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«Con los nervios bonitos de tocar en casa». A un día de volver a actuar en su tierra y por primera vez dentro de la gira de presentación de su último disco, '5', el más personal de su trayectoria, Raúl Gutiérrez, Rulo, no es ... capaz de ocultar esas sensaciones especiales que no aparecen en ningún otro sitio, por muy prestigioso que sea el marco. «Parece que me tendría que poner más nervioso cuando toco en Madrid, por el impacto que tiene un concierto allí, por la presencia de prensa especializada, firmas a veces críticas, pero es un nervio más relajado que cuando actuó en casa. A mí me mueve siempre lo visceral, y no hay nada más emocional que tocar en tu tierra, delante de familia, de amigos de toda la vida, de fans que te han demostrado mucho cariño desde hace muchos años... Me gustaría ponerme menos nervioso pero, por otro lado, me hace sentir que no ha cambiado nada, que esa responsabilidad y esa emoción sigan pesando tanto me gusta; el día que no lo sienta, se habrán roto cosas. Yo en Cantabria, paseando, en la playa, en una terraza, no me siento músico, artista, pero cuando me subo al escenario, sí. Y ese cambio me genera ese nervio». El cantante, guitarrista y compositor reinosano habla de esta manera sobre el concierto que protagonizará mañana junto a su Contrabanda en Torrelavega (22.30 horas), su primera vez en El Malecón, «un aliciente más». Por si fueran pocos. La cita está enmarcada dentro de la segunda jornada del festival Música en Grande -el cartel de este día lo completan Leo Rizzi y Travis Birds-, pero advierte de que es un concierto «íntegro», con el mismo repertorio que está abordando en esta gira -más alguna sorpresa- y no en formato reducido como suele suceder cuando se trata de una convocatoria colectiva.
Rulo se muestra «muy satisfecho» del desarrollo de la gira que se inició en febrero en Madrid y que transitó primero por salas y ahora lo hace al aire libre. «Siempre he entendido la música como una carrera de fondo e intento componer cada vez mejor, tocar cada vez mejor... Y esta gira es fiel reflejo de esa filosofía: conciertos donde las entradas se agotaban un par de días antes, ahora ha habido casos donde ha pasado semanas antes. Se nota, por un lado, el parón de un año sin tocar, porque el público está cogiendo la gira con ganas y, por otro, que el disco ha caído en gracia. Como compositor, que es lo que más me siento, es un privilegio notar que mi repertorio no se fundamenta sobre canciones de hace diez, quince o veinte años, sino que los nuevos temas son muy bien aceptados. Un buen amigo me decía hace unos días que he desarrollado una carrera muy estable, sin grandes picos ni profundos valles, algo que no es tan habitual en un mundo tan cambiante como es la música. Y creo que tiene razón».
Protagonistas Concierto de Rulo y la Contrabanda mañana, viernes, a las 22.30 horas. Con anterioridad se subirán al escenario Leo Rizzi (19.00 h) y Travis Birds (20.30 h).
Lugar Campos de El Malecón, en Torrelavega.
Entradas. Los abonos para las tres jornadas del festival (que comienza hoy con La banda sabinera, Luz Casal y Los Secretos) y los tickets de día se pueden adquirir en la web https //musicaengrande.es/, en El Corte Inglés y en la taquilla, en este caso los días de conciertos desde las 17.00 horas.
Entre esos llenos habituales de esta gira se puede observar un público muy heterogéneo, intergeneracional, desde el que le sigue desde sus inicios en La Fuga hasta el que se ha sumado a lo largo de su trayectoria. «Es muy bien recibida esta variedad, el ver savia nueva, gente joven, es estimulante; que suceda esto viene a respaldarme como un compositor actual, vigente, no como un clásico, y me hace sentirme en paz con mi pasado porque los discos de distintas etapas no compiten entre sí. Y a la vez es gasolina para el próximo trabajo y reconforta después de invertir tantas y tantas horas en la composición. Es una variedad maravillosa, porque junto a estos fans que no habían nacido cuando empecé a tocar, están también sus padres y madres, pero no como acompañantes, sino entregados, y también público que me conoció con La Fuga».
El músico cántabro reivindica los directos, cuando está encima del escenario, como sucederá mañana en Torrelavega, y cuando asiste como ávido espectador a muchos de ellos, de muy distintos estilos. «En este oficio no hay nada más bonito que ir a ver un concierto, es como que te den un masaje en el alma. Y luego, a título personal, es inspirador, aprendo muchísimo», reconoce.
No es su única reivindicación. En la gala de entrega de los Premios de la Academia de la Música de España, Rulo, que estuvo nominado en las categorías de Mejor Álbum de Pop/Rock y de Mejor Canción de Rock, defendió igualmente la «música hecha con instrumentos» al entregar un premio a Arde Bogotá, los grandes triunfadores de la noche, a quienes puso como ejemplo. ¿Le preocupa la deriva de la música moderna? «No soy una persona que esté en contra de la evolución ni de lo moderno -responde sin tapujos-, pero cada vez se estila menos hacer música con instrumentos. En la vida, cuanta más tecnología, menos contacto piel con piel hay. Y en la música, los simuladores, los ordenadores, hacen que todo suene igual, nos lleva a una homegeneidad que no existe cuando tocas un instrumento, porque cada uno lo hace de forma distinta, aporta su toque personal. Claro que para grabar discos se utiliza tecnología, pero una cosa es eso y otra que hoy en día pueda hacer un disco alguien que no tiene ni idea de música y que ni siquiera sabe cantar. Y eso es una pena. Así que reivindico el uso de instrumentos, pero no solo como profesional, sino a nivel personal como usuario y con fines terapéuticos, porque el contacto con un instrumento te hace sentir bien, convierte un día malo en mucho mejor.
Pero -continúa Rulo-, ¿cómo se va a poner ahora un chaval a comprar un instrumento y a intentar dominarlo si en el fondo puede hacer música sin él de forma más rápida poniéndose delante de un ordenador? Pues no me gusta. Igual que tampoco me gustan los grupos que salen de un 'talent show' en vez de los que se forman en un garaje, amigos que crecen tocando, independientemente de a dónde lleguen. Hay que vivir la música sin tomar demasiados atajos».
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