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En el desierto suele aflorar el oasis. El Museo MAS santanderino se ha convertido en un no lugar que busca estar en el mayor número posible de sitios. El acercamiento, presencia y comunicación, que cuando tenía su sede parecía ser un asunto secundario, se ha ... convertido en prioridad. Tras una etapa árida que siguió al siniestro de noviembre de 2017, el Museo de arte camina hacia el final de un año que ha consolidado una línea de actuación temporal fundamentada en colaboraciones, muestras y conferencias. Desde este mes de noviembre y hasta final de año el MAS albergará un nuevo proyecto expositivo singular por varias razones: es la séptima muestra del año; consolida la colaboración con otras entidades; Náutica se postula como un segundo espacio alternativo a las salas del Casyc y, sobre todo, nace del fruto de una investigación. Gregorio es el nombre de un artista, emergente en los sesenta y luego desaparecido, que ahora rescata y reivindica el museo. Una exposición en la sala de la UC mostrará su creación antes de que al inicio de 2020 se exhiba otra entrega junto a la Fundación Caja Cantabria.
El MAS prolonga así su actividad y contacto con el público, mientras permanece cerrada su sede de la calle Rubio. El próximo jueves inaugura esta nueva exposición de pintura, que podrá contemplarse en la sala de exposiciones de la Escuela de Náutica en Gamazo, como ya sucediera recientemente con la última obra de Juan Manuel Puente. Gregorio, «pintor totalmente desconocido, artista autodidacta palentino que se radicó en Santander», inició en esos años una «muy prometedora trayectoria que quedó inconclusa».
Sobre esta entrega ha subrayado la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santander, María Luisa Sanjuán, que «estamos ante nueva recuperación científica e investigadora del Museo, que gracias a la colaboración de la Universidad de Cantabria, podrá ser contemplada hasta finales de diciembre en este espacio que ya es para nosotros como una segunda casa». En concreto, la exposición podrá visitarse hasta el 29 de diciembre y a juicio de Sanjuán, «a buen seguro, será toda una sorpresa para quienes se acerquen a contemplarla».
Por su parte, Salvador Carretero, director del MAS, destaca la colaboración de la familia del artista, pues «hemos contado y contamos con la absoluta complicidad de la familia, su viuda y dos de sus hijas». Según explica el veterano gestor del museo, «entre 1962 y 1964 Gregorio asomó su cabeza artística de forma interesante a través de la galería Sur de la mano de Manuel Arce. Pero extraña y rápidamente se truncó».
El pintor, residente en Santander, Gregorio Rodríguez García, fue un autodidacta que cultivó el expresionismo abstracto y pasó por el informalismo. Durante los años sesenta expuso en varias galerías de Santander como la histórica Sur, la Sala Alerta, el Ateneo... con presentaciones de J.M. Cirlot y Leopoldo Rodríguez Alcalde, entre otros.
Desde el Ayuntamiernto se subrayaba ayer, entre la celebración y la crítica, que el MAS vuelve a tener protagonismo en la calle pero lamentaba los retrasos en el proyecto de rehabilitación del histórico edificio. Una intervención costosa y prolongada en el tiempo que «depende aún de los pertinentes permisos de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, las especificaciones técnicas del inmueble», etc. Aunque una sede física es importante y vital, esto es «prueba fehaciente de que el MAS trabaja con rabiosa intensidad, a pesar de su contexto físico, de la carencia de su sede madre por los motivos de todos conocidos. El contexto patrimonial, técnico y científico del MAS siempre ha sido y es de muy intenso trabajo», concluye la concejala. Seis muestras de producción conjunta con el MAS se han sucedido en coproducción con otras instituciones, caso exitoso de la reciente GOYA&goyas, con la Fundación Caja Cantabria.
