Manuel Jabois

Escritor y periodista

«La rutina en una pareja es algo delicioso que echas de menos cuando desaparece»

-¿Cómo prefiere que definamos 'Mirafiori' como una novela de amor o un cuento de fantasmas?

-Me gusta pensar que no tiene una definición exacta y que el lector la va poniendo a su gusto, según lo que le afecte. A mí me parece que todas las historias son de amor porque cuando no es romántico es de otro tipo. Pero creo que es más atractiva la definición de cuento de fantasmas.

-Hablando de fantasmas y de amor. ¿La rutina puede ser el mayor fantasma en una pareja?

-Eso lo dice el narrador de la novela y tengo que confesar que yo no estoy de acuerdo con muchas de sus reflexiones. Con esta por ejemplo. A mí, cierta rutina en una pareja me parece deliciosa y solo cuando desaparece te das cuenta de lo mucho que la echas de menos. Yo en la rutina siempre me he sentido cómodo y nunca me ha podrido una relación.

-En 'Mirafiori' aparece usted mismo como redactor de obituarios de un periódico. ¿Le ha tocado escribir muchos?

- Es un género que me interesa mucho. Contar la muerte de los demás es algo que siempre vamos a hacer para dejar recuerdo de ellos. Desgraciadamente he escrito varios obituarios pero siempre de gente que he admirado o que he conocido directamente y cuantos menos obituarios he escrito más feliz he sido, desde luego.

-¿Es un género por reivindicar?

-Me parece que sí y la figura del obituarista o necrologista, que por adelantado va preparando sus textos y está 'ojo avizor' a las personalidades que pueden morir en cualquier momento, es muy respetada en la prensa anglosajona. En España también lo hacemos y a mí me parece un género noble y muy digno porque deja la huella visible del paso por la vida de alguien que merece la pena que se escriba de él. Creo que siempre es bonito.

-¿Es difícil escribir de amor sin caer en la cursilería?

-Lo más probable es que se caiga en ella. Me gusta pensar que yo no lo hecho en 'Mirafiori', pero hay momentos en los que de forma deliberada hay una intensidad emocional muy grande. Pero sinceramente me parece que en las parejas siempre se puede tener algún momento cursi. Yo soy enemigo de ello e incluso te diría que en mi vida privada no caigo en ese pequeño horror, que no deja de ser un horror digerible e incluso justificado en algunos momentos. Es como escribir de sexo sin cierta procacidad. Es muy complicado. Me parece que es mucho más delicado escribir de sexo que de amor.

-En su novela también se habla de un amor de juventud. ¿No le parece que los primeros amores están sobrevalorados?

-Posiblemente sí y lo mismo pasa la primera vez que tenemos sexo que seguramente no será la mejor, es más suele ser bastante catastrófica, pero sí la que siempre se recuerda. Si siempre nos remontamos al primer amor es porque suele estar relacionado con el momento del descubrimiento, aunque si quieres saber mi opinión, los amores de madurez son mucho más intensos y más verdaderos.

-En un momento de 'Mirafiori', una mujer en su lecho de muerte, afirma que «todos los que dicen que el dinero no da la felicidad son unos hijos de puta». ¿Está de acuerdo con el personaje?

-No, no. Se puede ser feliz sin mucho dinero, aunque es cierto que un poco sí es necesario. Estoy mucho más de acuerdo con la frase de Groucho Marx que dice que «la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...» Pero sí que creo que si tu felicidad depende del dinero estás bastante jodido.

-Hablando del dinero. ¿Compensa ganar un millón de euros por una novela aunque luego lo más bonito que digan de ella es que se parece una redacción escolar como le ha ocurrido a Sonsoles Onega con el premio Planeta?

-Hay una cosa que ocurre cuando publicas una novela o estrenas una película o cualquier tipo de obra que esté sujeta a los gustos del público y es que siempre va a disgustar a alguien o le va a parecer horrible. Si tuviese que firmar algo con lo que no estuviese de acuerdo o me pareciese horrendo no lo haría ni por un millón ni por cien millones de euros. La crítica es muy legítima y nuestras obras deben y están sujetas a ella. Lo que no compensa es que firmes o escribas algo que te parece horrendo pero que lo hagas porque sabes que te van a dar un millón de euros. Aunque no creo que haya sido el caso de Sonsoles. Seguro que ella cree en su obra.

-¿No le parece que las críticas han sido muy despiadadas?

-Más bien te diría que son críticas naturales que se suelen producir cuando se concede el Planeta y más en los últimos años. Cuando ganas el premio mejor dotado económicamente del mundo, tanto en lengua española como en lengua inglesa, te expones a críticas y halagos de igual calibre. Sabes que vas a vender un montón de ejemplares porque la campaña de promoción es muy fuerte, pero también que te subes a un escenario muy alto desde el que vas a recibir muchas críticas. Lo que no va a pasar nunca es que el premio mejor pagado del mundo o la película más vista no tenga ninguna crítica. Si 'Mirafiori' vendiese 200.000 ejemplares por supuesto que toleraría y me compensarían las críticas constructivas. Lo que me parecía mal es que un libro publicado en una editorial pequeña e independiente recibiese un trato durísimo por parte de la crítica y de un gran suplemento cultural pero no de un libro de una gran editorial que ha concedido un premio importantísimo.

-Con 'Mirafiori' concluye una trilogía, que engloba 'Malaherba' y 'Miss Marte' -por cierto las tres novelas empieza por M-. ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

-Lo de la M fue casualidad en las dos primeras. Pero cuando publiqué 'Miss Marte' y me di cuenta de que empezaban por la misma letra quise seguir con el juego. Y en cuanto a proyectos de momento no tengo ninguno nuevo. Estoy bastante involucrado en la promoción y tengo muchas cosas apuntadas en la cabeza que espero que pasen al papel pronto.