LA RISA DE SISSI

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Así planteaba la intención Chaplin, con Calvero como figura de luz apagada. Nada principal, víctima del olvido. Por tanto, no pega ni con cola titular a tal película 'Candilejas'. Las candilejas son otra cosa, lo que debía desconocer el autor de este cambio (seguro que no sabía ni quien era en un teatro el despabilador). Vuelvo a 'Feuerwerk'. Se encargó de dirigir 'Sueños de circo' (a lo hecho, pecho) Kurt Hoffmann bajoguión de Erik Charell, Felix Lützkendorf, Günter Neumann y Herbert Witt (Obra: Jürg Amstein). El autor de la música es Paul Burkhardt y el de la fotografía Günther Anders. Integraron el reparto Lilli Palmer, Karl Schönböck, Romy Schneider, Claus Biederstaedt, Werner Hinz, Rudolf Vogel, Margarete Haagen, Ernst Waldow, Käthe Haack, Lina Carstens, Liesl Karlstadt, Michl Lang, Charlotte Witthauer, Tatjana Sais y Willy Reichert. Nació José Llata Fernández en la calle Tantín de Santander. Como recuerda el historiador circense Francisco Martín Medrano «formó parte del batallón infantil de cornetas y tambores Auxilium y de la banda infantil de la Casa de la Caridad, en la que se inició con el clarinete», instrumento que dominaba magistralmente. Fue también compositor, firmando temas tan bonitos como el melodioso pasodoble 'Santander', del que existe una grabación para el sello Odeón de la orquesta de Ramón Busquets, con Manuel Gonzalbo como vocalista, del año 1945. Su letra comienza así: «Al hablar de Santander / siento en mi alma la emoción / y el anhelo de allá volver, / porque hablar de mi tierruca es hablar de mi querer. / La montaña es allí el vergel que vi al nacer, / y sus rosas y claveles / son las más bellas mujeres que soñé. / Y por ser montañesucas, jamás las olvidaré».

La canción se puede escuchar en un video de YouTube ilustrado con imágenes de la capital cántabra. También interpretó muy bien algunas de sus creaciones el grupo cántabro Los Carabelas. Tomando café con él una tarde en Santander me contaba Joselito que Romy Schneider era una artista «agradable, simpática y natural, nada diva. Guardo un gran recuerdo de aquel trabajo a su lado». Se nota observando la foto adjunta, captada en un descanso del rodaje, que integraba la despedida del circo: se lo está pasando pipa con los divertidísimos payasos españoles. Un día nuestro paisanuco se fue a tocar el clarinete al cielo, pero nunca le olvidaré. Parece que estoy contemplándole, por ejemplo, en el Circo Chen, instalado en El Zapatón, en Torrelavega, con su aire chapliniano, llenando la pista de encanto y delicadas notas musicales...