Quince años alumbrando el arte

Es un Centro de Arte tan singular por sus fondos como mediatizado por su espacio. En pocas ocasiones, incluso cuando la arquitectura de autor ha acudido a otorgar identidad a un museo -hasta el punto de primar el espectáculo, o de dar más autoridad al envase que al contenido-, un lugar y su edificación gozan de tanta coherencias y armonía. El Centro de Arte Faro Cabo Mayor, reflejo de la pasión de un artista, el pintor Eduardo Sanz, y su familia, convive en diálogo y también en tensión con su geografía emblemática y su paisaje simbólico. Como los libros muy citados y poco leídos, en ocasiones Cabo Mayor y sus pinturas y piezas ligadas a la iconografía del mar y de los faros, ha pasado por etapas donde el entorno se imponía a su propuesta. Visitado con asiduidad, no obstante, siempre objeto de curiosidad y referente de originalidad, el espacio santanderino cumple el próximo día 18 quince años desde su inauguración.

El primer faro español transformado en un espacio dedicado al mundo del arte de manera monográfica, proyecto único en Europa, en 2006 la Autoridad Portuaria, que apostó durante buena parte de su trayectoria por la incorporación de algunos de sus espacios a la actividad urbana, reforzó la dinamización cultural con este proyecto fundamentado en la colección del pintor Eduardo Sanz. Los trabajos de reforma y acondicionamiento del faro, con un coste de 585.000 euros, se prolongaron cerca de siete meses. El emblemático espacio portuario alberga desde entonces la Colección Sanz-Villar, propiedad del pintor santanderino, ya fallecido, y de su esposa, la también pintora Isabel Villar (su última muestra ha sido en la feria ARCO). Estos fondos están conformados no sólo por algunas de sus propias obras pictóricas y numerosos cuadros de otros artistas, sino por una variada recopilación de objetos y documentos.

La colaboración del Ayuntamiento de Santander y el Gobierno cántabro. fue clave para abordar la propuesta de carácter cultural, pero también turística, que supuso una actuación más en el patrimonio del frente marítimo de la capital cántabra. El dique de Gamazo, la Estación marítima, al margen del Palacete, para actividades culturales, la posible recuperación de la Nava Naos, antigua Sotoliva, han acompañado en paralelo estos 15 años del Centro de Arte.

Esta conmemoración se traducirá en diversas iniciativas y actividades destinadas también a potenciar la imagen del Centro y su redescubrimiento al resto de la comunidad. El objetivo de la Autoridad Portuaria de Santander es inaugurar en otoño una exposición de celebración que supondrá un itinerario con la inclusión de obras inéditas de la Colección y, por ende, proponga una nueva lectura a las ya presentes en el actual espacio santanderino.

La muestra se complementará con una publicación especial en su diseño, posiblemente en formato de revista, con la idea de plasmar testimonios de personas relevantes en la historia, trayectoria y consolidación del Centro de Arte Faro Cabo Mayor, además de voces relevantes del ámbito cultural de la ciudad que ofrecerán su particular retrato y visión sobre el espacio, la Colección Sanz-Villar, la singularidad del proyecto y los pasos dados, así como las claves de futuro.

Hay que tener en cuenta que a los fondos que permitieron el fundamento del Centro cabe sumar decenas de exposiciones temporales, actividades culturales y formatos que se han sucedido en estos años vinculados estrechamente al Faro y su espacio, casi con un modelo museístico.

Otro de los objetivos planteados desde el servicio de gestión cultural y documental de la entidad portuaria y ligados al aniversario radica en la reedición del Catálogo institucional sobre la colección y el proyecto.

El pintor Eduardo Sanz (Santander, 1928, Madrid, 2013) ponía en marcha en la segunda década de los setenta un ambicioso proyecto que tomaba como eje de reflexión artística las construcciones destinadas a servir de señal nocturna a los navegantes. En marzo de 1979 arrancó el trabajo con un viaje destinado a recopilar material gráfico que le llevó a recorrer las costas del sur de España, desde el faro de Rompido en Ayamonte (Huelva) hasta Santa Pola (Alicante). En aquellos años, Sanz prosiguió su periplo investigador por las islas Canarias, Galicia, Asturias, País Vasco y Cantabria. En la primavera de 1984, parte de los dibujos, acuarelas, guaches y pinturas realizados en el marco de aquellos viajes fueron objeto ya de una importante exposición en las salas Pablo Ruiz Picasso de Madrid.

Sanz decidió compartir con su ciudad natal los trabajos en los que quedaba registrada su fascinación por los faros y las aguas en las cuales sirve de guía. Con este propósito la Autoridad Portuaria concluyó con el pintor, Isabel Villar (Salamanca, 1934) y su hijo, Sergio Sanz (Santander, 1964), un convenio de colaboración para la constitución del Centro. Este espacio expositivo estaría cimentado en la importante colección. Son cerca de 300 obras, que incluyen, además de trabajos del propio Sanz, creaciones de artistas como Eduardo Úrculo, Eduardo Arroyo, Guillermo Pérez Villalta, Carlos García Alix, Andrés Rábago (El Roto) o Dis Berlin.

La iniciativa supuso la recuperación del conjunto de edificios anexos que gravitan en torno a la torre de Cabo Mayor. Se trata de una emblemática obra de ingeniería del siglo XIX, cuyo origen se remonta a las últimas décadas del siglo XVIII (1778), cuando el ingeniero de marina Joaquín de Ibarguen propone su construcción de cara a erradicar el primitivo sistema de fogatas y banderas que entonces funcionaba. El edificio actual partió de una Real Orden de 1833. El autor del diseño fue el ingeniero Felipe Bauzá.

Sanz confesó en una ocasión: «Me he dado cuenta de que de todos los temas que hubiera podido elegir ninguno como el de los faros tenía tantas raíces entrelazadas con mi profunda manera de ser y de sentir desde mi más remota infancia». Fruto de esa intimidad, el pintor recorrió y pintó los faros españoles. En 1942, con 14 años pintó su primera versión del faro de la isla de Mouro, y el 1 de enero de 1979 inició su peregrinaje por todos los faros de la costa española.

El Centro de Arte Faro Cabo Mayor fue ampliado en 2012 e incorporó nuevas salas. La rehabilitación integral fue abordada por el estudio de arquitectura de Ignacio Pereda, Elena Valenzuela y César Barrio. Su espacio, cercano a los ochocientos metros cuadrados posee una oferta expositiva actual distribuida en cinco salas que combinan lo documental, las muestras temporales y la colección permanente.

Definido en ocasiones como «un museo comprometido con la difusión, interpretación y preservación de las creaciones inspiradas en el mar», sustenta su singularidad en la fuerte presencia simbólica, paisajística y arquitectónica del faro y en la «excepcional colección de obras de arte, objetos y curiosidades».

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