Carles Sans | Actor

«La risa es tan importante que estamos dispuestos a pagar por ella siendo gratis»

-Se acostumbra a escucharse después de tanto tiempo en silencio?

-No había otra. Quería hacer algo distinto y solo podía hacerlo hablando. Después de 40 años en silencio, debo decir que un poquito sí que me apetecía.

-¿Cómo está en este proceso; ha habido nervios o ha sido un paso natural?

-En cierto modo, durante un tiempo, tuve mucha incertidumbre porque se trata de cambiar de género, de trabajar solo, utilizar la palabra. Todo ello me generaba muchas dudas. Algunos amigos de mi círculo más íntimo me decían, ¿tú crees que tienes que meterte ahora en este lío? Pero una vez superado esto y ver que el espectáculo tiene tanto éxito, el público se ríe tanto y yo me lo estoy pasando tan bien, la verdad es que creo que ha sido un buen paso.

-Recupera uno de los oficios más antiguos; contar historias para entretener...

-Pues sí, efectivamente. Y en este caso diría que, aunque técnicamente es un monólogo, porque lo es, creo que es interesante destacar que es muy teatral. No me siento en un taburete a hablar con un micro. Procedo del teatro y se nota. Hay una puesta en escena. Me apetecía mucho hacer este paso y estoy muy contento.

-Es un monólogo, pero detrás, viendo la ficha técnica, hay una decena de personas, una demostración de lo que supone montar un espectáculo.

-Evidentemente. A mí me interesaba que los personajes tuvieran su luz, su música, su situación. Ha salido un espectáculo muy chulo en este sentido y tengo muchas ganas de representarlo en Santander, que es una ciudad que a Tricicle siempre nos ha recibido con los brazos abiertos. Espero que la gente 'triciclera' no me falle y venga a ver este 'Por fin solo', que también es una especie de homenaje, porque hablo mucho de historias muy divertidas, muy locas y todas reales de Tricicle.

-Cuando un artista con una carrera como la suya cuenta todo lo que hay tras el telón, suele ser en biografías extensas y usted lo cuenta hablando.

-En cierto modo sí. Son anécdotas, situaciones que el público, cuando termina el espectáculo, viene y me pregunta si de verdad me pasó eso, contadas a mi estilo. Te doy un dato; viendo que se reía tanto la gente el otro día, pedí a un regidor que contase cuántas veces se reía la gente. Da una media de cuatro y cinco veces por minuto. Lo cual no está nada mal.

-¿Es una buena media?

-Totalmente. Y teniendo en cuenta, yo como catalán, el precio de la entrada, es tarifa plana.

-Es un catalán que se expresa de forma habitual en esa lengua y en castellano. ¿Valorar ese patrimonio lingüístico sería mejor en convertirlo en un arma política?

-Claro. Yo por ejemplo este espectáculo lo hago en español y catalán. Me siento un auténtico bilingüe y casi no me doy cuenta cuando hablo un idioma u otro, que es la verdadera virtud.

-Entre los cambios que ha introducido, uno es trabajar compartiendo dirección con José Corbacho. ¿Quién ha mandado más?

-Tenía muy claro que necesitaba a alguien que desde fuera se viera el espectáculo y fuera diciendo lo que ve. Con José tengo una amistad desde hace muchos años, me encanta cómo hace sus monólogos, es un tío estupendo y fue una idea muy buena. Nos entendimos de una manera muy rápida y muy fácil.

-Otra de sus actividades es colaborar con Dream Nepal. ¿La risa también puede ser solidaria?

-Sin duda. Yo digo que mira si es importante reir para las personas, que pudiéndolo hacer gratis, la gente está dispuesta a pagar por ello. A ir al teatro o cualquier sitio para que le hagan reír. Es fundamental. Cuando trabajas en un oficio en el que puedes comunicar cosas y ayudar a organizaciones que se dedican, de una manera tan abnegada, como es Dream Nepal, qué cuesta hacerlo, además a través del humor. En este tipo de cosas, si puedo, colaboro siempre.

-Decía estos días que el mejor público es el que se deja llevar por la inocencia. ¿Aún queda de eso?

-Afortunadamente, creo que sí. Estamos yendo hacia el camino de una sociedad muy dura, de opiniones y posiciones muy radicalizadas, de mucha crispación y violencia. Te pones TikTok o Instagram y ves mucha tensión. Pero creo que el ser humano aún tiene inocencia y se deja llevar, creo que eso no lo vamos a perder.

-¿Hacer reír es un trabajo muy serio que a uno le puede llevar cuarenta años de su vida?

-Eso decían Tip y Coll; el humor es una cosa muy seria. Es importante además para la gente comunicar, y con el humor se pueden decir muchas cosas que de manera seria no.