

Secciones
Servicios
Destacamos
Al inicio de la obra la escritura confesional del periodista y del narrador confluyen en la claridad: «Llevo una ya larga vida con él bajo tierra, pero continúa presente con esa grave pesadez de la que necesitas tirar como argumento para explicarte muchas cosas, tanto para deshacer su estela o para asumirla como parte innegociable del camino. Representa un trauma generacional en diferentes dimensiones. (...) Un tétrico ejemplo a no seguir. Una desgracia, una vergüenza, esa pobreza de espíritu necesitada de ínfulas capaz de producir la mayor movilización colectiva que recuerdo y he experimentado como cambio de mentalidad. Es también la culpa de un atraso, la evidencia tenue y sólida de una tiniebla. La única verdad para tantos, una incómoda realidad, esa presencia». Jesús Ruiz Mantilla ha mirado atrás, que muchas veces supone aclarar el presente, para afrontar su nuevo libro, 'Franco y yo' (Galaxia Gutenberg), que verá la luz el próximo día 9 de abril y tendrá su puesta de largo en Santander, en la librería Gil, el día 11 de ese mes.
Se cumplen casi tres décadas de la aparición de 'Los ojos no ven', primera novela del escritor y periodista santanderino, a la que siguió 'Preludio'. Después se han ido sumando una docena de novelas y ensayos, mientras traza una de las trayectorias más intensas del periodismo cultural, reflejo, crónica y testimonio de la evolución de la vida artística y creativa, musical especialmente, española del nuevo siglo a través de las páginas de El País.
En la premisa de su nuevo libro, presidido en su portada por la moneda con el rostro del 'Caudillo por la gracia de Dios', puede leerse: «Tú, español como yo, si has nacido en una generación anterior a este milenio, tienes una relación íntima con Francisco Franco. Tú, europeo, si no con él, la has podido mantener con cualquier sátrapa del continente. Tú, latinoamericano, sabes perfectamente de dónde viene ese torrente oscuro que por esas tierras ha traído al mundo tantos Tiranos Banderas, tantos Perones, Trujillos, Fideles, Videlas y Pinochets…».
Pero, ¿por qué Franco y por qué ahora? La respuesta, sostiene Ruiz Mantilla en conversación con El Diario, es «clara y cobra visos de urgencia. El franquismo vuelve en algunos ámbitos con un halo prestigioso incomprensible y debemos combatir con todas las armas esa ofensiva. No es algo que nos afecte exclusivamente como españoles, como tampoco fuimos un caso excepcional hace un siglo. El regreso del autoritarismo –prefiero llamarlo fascismo posmoderno– es una evidencia y un peligro real en todo el mundo. Lo lideran Putin y Trump, como lo hicieron Hitler y Mussolini antes, pero como ocurrió en el siglo pasado, tiene sus variantes en cada espacio».
En su reflexión el periodista apunta: «Nosotros tenemos un símbolo que desde la extrema derecha se empeñan en desenterrar y hay que volver a sepultarlo bajo tierra. El problema es la frivolidad con la que seduce a ciertos votantes, sobre todo jóvenes. Debemos admitir que en eso hemos fallado como sociedad, en no haber sabido alertar suficiente a sectores de las nuevas generaciones, no todos, desde luego, más bien una minoría, de esa dinámica destructiva que conlleva el fascismo».
En esta obra el también gestor cultural, director de los festivales Eñe en Madrid y Málaga, traza un recorrido por lo que fue la vida íntima y pública del dictador y ahonda en los resortes que han marcado y siguen marcando nuestra vida y la del país que gobernó: Tras casi 500 páginas y 39 capítulos, Ruiz Mantilla a la hora de definir al sátrapa echa mano de José Antonio Girón de Velasco, uno de los hombres destacados del régimen. «Decía de él que tenía estas fases en su estrategia para todo: 'Paso de buey, vista de halcón, diente de lobo y hacerse el bobo'. Y en el retrato que hago del dictador aparecen de manera sistemática. Fue su gran plan para sobrevivir en cada circunstancia vital y también para conservarse en el poder». Y subraya el autor: «Su sagacidad no ha dejado de impresionarme. Alguien que se mantiene cuatro décadas al frente del país no podemos caer en la tentación de decir que era tonto, es más, debemos aprender de su inteligencia para combatir con armas similares sus ansias de dominio», precisa el periodista.
Espacio de libertad
Pero, tratado como personaje de ficción, con el rigor histórico de la biografía, el pulso del periodismo y el ensueño surrealista de la novela, qué es realmente 'Franco y yo': «Ante todo, mi novela más arriesgada. Pero para empezar tendría que explicar por qué lo considero novela. Lo es en cuanto a que creo firmemente en el género como un espacio de libertad y sigo la senda cervantina en eso. En una novela cabe todo. Y en esta he armado una biografía histórica del personaje en base a criterios y técnicas periodísticas pero también novelísticas, una memoria personal del franquismo en mi familia, que quiere ser una memoria colectiva de su sociología y una trama con algo de fantasía que la convierte finalmente en novela», explica.
En este sentido, «espero que funcione para el lector porque he tratado de ser muy claro y que se divierta leyéndola».
No obstante lo de novelar no es óbice para que el lector se encuentre con documentos inéditos relacionados con la economía familiar, la biblioteca personal, las relaciones con la Iglesia, su desprecio a José Antonio Primo de Rivera o cartas y mensajes que dan prueba de su relación con Hitler o Churchill.
Jesús Ruiz Mantilla señala que varios de los documentos son «exclusivos. Algunos los había dado a conocer en una serie que publiqué en El País en 2015 llamada 'Los papeles de Franco'. Fueron papeles que me pasó José María Castañé, impulsor de una fundación sobre la violencia en el siglo XX, que se ha convertido en un personaje de la novela y cuya generosidad no me cansaré de agradecer».
Sobre limitaciones o impedimentos, el autor aclara: «No ha habido barreras, al contrario, todo fueron puertas abiertas y facilidades. Los documentos que utilizo están publicados en la novela, algunos me parecen cruciales y muy interesantes para comprender aspectos del personaje».
Y en la nueva obra del autor de la trilogía sobre el siglo XX en Cantabria –Ahogada en llamas, La cáscara amarga y Hotel Transición–, no podía faltar la presencia de su ciudad natal en el libro. «Hay mucho Santander en la novela. La parte de memoria autobiográfica se desarrolla casi toda ahí, desde el primer capítulo, donde rememoro la que fue en 1968 la última visita de Franco a la ciudad para la semana naval. Yo recuerdo aquello como un acontecimiento en mi familia pese a que apenas tenía tres años y he estirado la memoria para recrearlo. Fue la primera vez que tuve cierta conciencia de quién era», confiesa.
Pero la ciudad también está, no solo en el franquismo, sino en la «recuperación de la libertad en la transición, una época que se vivió con una alegría y una vitalidad emocionantes y que ha sido injustamente denostada por la izquierda más radical y la derecha más nostálgica en ese hoyo frívolo con el que ambas afrontan nuestro pasado en los últimos tiempos».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.