Retratos para soñar en blanco y negro

Oficio, compromiso, retrato de una época, miradas de famosos y gentes y reflejo colectivo con alma de fotoperiodista. José Demaría Vázquez, 'Campúa', reportero pionero, marcó buena parte de la historia de la fotografía española durante más de medio siglo de trabajo. Desde 1921 y hasta su muerte en 1975, trabajó de manera constante y en su obra puede verse «la evolución de toda una profesión hasta los tiempos modernos», según la periodista y bisnieta del fotógrafo Cristina Ruiz Fernández. En 1941, José Demaría Vázquez, conocido por el pseudónimo de 'Campúa', instalaba su estudio en la Gran Vía madrileña. Ante su cámara desfiló la alta sociedad de la ciudad, además de actores y actrices, modelos, bailarinas... pero también gente anónima que acudía allí a retratarse con motivo de alguna ocasión especial. Este verano el Centro de Documentación de la Imagen de Santander, bajo comisariado de María Millán y de la propia Cristina Ruiz Fernández, acogerá una muestra representativa de su trayectoria.

Junto al CDIS y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santander, esta propuesta cuenta con la colaboración de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y se enmarca en la sección oficial del Festival PHotoEspaña en su vínculo con Santander. Aunque la mayor parte de la programación, como se avanzó, está prevista desde septiembre, esta es una de las convocatorias que adelanta sus fechas. Desde el próximo 6 de agosto se exhibirá la mirada de Campúa bajo el epígrafe 'Sueños en blanco y negro'.

Recién concluida la Guerra Civil, España se aferra a sus sueños y a la búsqueda de la esperanza para hacer frente al régimen de austeridad, limitaciones y terror impuesto por los vencedores. José Demaría Vázquez, Campúa, es uno de esos españoles que se resisten, como pueden, a la destrucción. En 1941 instala su estudio en la Gran Vía madrileña. Paralelamente al día a día del estudio, el fotógrafo describe también la vida y los sucesos de la ciudad, como continuador de la saga de fotoperiodistas iniciada por su padre. De este modo, retrata a las figuras más admiradas de la época, tanto en el ámbito de la literatura y el pensamiento como en el del fútbol o las estrellas de Hollywood. Esta exposición en Santander presentará los contrastes de aquella época, al tiempo que el lado más optimista y esperanzado del archivo de Campúa. En realidad una visión representativa del trabajo que desarrolló durante cinco décadas.

Acusado de pertenecer a la masonería y procesado en 1942, una vez terminada su inhabilitación, retoma también el trabajo de cobertura de noticias, que tantos éxitos le había producido. Su carrera se había consolidado cubriendo los viajes y visitas oficiales de Alfonso XIII, la actualidad política durante la II República y, más tarde, el reportaje de guerra. A través de su objetivo, Campúa describe «la vida y los sucesos de la ciudad, sin dejar de retratar a las figuras más admiradas de la época que se paseaban por la Castellana. Personajes que alimentaron los sueños de esa población aún conmocionada por la vivencia traumática de la Guerra Civil». La exposición santanderina en el Centro que dirige Manuela Alonso, presentará una dimensión particular del trabajo del fotógrafo, a juicio de Cristina Ruiz, una «figura absolutamente poliédrica».

Campúa falleció unos meses antes que Franco y no tuvo la oportunidad que vivieron otros fotógrafos de seguir desarrollando su oficio en tiempos de democracia, «por lo que su figura cayó en el olvido». Reportero gráfico, también empresario del teatro y del cine, colaboró con importantes medios de la época como 'Mundo Gráfico', 'La Esfera' o 'Nuevo Mundo'. Cubrió las campañas de África, así como multitud de citas y sucesos del día a día, desde carreras de motor hasta accidentes de tranvía. En 1922 fue el único fotógrafo que acompañó a Alfonso XIII en su famoso viaje a Las Hurdes. También fotografió a personalidades y famosos, caso de Truman Capote o Gregory Peck, imagen incluida en la muestra, entre muchos otros.

En contra de la voluntad de su padre que quería que estudiara ingeniería, Campúa se adentró en la fotografía y el periodismo desde muy joven y con 19 años se independiza y crea la 'Agencia Express'. En aquella época también se siente atraído por las artes plásticas y frecuentó el estudio de Joaquín Sorolla. Realizó dos viajes como periodista para cubrir las Guerras de Marruecos en 1921 y 1922. A su regreso de África alcanzó gran prestigio cuando en 1922 fue el único reportero gráfico que, elegido por sorteo, acompañó a Alfonso XIII en su viaje a Las Hurdes. En esos años estuvo considerado entre los mejores reporteros junto a Alfonso Sánchez Portela, José María Díaz Casariego y Luis Ramón Marín. Fotografió frecuentemente las actividades de la Casa Real y también de los gobernantes en el periodo de la II República. En su labor de empresario cinematográfico y teatral, inauguró el cine Madrid-París en la Gran Vía madrileña. Con el estallido de la Guerra Civil, y tras el asesinato de su padre, se refugia en la Embajada Argentina y, desde allí, a través de Alicante sale de España. Luego entra a la zona 'nacional' y comienza a trabajar desde San Sebastián cubriendo el conflicto. También obtuvo un permiso para ir a Roma en 1938 para cubrir como fotógrafo el bautizo de Juan Carlos I. En 1940 y 1941 trabajó para la Casa del Generalísimo como encargado de la programación de cine del Palacio de El Pardo.

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