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Rosalía Banet, Gorka Mohamed y Marina Núñez son los nombres propios de la nueva temporada de Robayera. El veterano espacio de arte que nació a ... finales de los años ochenta de la mano de Juan Manuel Puente, por el que han pasado decenas y decenas de artistas nacionales e internacionales, abre el próximo sábado su primera muestra de 2024 dedicada a la obra de Rosalía Banet que regresa de esta forma a Cantabria en su cuarta comparecencia. La Sala Robayera de Cudón-Miengo tendrá su puesta de largo con 'Solo un cuerpo es otro', que será inaugurada con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Miengo y el Gobierno de Cantabria. Rosalía Banet expuso en el Museo de Arte de Santander en dos ocasiones: en el EspacioMeBAS en 2015 con la instalación de su 'Fábrica de conservas agridulces' y en la serie expositiva 'El puente de la visión' de 2009.La exposición en la Sala Robayera, donde podrá visitarse hasta el próximo 11 de agosto, supone no obstante su tercera comparecencia individual en Cantabria, pues en 2013 mostraba 'Edible Eaters' en el Palacete del Embarcadero. Este año, además, estará presente en Artesantander con la Galería Rafael Pérez Hernando de Madrid.
La reflexión sobre el cuerpo y la otredad, «qué es lo propio y lo ajeno, así como sobre el mecanismo de interdependencia que sustenta la naturaleza», vertebra el proyecto destinado a Robayera configurado por obras reunidas bajo el citado epígrafe, 'Solo un cuerpo es otro', extraído de un ensayo del filósofo Jean-Luc Nancy titulado 'Corpus'. La exposición está vertebrada por varias obras de gran formato de la serie 'Botica humana', que fueron creadas durante la estancia de Banet en la Real Academia de España en Roma.
Estas composiciones recuerdan las wunderkammer (también llamadas cámaras de maravillas o gabinetes de curiosidades) del Renacimiento con sus colecciones insólitas, en este caso, fragmentos del cuerpo envasados: desde partes externas hasta órganos internos, incluyendo huesos y líquidos (sangre o bilis negra). La artista se inspiró en una colección de piezas encontradas en el antiguo taller de Roma del escultor neoclásico Antonio Canova, la piel del autorretrato de Miguel Angel en la Capilla Sixtina, huesos rescatados de libros viejos de medicina de la Universidad La Sapienza o simplemente pedazos de carne expuestos en los escaparates de los restaurantes romanos.
El cuerpo, transformado en naturaleza muerta, «expuesto al análisis escópico y a ser escrutado, representa nuestra propia fragmentación y aislamiento, invitándonos a reflexionar sobre algunos excesos de la sociedad contemporánea que nos han acabado situando al borde del colapso». Junto a ellas, se mostrará una instalación site specific que lleva por título 'Paisaje humano', formada a partir de recortes de papel que utilizan la pared como lienzo. Se trata de una instalación de fragmentos corporales dislocados e intercambiables que conforman un paisaje.
Los cuerpos rotos, sin identidad, que habitan el imaginario de Rosalía Banet, «apuntan metafóricamente a la deshumanización y alienación de las sociedades tecnológicas, así como a la marginación e invisibilidad del ser», según la artista. «Cuando nombramos a un animal por su especie o su género, le negamos una identidad, algo parecido a lo que hacemos con los otros subalternos, que quedan así interpretados como seres sin atributos, sin nombre propio». «El cuerpo es materia, presencia, existencia, prueba fehaciente de que estamos aquí y ahora, de que somos», apunta Nerea Ubieto en el texto que introduce el catálogo de la exposición.
Finalmente, la muestra incluye una serie de 'Tótems' que, como explica Banet, «intentan alzarse muy alto, pero no consiguen ser quienes quieren ser». Estas piezas se alternan con dos composiciones de gran formato de la serie 'Homo humus (Renacimiento)', que han sido creadas ex profeso para este proyecto, por lo que corresponden a su producción más reciente.
En ellas, los cuerpos florecen, pero lo hacen en forma híbrida, pues de los torsos humanos surgen flores de un cromatismo muy vivo. De este modo, los cuerpos acaban fundiéndose con la tierra, como espacio del que procedemos y al que sin duda retornaremos. Rosalía Banet vive y trabaja entre Madrid y la localidad alicantina de Calpe.Es una artista multidisciplinar cuya práctica parte siempre del dibujo, para desarrollar proyectos que toman diferentes formas y formatos, desde pinturas o esculturas a instalaciones y piezas audiovisuales. Los tres ejes que vertebran su práctica son el cuerpo y sus enfermedades, el alimento y el territorio.
Gorka Mohamed, que este mismo año participó en ARCO, es una artista visual que vive entre Londres y Cantabria. Su práctica artística se centra mayormente en la pintura y en la obra en pastel.Algunas de sus exposiciones recientes son 'Hall of Mirrows'galeria Marta Cervera (Madrid); o 'I Would Prefer Not To', galeria Thomas Bernard (París).
Marina Núñez, por su parte, representa en sus obras «seres diferentes, aberrantes, monstruosos, los que existen al margen o en contra del canon». La artista de intensa trayectoria expuso la pasada década en el Observatorio del Arte de Arnuero.
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Ana del Castillo
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