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La de la reina Victoria Eugenia es la historia de una mujer que a su manera marcó la historia de España, un país al que llegó muy joven para contraer matrimonio con Alfonso XIII y al que tuvo que ganarse porque, siendo inglesa y desconociendo ... el idioma, el pueblo recelaba de su nueva reina. Su papel en la modernización de la corte -desde la que impulsó el rol de las mujeres en la sociedad-, sus veraneos en Santander, su relación con el rey y con la convulsa situación política del país marcaron la vida de una mujer que encontró en las joyas un refugio y un talismán.
La periodista y escritora Nieves Herrero, que ha desarrollado una destacada trayectoria como narradora -ha publicado seis novelas y cuatro títulos biográficos- recoge y retrata ahora su apasionante historia y la de las joyas de la familia real española en una ambiciosa novela, 'El joyero de la reina', que comienza con el interés que éstas despertaron en la reina Letizia, quien al acceder al trono quiso saber todo sobre una colección que alumbra los dos últimos siglos la historia reciente de España. Nieves Herrero presentará hoy a las 19.30 horas su último título en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Santander.
-Una reina inglesa en España, joyas y talismanes, historia en estado puro... ¿De dónde surge la idea de escribir una novela tan original?
-La idea se me ocurrió al ver una foto de la reina Victoria Eugenia en la que aparecía cubierta de joyas. La imagen me impactó y me hizo preguntarme por qué iba ataviada así. Llevaba varios collares, la 'perla peregrina', una tiara... Me planteé qué tenía que pasar por la cabeza de la reina para llevarlo todo puesto. Entonces ocurrió una de esas casualidad que solo pasan cuando tienes algo en la cabeza, y que fue la que hizo que me decidiera a comenzar el libro.
SANTANDER
TALISMANES
-¿Qué casualidad fue esa?
-Conocí a los Mato García-Ansorena y hablando de la foto me enteré de que su abuelo había sido joyero de la reina. Les dije que la historia de su abuelo me interesaba mucho y quedé con ellos para ir a visitar el taller de su joyería. Allí me presentaron un artesano cuyo padre había trabajado con el abuelo de la familia. Gracias a eso empecé a meterme en el mundo de las joyas y pude empezar a desarrollar la historia.
-Ha 'rescatado' un personaje muy singular de la historia reciente de España...
-Sí, ya la considero 'mi reina'. De hecho ha sido casi como enamorarme de un personaje que desconocía. Me había quedado en la superficie. Sabía que era una mujer inglesa, que no había conectado con el pueblo español, que se había ido al exilio y que le encantaban las joyas. Ahí me quedé, en la superficie.
-Pero acabó descubriendo otras muchas facetas, entiendo.
-Cuando me he metido en su vida me he dado cuenta de que fue una mujer muy desdichada. Vivir no es fácil para nadie, es como una montaña rusa, y la vida de la reina fue muy complicada. De hecho donde fue más feliz es en Santander.
-Está claro que la reina tenía buen gusto...
-Sí (ríe). Al aceptar el rey veranear en la ciudad y construirse el Palacio de la Magdalena en ese lugar maravilloso en el que se encuentra empezaron a residir allí durante el periodo estival, y allí ella fue muy feliz. Aquello le recordaba mucho a sus veranos en la isla de Wight, a Balmoral... Allí sus hijos tenían más libertad, y de hecho fue donde aprendieron a nadar. Hay una anécdota muy curiosa sobre eso.
-No nos deje con las ganas.
-Ocurrió que un día salieron con su padre, el rey, en barca, y le dijo que tenía que aprender. Cuando ellos respondieron que el agua estaba muy fría, el rey se tiró vestido al agua. Cuando salió, les explicó que cuando había que hacer algo se hacía, pasase lo que pasase. Allí los niños tenían mucho contacto con la gente de Santander y les encantaba. Y allí la reina sonrió.
-Otra reina, en este caso Letizia, también juega un papel importante en su libro.
-El libro empieza explicando cómo las joyas han formado parte de las coronas de todo el mundo, y que esas joyas dicen mucho de la gente que las ha llevado. Luego explica la subida al trono de Felipe VI y cómo Sofía le cede entonces a Letizia las llamadas 'joyas de pasar', que van de reina en reina. En ese momento la nueva reina quiso conocer la historia de estas joyas. Y el siguiente capítulo ya arranca a principios del siglo XX con la boda de Victoria Eugenia con Alfonso XIII.
-Y aparecen las joyas.
-Sí, porque antes de la ceremonia Ramiro García-Ansorena le colocó la tiara con la flor de lis, con la que se casó. Ella se puso también la 'Perla Peregrina'. Después, durante el paseo con que el rey presentó a su reina al pueblo español, un anarquista tiró un ramo de flores con una bomba dentro y mató a 28 personas, provocando cientos de heridos. Entre los miembros de la Guardia Real hubo varias víctimas y el vestido de la reina quedó lleno de sangre.
-Menudos comienzos. El del reinado y el de su libro.
-Sí, fue un episodio clave porque ella quedó muy impactada y su dama de confianza, inglesa también, le dijo que las joyas habían sido su talismán y que la iban a proteger siempre. Fue entonces cuando la reina se entregó por completo a las joyas.
-Más allá de las joyas, ¿cómo fue como persona la reina Victoria Eugenia?
-Fue una mujer que se esforzó mucho por dejar una estela. Creó que el cuerpo de las Damas de la Cruz Roja e impulsó las camas cuna para los niños huérfanos en España, donde había muchos. No fue una reina frívola. Al contrario, leía muchísimo y era muy deportista. Jugaba al golf y al tenis. En ese sentido fue una renovadora y ayudó a abrir camino a las mujeres que tenían ganas de hacer cosas y de implicarse en la vida de su país.
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