Monika Zgustová: «Los radicalismos son la principal amenaza para las sociedades actuales»

-¿Qué la llevó a escribir? ¿Ha cambiado esa respuesta tantas novelas y traducciones después?

-No sé cuál era mi motivación hace unos años, pero hoy mi motivación para escribir muchos de los libros es la memoria, entre otras cosas la memoria histórica. Para mí es una de las cosas más importantes, recordar. Recordar por un lado lo que he podido vivir yo, recordar la experiencia que más me ha marcado, que es el exilio, que es algo que siempre está presente en mis libros. Escojo a los protagonistas de forma que siempre haya un exilio exterior o interior. En segundo lugar, recordar también lo que me contaron mi abuela y mis padres sobre el siglo XX y su relación con los totalitarismos y las guerras.

-Son temas complejos, que aluden a la propia esencia del ser humano.

-Me interesa mucho el tema de la identidad, del cambio que puede producirse o no en el individuo bajo estas circunstancias.

-En su obra las mujeres son siempre protagonistas, en muchos casos en situaciones de opresión y totalitarismo. ¿Por qué? ¿Qué aspira a retratar o cuál es el mensaje de fondo?

-Es cierto que las mujeres tiene mayor protagonismo, pero intento hacer un retrato fiel a la realidad y también hay hombres. No hay una discriminación entre buenas y malos. Intento retratar tanto a las mujeres como a los hombres tal como son, busco distintos ángulos desde los que estudiar a los personajes, entre ellos a distintas mujeres. Es un feminismo que se basa en la búsqueda de cómo somos las mujeres. Como mujer las entiendo mejor.

-En cualquier caso, el género humano como tal es un frente muy abierto...

-Sí, y por eso en mi obra más que un mensaje lo que hay son muchas preguntas, muchos temas por resolver. Intento afrontarlos desde la escritura, pero al final lo que surgen más preguntas. Ahí entra el lector, que tiene que plantearse esas preguntas y resolverlas para sí mismo, o plantearse otras nuevas.

-¿Cómo se vive persiguiendo un objetivo imposible?

-Bueno, la literatura habla del ser humano, que es como una cebolla con muchísimas capas. De hecho, empiezas a pelar y nunca llegar al final. Los libros buscan llegar al núcleo de lo que realmente somos, y por eso nunca paramos de escribir, porque tenemos la esperanza de que algún día nos acercaremos un poco más a ese núcleo, a esa esencia.

-Su conferencia abre el Seminario Internacional sobre Diplomacia Pública y Ciudades Culturales. ¿Por qué es importante que las sociedades se conozcan y colaboren?

-Cuanto más hablamos más nos conocemos. Estar conectados con otras personas y otras comunidades, visitarles, hablar, leer sobre otras experiencias... es importantísimo, porque nos lleva a la comprensión del otro. Necesitamos la comprensión para eliminar los radicalismos. En el punto actual suponen una gran amenaza, y muchos de esos radicalismos, del pensamiento violento y de la propia violencia, podrían eliminarse si nos conociéramos y entendiéramos mejor.

-En ese sentido, la sociedad actual está muy polarizada, tanto en España como en Europa y a nivel internacional, con la pandemia como escenario. ¿Caminamos en sentido contrario?

-Creo que la mayoría de los ciudadanos se ha comportado muy bien durante la pandemia, que han entendido el mensaje. Gracias a ello ahora estamos saliendo bien de todo lo que ha pasado, a pesar de la tragedia que han supuesto la pandemia y sus consecuencias. En el caso de España creo que ha sido uno de los países que mejor lo ha hecho, porque no ha cerrado ni la cultura ni la educación.

-En general, ¿es usted optimista respecto al proyecto europeo?

-El ser humano siempre ha querido algo mejor y la experiencia de Europa con nuestro siglo XX nos ha enseñado mucho, tanto que querremos evitar muchos de los problemas que nos llevaron a las guerras, a los totalitarismos y a la dictaduras. Siempre hay una minoría contraria, pero espero que se quede en eso. Espero que en Europa ni la derecha ni la izquierda radical vayan a más porque la gente no les vote. Que sean buenos ciudadanos, que vayan a votar y que antes se informen mucho y bien.