«Ahora nos replantearemos la vida como individuos»

La directora del Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, Pilar Fatás (Zaragoza, 1971), permanece estos días, con su marido, en su domicilio santanderino. Asegura que no suelta el teléfono de la mano y que el WhatsApp está más activo que nunca porque la actividad no ha cesado en el museo pese a que sus puertas estén cerradas al público. Está convencida de que la sociedad sacará un mensaje positivo de esta crisis y sueña, que entre ellas esté la posibilidad de poder recrearse ante La Gioconda en el Louvre de París sin tener que soportar los codazos de otros visitantes.

–¿Cómo se dirige un museo desde casa?

–No es fácil, fundamentalmente porque se pierde el contacto directo con técnicos y administrativos y el resto del personal con el que trabajamos a diario. Pero debemos hacerlo y lo estamos haciendo con mucho teléfono, correos electrónicos y WhatsApp que está más activo que nunca. En Altamira se realiza una gran labor de conservación, investigación, administración, además de potenciar la actividad pública.

–Reconoce que las nuevas tecnologías nos ayudan a trabajar en casa y sobrellevar esta cuarentena. ¿Cómo la hubieran vivido los habitantes de Altamira sin WhatsApp?

–No sé cómo, pero sí sé que habrían sobrevivido más allá de la tecnología. Seguramente hubiera florecido entre ellos la solidaridad, la cooperación y el apoyo del grupo y también estoy segura de que en el Paleolítico también se enfrentaron a alguna pandemia. Ante esta situación, la colaboración es clave, hubo que haberla y además tenían que tener un gran sentido de supervivencia. Recuerda que eran cazadores recolectores.

–Habla de cooperación, solidaridad... ¿Cree que al final de esta crisis sanitaria se sacará alguna enseñanza positiva?

–Sí y que vamos a replantearnos nuestra vida en sociedad como individuos y también nuestra vida social. Confío en que no se pierda esa unidad que estamos viendo cada día.

–El Museo de Altamira está cerrado, pero basta asomarse a su página web para comprobar que su actividad no cesa.

–No. Es lo que le contaba antes. Estamos proporcionando nuevo contenido aprovechando las redes sociales y la página web del Museo y hemos creado #AltamiraDesdeCasa, con muchas actividades destinadas tanto a los niños como a las familias. También ofrecemos visitas virtuales o nos detenemos en objetos concretos de nuestra colección. La iniciativa es fruto del trabajo de varios compañeros del Museo que planifican y preparan día a día los contenidos que luego se vuelcan.

–¿Tiene buena acogida?

–De momento sí. Hemos aumentado el número de seguidores por las redes. También nos consta que las más populares son las que se realizan en familia.

–¿Le preocupa como va a repercutir este parón al Museo de Altamira a corto o medio plazo?

–Supongo que la vuelta al día a día va a ser complicada. Tendremos que replanificar un buen número de cosas, sobre todo en lo que se refiere a la actividad pública. Habrá que buscar nuevas fechas para las exposiciones que ya estaban programadas e incluso habrá que abordar un nuevo escenario presupuestario. Nosotros dependemos del Ministerio de Cultura y el Gobierno, en general, está haciendo un gran esfuerzo tanto en recursos sanitarios como presupuestarios y, por supuesto sociales. Esperaremos a ver que pasa porque ahora mismo no tenemos ni idea del escenario que nos vamos a encontrar cuando esto acabe. De todas las formas no estoy preocupada y tengo asumido que habrá que repensar el calendario. Pero no, no me asusta lo que pase después. Afortunadamente cuento con un gran equipo humano dotado con una gran capacidad.

–¿Por qué son importantes los museos para la sociedad?

–Son muy importantes por un gran número de cosas. La más importante es porque somos contenedores de la memoria histórica y el deposito de nuestra cultura y de nuestra forma de pensar.

–En los últimos años los museos han cambiado mucho y cuentan con programas de actividades que a veces superan el contenido de lo que se expone. ¿Qué importancia tienen esas acciones?

–Hace tiempo que los museos dejaron de ser un mero contenedor y se han convertido en un punto de encuentro y un lugar de ocio. Esas actividades tienen muchísima importancia porque generan nuevo público e incluso le fidelizan.

–Volviendo a la crisis por el coronavirus. ¿Es posible que influya en la forma de organizar las visitas a los museos?

–Es posible que cambie en la forma de organizar la visita a los museos y también en la manera de reunirnos en general. Pero también creo que de eso se puede sacar una enseñanza positiva y dejemos de tener en la mente esas imagines de museos masificados y con grandes filas en la puerta. Esa imagen que tenemos de todos del cuadro de La Gioconda en el Louvre rodeada de gente igual queda por el recuerdo. Nosotros apostamos por un ocio cultural lo menos masificado posible. Por un ocio sostenible.

–Ya nadie duda de que todo lo que estamos viviendo estos días pasará a la historia. ¿Cree que podría dar contenido a la colección de un museo?

–Por supuesto. No del de Altamira, claro está, pero seguro que servirá de inspiración a los creadores para sus obras y también se harán exposiciones en otros lugares. Los museos buscamos reflejar las cosas de la sociedad. Somos un espejo, pero no solo de nuestro pasado, también de nuestro presente.