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La obra ·
El pintor malagueño supo pintar sentimientos y extraer la esencia de lo humanoRafael Manrique
Jueves, 6 de abril 2023, 08:06
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El pintor malagueño supo pintar sentimientos y extraer la esencia de lo humanoRafael Manrique
Jueves, 6 de abril 2023, 08:06
No recuerdo a qué edad vi un cuadro de Picasso sabiendo que era un 'Picasso'. Con pocos años. Me dejó atónito. Era un retrato en ... el que nada estaba en su lugar. Se veía que la brocha había sido arrastrada con poca pintura y rapidez. Desde ese momento me gustó el arte contemporáneo. Y Picasso. En las pinturas que de él he ido viendo hasta hoy, creo que se sintetiza de forma casi mística todo lo que es el arte. Pasión, realismo, conocimiento, originalidad, atrevimiento, color, luz, sexo, política, ansiedad, desconocimiento…
¿Quién duda que Velázquez pinta mejor, o que Vermeer crea mejores atmósferas? Pero ninguno es tan artista. Tan creador. Tan capaz de transformar la historia de la pintura con casi cada una de ellas ¡y realizó 20.000! El arte es algo inútil aunque haya gente que se enriquezca con ello. Pero eso ya no es arte, es mercado y barbarie. Picasso no necesitaba pintar de una forma realista, pero podía hacerlo, como demostró muchas veces. Sabía pintar sentimientos, sabía cómo extraer una y otra vez la esencia de lo humano. Capaz de reflejar desde la tristeza más profunda y melancólica hasta la sexualidad más obscena. Y no sé si le suponía mucho esfuerzo, aunque no lo parece. Desde luego no se tomaba los tiempos, años, de un Antonio López. Si la capacidad para el arte fuera un don, él lo poseía. Como Johann Sebastian Bach con la música.
Hasta para un crío era fácil intuir que en ese hombre había algo que no había existido posiblemente nunca de manera tan singular: la capacidad de constantemente crear nuevas formas de arte, algo que había ocurrido con los pintores paleolíticos, con los renacentistas y posteriormente con él. En una ocasión Pollock arrojó al suelo, muy enfadado, un libro acerca de la obra de Picasso: «Maldita sea, a este tipo no se le escapa ni una». Se cuenta que cuando sus amigos pintores le recibían en su taller escondían las obras que estaban haciendo. Temían, con razón, que si las veía él las podría hacer mejor aún.
Los niños empiezan por pintar cosas que a los adultos les parecen abstractas, pero ellos las ven realistas. Con el tiempo se domestican y expresan un realismo que todos podemos entender. Con Picasso, aquel niño que contempló por primera vez su pintura intuyó confusamente que su camino no era el del arte. Más tarde entendió que el arte no tenía que ver con la belleza, ni con la representación.
Lucien Freud afirmó con agudeza que el arte no trata de cómo son las cosas, sino que trata acerca de qué son las cosas. Picasso nunca explicaba sus pinturas. Afirmaba que si se puede ver para qué explicarlo. En una conversación sobre este tema dijo que querer entender una pintura es como querer entender el canto de los pájaros, la noche o una flor.
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