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«Tienes que llegar a comprender que con la guerra que nos han traído no defendemos más que el porvenir de los hijos que hemos de tener. Yo no quiero que esos hijos nuestros pasen las penalidades, las humillaciones y las privaciones que nosotros hemos ... pasado, y no solamente nuestros hijos, sino todos los hijos del mundo que vengan. A tus hijos, a mis hijos, les enseñaré a trabajar, sí, porque el trabajo es lo más digno en el hombre, pero a trabajar con alegría y sin amos que los hagan sufrir con insultos y atropellos». Son las palabras que el poeta Miguel Hernández escribe a su futura esposa Josefina Manresa el 18 de febrero de 1937. La carta está ligada a la muestra que la Biblioteca Central de Cantabria exhibe desde mañana jueves. El 80 aniversario de la muerte del poeta y los vínculos con la Casona de Tudanca entrelazan esta exposición divulgativa, vertebrada por la huella de la correspondencia del autor de 'Vientos del pueblo' con José María de Cossío.
Dentro del programa de dinamización y difusión del patrimonio de la Casona de Tudanca que está impulsando la Vicepresidencia del Gobierno de Cantabria, la sala Piti Cantalapiedra de la Biblioteca central, acoge esta exposición que bajo el epígrafe 'Querido amigo', muestras las cartas que el poeta Miguel Hernández envió a Cossío, y que se integran en los fondos del legado del polígrafo. En palabras del vicepresidente, Pablo Zuloaga «esta muestra se incluye en el impulso que queremos dar a la Casona como un centro documental cultural y de estudio de referencia. Hace escasos días, dábamos la bienvenida a la nueva directora Agustina Monasterio, que será sin duda, un elemento principal para llegar a dichos objetivos, y que estoy seguro, sabrá poner su impronta y trabajo en una tarea ilusionante y que espero, haga justicia con el singular legado de Cossío».
Uno de los paneles que integran la propuesta lo deja claro: «Hay muchas maneras de contar una vida. La de Miguel Hernández fue corta, pero intensa; rica en poesía, fascinante. Ilusionada a veces, penosa otras. Llena de amistades y de libros, de amores, de lunas y estrellas negras. Transitemos por su vida. Detengámonos en la correspondencia que mantuvo con Cossío. Y redescubramos a un poeta enorme, atrapado en una España gris».
La UIMP durante la pasada semana albergó un foro en torno a este patrimonio. 'La Casona de Tudanca y los hermanos Cossío' reunió a varios expertos en el tema, que ofrecieron una visión de la poliédrica trayectoria de la familia Cossío y su importancia en la cultura de nuestro país del último siglo. 'Querido amigo', ese trayecto trazado por las misivas, refleja que la amistad es una conversación a lo largo del tiempo, una correspondencia que contaría la historia de esa amistad, de esa conversación siempre interrumpida y vuelta a reanudar a lo largo de los años. Cómo son los escritores, de dónde viene su creación, cuáles son sus influencias, cómo es su vida cotidiana, cómo les influyeron los acontecimientos de su época, cuándo o por qué se interesaron por un tema concreto... son preguntas que se hacen los lectores sobre los escritores. Reconstruir la relación personal y literaria entre el poeta y dramaturgo y el académico, escritor y polígrafo es posible gracias al extraordinario legado bibliográfico y documental conservado en la casa-museo de Tudanca. Muchos de esos tesoros han servido para trazar un valioso itinerario de publicaciones y ediciones que hoy forman parte de la historiografía de la literatura española de los siglos XX y XXI.
Esta excelsa erudición cultural tiene su reflejo en libros y documentos del poeta oriolano depositados en la Casona, «reflejo de la amistad que unió a ambos autores. Partiendo de esos fondos compilados por Cossío, se han podido editar obras como el manuscrito autógrafo de 'El silbo vulnerado', la colección epistolar facsímil Miguel Hernández: las cartas a José María de Cossío o 'El hombre acecha', edición facsímil de la que se quiso publicar sin éxito en Valencia en 1939, y uno de cuyos ejemplares, impreso en capillas, llegó milagrosamente a manos de Cossío».
Hace 80 años moría en la cárcel, después de meses de penuria, el poeta de 'Nanas de la cebolla'. En la Casona se conservan 17 cartas que escribiría a Cossío, responsable de la famosa enciclopedia 'Los toros', en la que colaboró el poeta. La relación entre los dos trascendió el ámbito profesional, compartiendo preocupaciones y confidencias a lo largo de los años. La figura de Cossío, tan ligada a Cantabria, «fue esencial en muchos de los episodios de la vida del poeta: «Resultó clave para la conmutación de su pena de muerte por la de cárcel, le ayudó económicamente a él y a su familia, le ofreció su casa...».
Pero, por encima de los datos y las fechas, hay poesía. «No podemos hablar de Hernández sin recurrir a su palabra, a sus versos. En el montaje expositivo, los materiales y el modo de contar funcionan como un todo, sencillo y coherente con la potencia expresiva del poeta». La muestra, que termina con una selección de libros, de y sobre Hernández, pretende que el espectador redescubra a «este poeta enorme, y sienta la necesidad de revisitar sus escritos». En esta propuesta ha participado un equipo multidisciplinar de profesionales, para dar respuesta a textos y propuestas visuales, ilustraciones y a un diseño que se pueda adaptar a su itinerancia. Una iniciativa para todos los públicos, «con múltiples niveles de lectura y algunas claves visuales nada evidentes, que incorporan, por ejemplo, un homenaje a las mujeres y más concretamente a las del universo Miguel Hernández».
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