Los recuerdos más íntimos y familiares de Labordeta llegan a la Filmoteca

Las primeras imágenes de este trabajo dan cuenta, precisamente, de esas largas filas que se sucedieron en la capilla ardiente donde a Paula se le ocurrió hacer este documental. «Sentimos que necesitamos hacer un regalo a todas esas personas que demostraban con sus lágrimas y su presencia que querían mucho a nuestra padre. Ellos conocían su faceta pública, al autor del 'Canto a la libertad' o al alma del programa de televión 'Un país en la mochila', pero hay otra parte de él, más familiar que ellos desconocen y que a nosotras nos gustaría regalarles», comenta.

Ese regalo es un «viaje en realidad» para el que contó con Urresti «un amigo, un gran director –en aquel momento acababa de hacer el documental sobre Luis Eduardo Aute– y alguien que podía poner algo de neutralidad a todas las emociones que nostotras llevábamos dentro. Tardó 0,5 segundos en decir que sí». La protagonista, no podía ser otra, es Juana de Grandes, su viuda algo que para otra de las hijas del cantautor, la actriz Ana Labordeta «es uno de los aciertos del documental, que la columna vertebral sea ella».

Así, en este filme, que se ha estrenado doce años después de la muerte de Labordeta, se da a conocer al abuelo, padre y esposo que fue a través de su viuda Juana de Grandes, sus hijas Ana, Ángela y Paula y sus nietas Marta y Carmela. También se conocerán algunos sus recuerdos más personales y, sobre todo, un diario personal que escribió entre 1964 a 1978. Un manuscrito que ve la luz por primera vez en este documental y que revela una parte desconocida para propios y extraños: la del origen de sus tristezas, sus frustraciones, el lugar donde esconde sus confesiones.

«Pero no solo quieríamos quedarnos en el recuerdo a mi padre», prosigue Paula Labordeta, «también pretendemos reflejar una época y a una generación que hizo posible la llegada de la democracia a este país. Nos dimos cuenta de que aquella lucha y pensamientos debían seguir en la memoria colectiva de este país», afirma la directora.

El resultado es un viaje por su vida, sus pasiones, sus miedos, sus sueños y todas sus banderas rotas, «que repasa el legado que nos dejó y que, con el paso del tiempo, no hace sino crecer, porque de alguna forma representa valores y luchas que hoy están igual de vivas y de necesitadas de que una voz, su voz, nos las recuerden con pasión, hondura y verdad», explica la directora.

Y sí la mayoritaria despedida de Labordeta dejó impresionada a su familia, la acogida que está teniendo el documental que se proyecta esta tarde sorprende a su directora casi por igual. «Mira que es difícil llevar a la gente a las salas de cine y por ahora está respondiendo a nuestro trabajo incluso rompen a aplaudir cuando acaba, algo que ya no se ve en nuestros cines», dice.

La familia es también la promotora de la Fundación Labordeta, una organización sin ánimo de lucro que tiene su sede en la calle Mariano Barbasán de Zaragoza y que cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón aunque perdió la subvención del Ayuntamiento. Un proyecto muy bonito, que pese a todo sigue en marcha y que tiene como objetivo principal recordar, estudiar, preservar y difundir la obra de José Antonio Labordeta. Dentro de la sede se pueden contemplar dos espacios expositivos que acogen su vida y obra, con paneles explicativos y vitrinas, y todas las fotografías, documentos y objetos que éstas contienen, de gran valor sentimental, pero también artístico.

Su afán por mejorar el país llevó a Labordeta a participar en la política para defender a su querido Aragón y protagonizar algunas anécdotas celebradas del Congreso de los Diputados que también se recogen en el filme. ¿Y qué opinaría de la convulsa situación política de la actualidad? Su hija Paula no tiene ninguna duda. «Estaría cabreadísimo», dice. «Él era un hombre de lucha común y no estaría nada de acuerdo con los individualismos que parecen aflorar actualmente. También era un hombre honesto que defendía esa honestidad y honradez en la política. No estaría nada a gusto con lo que se ve ahora», explica.

La actriz Ana Labordeta, otra de las hijas del protagonista, destaca del documental «que respira verdad», algo que su padre les inculcó de pequeñas a pesar de que tenía poco tiempo para compartir con ellas entre las clases, los conciertos, la música... «Al final conseguimos tener tiempo para estar el uno con el otro, unos momentos que guardo como un tesoro porque me divertía mucho con él y le admiraba a partes iguales. Yo era muy feliz cada vez que estaba con él», señala.

Ana Labordeta que recogió ayer el premio que el programa 'Mujeres y Cultura' de Vicepresidencia de Cantabria concedió a título póstumo a la que fuera su pareja durante más de dos décadas Kathleen López Kilcoyne, reconoce que está muy orgullosa del trabajo que hoy se proyectará en la Filmoteca Mario Camus «No deja de ser contar una historia de lo pequeñito, de un hombre que nació en Zaragoza y que va aprendiendo a lo largo de la vida».