Y es que, además de las muestras temporales y en paralelo o de forma simultánea, el museo lleva a cabo numerosas actividades en forma de conferencias y visitas guiadas. En este sentido destacan las que han tenido lugar precisamente durante la última exposición citada, en torno al pintor aragonés. «Parecía que la ciudadanía desconocía el patrimonio que sobre Goya posee Santander en propiedad a través de esas dos colecciones», resalta Sanjuán, tal ha sido la afluencia e interés suscitado. «Las nuevas aportaciones técnicas y de interpretación han sido interesantes y constantes» (Lola Cabrero, Fernando Zamanillo, Gabriela Montes, Antonio Díaz Grande, Majo García Polanco, Puchi Incera, Eloy Velázquez, S. Carretero…). Y «más de siete mil personas han podido disfrutar de la exposición», preludio de futuras investigaciones en curso.
Ahora el MAS, con la colaboración de la UC al serle prestado nuevamente el espacio de Náutica en Gamazo, inaugurará esta recuperación el próximo jueves. Gregorio es la nueva recuperación científica e investigadora del Museo. «Una de las más importantes funciones de todo museo, detrás y después del cuidado patrimonial de sus colecciones, es la investigadora y científica», según la concejala de Cultura.
En el caso de Gregorio, el MAS ha contado y cuenta con la absoluta complicidad de la familia, su viuda y dos de sus hijas (Familia Rodríguez Menéndez). Un proyecto expositivo comisariado por Salvador Carretero e Isabel Portilla producto de un profundo estudio de la obra y documentación del pintor que cariñosa y celosamente ha custodiado y cuidado su familia. Ésta, a través de un mediador, «ha permitido al MAS el estudio de su obra, su inventario y examen, su selección…, cuya consecuencia es esta primera exposición de más de medio centenar de piezas rigurosamente inéditas».
En general son «pinturas abstractas, collages de todo tipo…, de carácter mixto (funde técnicas diversas). Y abstracciones que poseen sustratos de la propia tierra».
Y en breve tiempo se tendrá oportunidad de presentar la octava muestra del MAS, esta vez en el espacio de la Fundación Bruno Alonso, en donde se expondrá precisamente una selección de la colección de dibujos del propio Gregorio.
Esta exposición llega después de GOYA&goyas organizada junto a la Fundación Caja Cantabria, y que, según valoró la concejala, «ha sido un verdadero éxito. Estamos muy satisfechos del resultado ya que han sido más de siete mil las personas que han podido disfrutar tanto de la exposición como de las actividades paralelas a la misma, como las visitas guiadas o las conferencias programadas».
Este mes. Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria. Del 7 de noviembre al 29 de diciembre. Sala Náutica /UC.
Primeros meses de 2020. Otra de las grandes muestras compartidas entre la Fundación Caja Cantabria y el MAS: la nueva entrega de Terra/ Aqua, que tuvo su antededente a principios de 2019.
Seis muestras anteriores. Aqua / terra en Casyc; Javier Salas / de Oro y Purísima en la fachada del Ayuntamiento de Santander; Bernard Plossu / Santander 2010 en la E.T.S. de Náutica (UC); Colección de Fotografía Española de Alcobendas en coproducción con otras instituciones y en el Palacio de la Magdalena; y GOYA&goyas, coproducción MAS / Caja Cantabria.
Hace justamente un año el Museo santanderino planteaba dos proyectos de investigación y expositivos centrados en recuperar –y «en cierta manera homenajear»– a dos figuras del panorama del arte en Cantabria.
Por un lado, una retrospectiva sobre el trabajo de Fernando Zamanillo Peral (Santander, 1948), licenciado en Filosofía y Letras, Historia del Arte, por la UCM, como impulsor y director de museos, galerista e impulsor de varios certámenes de arte en Cantabria además de comisario de muestras en distintas instituciones de Santander y Cantabria (Juan Uslé, Pedro Carrera, Gloria Torner, Isabel Garay, Celestino Cuevas, Concha García, Fernando Bermejo, Javier Arce, Eduardo Gruber, Memoria de un fin de siglo/Miradas simultáneas, etc.).
La otra muestra concebida en este contexto por el equipo del MAS precisamente tenía como protagonista a Gregorio Rodríguez García (1929-1983), pintor cántabro especialmente activo en los años sesenta. Una recuperación científica y artística de un pintor «olvidado», a partir de una muestra selectiva de obras inéditas».
