que se ha cumplido tres años después de su muerte pues, desde ayer, la obra forma parte de manera permanente de la galería de arte que el Hospital Valdecilla ha instalado en el vestíbulo del edificio de las Tres Torres. Familiares y amigos de Barquín asistieron ayer a la puesta de largo oficial de esta obra en su nueva ubicación y que ya podrán disfrutar todos los que transiten por la planta baja del hospital.

El relato histórico de la 'Puerta de Cantabria', cedida a la Fundación Marqués de Valdecilla, y, en orden cronológico, de izquierda a derecha y de abajo a arriba, comienza en la prehistoria, continúa en las guerras cántabras, las fiestas ancestrales como la Vijanera, la Edad Media, la importantísima época de los oficios de Trasmiera y los astilleros reales. Destacan en sus relieves la arquitectura, la construcción naval, la fabricación de cañones, los doradores de retablos o los campaneros, entre otros oficios.

También se reflejan en la obra, las labores asociadas el campo y el mar, la Guerra de la Independencia, la emigración cántabra hacia Cuba y México, así como la vuelta de los indianos, como el Marqués de Valdecilla, figura destacada en uno de los paneles de la puerta. Acaba la reproducción de la historia esculpida en la época actual.

El artista, nacido en 1958, estudió cerámica en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona y se formó de la mano de Rafael Huerta, con el que aprendió todas las complicadas técnicas que lleva aparejada la ejecución de las esculturas de bronce. Entre las obras que permanecen en la región está el Busto del Cardenal Herrera Oria en la iglesia de la Bien Aparecida, el monumento a las pescadoras en Comillas o al peregrino en El Astillero.

Su principal obra, en la quiso mostrar «el alma» de Cantabria, se expone junto a otras 29 piezas que conforman la galería de arte del hospital.

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