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Los paralelismos y contrastes entre la iconografía de Picasso y la de las pinturas de Altamira han servido de inspiración a Rogelio López Cuenca para ... crear una intervención, él insiste en que no se llame exposición, que se puede ver desde ayer y hasta el 29 de octubre en el Museo Nacional de Altamira en Santillana del Mar. Un diálogo en el que aborda de manera crítica el fenómeno picassiano que, para López Cuenca, incluye «rasgos propios del consumo de mercancías característicos del capitalismo tardío, donde la cultura ha venido a ocupar una centralidad hasta el momento desconocida», señala.
«Una de las cosas que más me llamó la atención es el contrate entre la figura del artista profesional, famoso, casi como si fuera una estrella del rock, que es Picasso, frente al anonimato de los primigenios artistas que realizaron las primeras figuras en la cueva, que probablemente no fuera un único individuo, si no un conjunto de ellos y también muy posiblemente, como en la gran mayoría de obras anónimas, fueran creadas por mujeres en lugar de esa figura patriarcal, casi de héroe que trabajó solo de una manera genial», aseguraba ayer el artista durante la presentación de su trabajo.
La instalación Rogelio López Cuenca relaciona la figura del gran bisonte de Altamira con piezas trenzadas en el imaginario de Picasso.
El mensaje La mercantalización de la cultura es algo que el artista deja entrever en la obra.
El proyecto Forma parte de la celebración del 50 aniversario de la muerte de Picasso, organizado por el Ministerio de Cultura y se desarrollará durante los próximos seis meses en 10 museos nacionales.
Fechas En Altamira podrá visitarse hasta el día 29 de octubre.
Y esa reflexión junto con otras relacionadas con el mercantilismo de la cultura que impera en el siglo XX, intenta según señala «suscitar preguntas en esta instalación que no es otra cosa que una inserción de elementos en el interior de la colección de este Museo. No se trata de una exposición sino de generar un cierto grado de interrupción en el modo en el que consumimos la cultura en la actualidad, como una mercancía más en el conjunto de imágenes o discursos que fluyen sin cesar en la contemporaneidad. Pienso que la práctica artística es precisamente uno de los lugares en los que es posible plantear una cierta interrupción o un retardamiento en la interpretación de aquello que estamos condenados a consumir permanentemente».
La idea de este artista, que el año pasado obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas, forma parte de un proyecto que lleva por título: 'PI©A$$oT' y que se desarrollará en diez museos nacionales. En cada uno de los centros en los que se desarrolla esta iniciativa el artista intenta trenzar la perspectiva de la celebración de los 50 años de la muerte de Picasso con los diferentes discursos museográficos. La primera parada de ese diálogo tiene lugar precisamente en Altamira, uno de los diez lugares elegidos por el Ministerio de Cultura, a través de la Subdirección General de Museos Estatales, que forma parte del programa cultural de la presidencia Española del Consejo de la Unión Europea y por ello, a la inauguración asistió ayer, además del artista y la directora del Museo de Altamira, Pilar Fatás y de la teniente alcalde de Santillana del Mar, Sara Izquierdo, la subdirectora general de Museos Estatales, Mercedes Roldán.
López Cuenca reconoce que Altamira, donde se realiza la primera parada de este proyecto conmemorativo, «es uno de los últimos reductos donde se puede plantear un ralentizamiento de la velocidad de ese consumo» y que por ello ha querido plantear «más que una exhibición al uso de unas producciones culturales marcadas por su pericia técnica o excepcionalidad, una serie de preguntas en torno a cómo consumimos o qué creemos que estamos viendo, lo cual nos pondría incluso delante del mito de la caverna platónica. ¿Lo que estamos viendo es real o estamos en un proceso de construcción generada por los medios?», se pregunta el creador.
Por todo ello, afirma a modo de resumen: «Con esta propuesta artística intento poner en juego un montón de elementos para todos aquellos que estén dispuestos a iniciar una lectura que ponga en crisis nuestras convicciones, previsiones y, sobre todo, nuestros hábitos de consumo».
De este modo, las propuestas expositivas en este museo incluyen tanto piezas procedentes del archivo del artista como otras creadas específicamente para la ocasión y parten de las características de los museos (en cuanto a temática, materia o técnicas), de forma que relacionan con sus discursos museográficos, «como si de una intromisión, un ruido similar al que provoca la publicidad se tratase». ¿Y cómo lo hace? Poniendo en relación, en el caso de Altamira, la figura del gran bisonte, con diversas piezas que aluden tanto a la mitología del minotauro, como a la tradición de la tauromaquia, ambas íntimamente trenzadas en el imaginario popular en torno a la figura de Picasso y su identidad nacional.
El proyecto se completa con una publicación en forma de periódico que estará a disposición gratuita de los visitantes de las distintas sedes del proyecto que recoge una selección de artículos de investigadores y estudiosos de referencia tanto en la obra de Picasso, como en la diversidad de modos en que el fenómeno de su contradictoria fama se despliega y es consumido en la sociedad contemporánea. Los autores que firman los diferentes artículos son, además del propio Rogelio López Cuenca, Paula Barreiro López, Isabel Bellido, Pepa Bueno Fidel, Helena Chávez Mac Gregor, Javier Cuevas del Barrio, Santiago Eraso Beloki o Elo Vega, entre otros.
Picasso, recordó el artista, nunca visitó la cueva de Altamira, pero cuando vio sus imágenes publicadas quedó impactado, hasta el punto de haberse hecho célebre la frase que se le atribuye: «Después de Altamira, todo parece decadente».
Según López Cuenca esa influencia se mantuvo presente a lo largo de su producción, y así se puede observar en sus más de cuarenta obras y en su colección privada de cráneos de animales, huesos, fotos y diversos objetos de formas primitivas.
Esa influencia ahora se muestra de la mano ahora de la mano de este creador que desarrolla desde hace años un proyecto de investigación y recopilación de un archivo de imágenes relacionadas con Picasso en muy diferentes soportes, como grabaciones televisivas, invitaciones de exposiciones, recortes de prensa o souvenirs.
Tras Altamira, el Museo Nacional de Arqueología Subacuática Arqva en Cartagena será del próximo día 19 al 29 de octubre la sede de otro de los diálogos artístico de López Cuenca con Picasso. La iniciativa continuará en el segundo semestre del año, en el Museo Nacional de Escultura (Valladolid), el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias 'González Martí' (Valencia), el Museo Nacional de Arte Romano (Mérida). En Madrid, recalará en el Museo Nacional de Artes Decorativas, el Museo del Traje. CIPE, el Museo del Romanticismo y el Museo Cerralbo, así como el Museo Fundación Lázaro Galdiano.
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Ana del Castillo
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