Para 2020 desde el museo se avanzó una propuesta expositiva dedicada monográficamente al pintor de los faros y el mar Eduardo Sanz, a partir de una revisión artística y creativa completa del artista cántabro desde la colección propiedad de la mujer del pintor Isabel Villar, que «abarca desde la figuración abstractizada de signo informalista, pasando por su serie de los espejos esencialmente ópticos, el desarrollo de los lienzos fundamentado en la señalética marina, hasta llegar a una fórmula novorealista marina de uno de los creadores más importantes desde la posguerra hasta su fallecimiento».
Otra de las muestras del MAS previstas junto a la Fundación se plantea para el verano de 2020 con una gran exposición con protagonismo absoluto de la sección de Bellas Artes o arte clásico de ambas entidades. Las dos colecciones poseen interesantes fondos de los siglos XV a XVIII, fundamentalmente pinturas de las escuelas española e italiana, «por lo que pensamos que sería una buena oportunidad ofrecer al público la oportunidad de disfrutar de la exhibición conjunta en la época estival».
No obstante, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria prosigue con su programa de muestras temporales temáticas en colaboración con la Fundación Caja Cantabria, cuyas instalaciones de su sede del Casyc alojan desde hace año y medio los fondos del MAS hasta que se redefina su futuro. El calendario arrancó durante el primer semestre del año con la exitosa muestra 'Aqua' y continuó desde final de primavera con la exposición vertebrada por la figura de Goya. La propuesta, configurada por cerca de doscientas obras, ofreció un recorrido transversal a través de piezas de doce artistas diferentes, casi todos cántabros, que acompañaban al genio aragonés. Todas las obras eran propiedad de ambas entidades.
El MAS y la entidad bancaria decidieron sumar obras artísticas y documentación ligadas a ambas instituciones, pertenecientes a sus colecciones, «aunando esfuerzos, proyectos y objetivos». La primera exposición bajo estas características fue la titulada 'AQUA / terra. 1 & 1 colecciones', que reunió más de 120 obras después de una selección de unas 500 piezas exhibida en dos plantas del edificio Casyc, –se pudo ver entre marzo y junio–, superando las 6.000 visitas. Y contará con una segunda entrega con 'Terra / aqua 1 & 1 colecciones' durante los primeros meses de 2020, compartiendo un mismo catálogo.
A finales del presente mes se cumplen dos años del incendio que causó graves daños materiales en la sede del MAS, el histórico inmueble centenario que estaba siendo sometido a diversas reformas. A día de hoy siguen sin conocerse las causas del fuego que destruyó la biblioteca del museo, aunque no llegó a afectar a las miles de obras de sus fondos, hoy custodiadas en el Casyc.
El Museo, mientras, trata de reinventarse. La hoja de ruta actual está centrada en una agenda y calendario expositivo que permite cubrir el expediente comunicativo con los ciudadanos hasta la reapertura en la calle Rubio. Las sucesivas demoras y bloqueos impiden proyectar una perspectiva más o menos ajustada de plazos para la segunda vida del museo y, aún más difícil, para una ampliación que se viene planteando desde hace un cuarto de siglo. El proyecto básico, presentado hace poco más de un año, estimaba una inversión municipal en solitario de 3,8 millones de euros y un plazo de ejecución de quince meses. A estos datos hay que sumar el periodo de trámites administrativos.
Como Bien de Interés Cultural (BIC) el edificio de la calle Rubio, construido por Leonardo Rucabado, está sometido a un régimen proteccionista por lo que la intervención de rehabilitación es muy limitada. Las actuaciones más llamativas afectarán a las fachadas, la instalación de nuevas escaleras y la creación de un nuevo acceso por la calle Rubio. Cuando el MAS se vio afectado por el siniestro estaba cerrado al público y era sometido a trabajos para mejora de accesibilidad. En realidad sobre la actuación integral en esos más de mil cien metros cuadrados de espacio expositivo, sólo se plantea un objetivo inmediato: que el MAS «resurja de sus cenizas con un buen edificio acorde a los tiempos y que el museo pueda estar en las mejores condiciones cuanto antes». Desde el Ayuntamiento la prioridad ahora reside en mantener la actividad pública del MAS.
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