Ellas se salen de los márgenes

Las seis creadoras que protagonizan 'Sin límites' son muy conocidas en su mundo. Lo son por sus trabajos y también por su compromiso con la condición de mujer. Son artistas y son activistas. Cristina del Campo (Riosapero, Cantabria, 1981), María Gimeno (Zamora, 1970), Carmen González (Salamanca, 1973), Arancha Goyeneche (Santander, 1967), Natalia Pastor (Laviana, Asturias, 1970) y Marina Vargas (Granada, 1980) traspasan límites a la hora de crear en un intento de romper ese techo de cristal en su sector que, como se ha recordado con varias acciones estos días, está aún bien alto tal y como se puede ver también en la sala Concepción Arenal (en el edificio de la Biblioteca Central de Santander), hasta el próximo día 31 de marzo.

La iniciativa fue una de las cinco seleccionadas en la convocatoria 'Comisariado 2021', enmarcada dentro de las acciones de consulta y participación llevadas a cabo desde la Mesa de Artes Plásticas y Visuales del Consejo de Cultura puesta en marcha por la Consejería de Cultura. Está comisariada por Santiago Martínez y se puede definir como una panorámica multigeneracional del arte contemporáneo.

La obra de las cántabras Arancha Goyeneche, que el pasado año recibió el Premio de las Artes Plásticas de Cantabria, y Cristina del Campo son una muestra de la veteranía y la juventud del arte en esta región. Ambas indagan en las posibilidades del arte y sus derivadas con una obra que crece hacia lo tridimensional. Como la de la asturiana Carmen González, que también trabaja en las múltiples posibilidades de transformación del arte.

Las propuestas de las otras tres artistas son más directas en el mensaje, más reivindicativas. María Gimeno ya sabe mucho de esto. Es autora de una serie, 'Queridas viejas', que sirvió de referente para recuperar la memoria de tantas artistas olvidadas en los libros de Historia. Marina Vargas, que en estos momentos vive una doble lucha, la de materializar su compromiso como mujer y la más personal de luchar contra un cáncer, también es bien conocida en toda España. Por último, Natalia Pastor suma a su mensaje feminista la importancia de entorno y del paisaje tanto físico como psicológico.

En los últimos meses han vivido el confinamiento de distintas maneras, Cristina del Campo y María Gimeno fuera de España, la primera en Suiza y la segunda en Londres, centradas en su trabajo. A Goyeneche la inspiración le ha acompañado durante esta crisis, mientras que a Natalia Pastor su condición de mujer 'cuidadora' no le ha dejado proyectarse como hubiese querido. Carmen González ha tenido que reinventarse para poder seguir dando sus clases en la Facultad de Bellas Artes y Marina Vargas sufre dos crisis, la del covid y la de su enfermedad, un nuevo frente en su lucha, la de todas, por romper límites en el mundo del arte.

1. En esta exposición muestro una pieza de gran formato del año 2004 y otros trabajos más recientes. Se puede ver una serie que se llama 'Caprichos cromáticos' que hice en 2017 y que nunca se ha visto en Cantabria y que para mí es importante porque supuso el inicio de trabajos posteriores hacia el volumen y la escultura. También hay otras dos piezas recientes que no están hechas para esta exposición, pero que coinciden con ella y que se titulan 'El año que no hubo primavera' y 'El año que hay primavera', sobre la situación que hemos vivido desde el confinamiento.

2. El pasado mes de enero se publicó un estudio sobre desigualdad de género en el arte bastante riguroso. La conclusión a la que llega es que la visibilidad de la mujer sigue siendo inferior en el sector si bien en los últimos años se están tomando medidas para solventar esa desigualdad. Sigue habiendo techos de cristal en este mundo y las mujeres siguen ocupando cargos secundarios, por ejemplo en los museos.

3. La pandemia me ha servido para refugiarme más en el arte. No solamente he trabajado y estoy trabajando más si no que además he podido seguir más conferencias desde casa. Es cierto que se han caído exposiciones interesantes, pero el covid me ha afectado más a nivel personal, como al resto de la gente que no hemos podido estar con personas queridas, aunque sé que hay artistas que se han bloqueado.

4. El arte nos ayuda a crecer como personas. A ser más tolerantes, tener un espíritu crítico y a ser más felices. Para mí es como comer o respirar.

1. En esta exposición trabajo en traspasar las técnicas pictóricas tradicionales en papel o óleo y las dimensiones para llevarlas a unas posibilidades más abiertas. Las obras tienen posibilidad de continuar, pueden reducirse, ampliarse... Es una pintura que no está cerrada y está siempre en posibilidad de transformación.

2. Las artistas, como todas las mujeres profesionales, estamos dándolo todo y por eso es importante celebrar días como el 8M y sacar a la luz todo el trabajo que realizamos. Queda mucho trabajo por hacer y se ha puesto de manifiesto que aún hay asuntos sin resolver como es el tema de los cuidados. Las compañeras que se dedican únicamente al arte y a exponer tienen más problemas que las que como yo también nos dedicamos a la docencia.

3. El covid nos ha puesto a prueba y nos ha obligado a reinventarnos. En mi caso he trabajado muy poco como artista durante esta pandemia y como docente en la Universidad hemos tenido que reinventar el tipo de clases que damos. El covid ha supuesto un reto, pero para todos, también para los profesionales de la sanidad y maestros.

4. El arte nos enseña cosas de nosotros mismos. Nos ayuda a leer de otra manera el mundo en el que estamos y a comprenderlo. A profundizar con herramientas que son más sutiles y que nos hacen sentir. También nos ayuda a conectar con una tradición cultural que tenemos que reconocer porque todos somos herederos de una cultura. No podemos prescindir del arte porque nos hace personas de nuestro tiempo.

1. Muestro una parte de la obra que presenté el año pasado en la galería Juan Silió y que es mi trabajo más reciente. En esa serie, que lleva por título 'Habitat', pasé del collage pintado que imperaba en mi anterior exposición al collage real, así como de lo bidimensional a lo tridimensional. Es la primera vez que introduzco pequeñas esculturas y hago piezas más irregulares en lo que se refiere al formato, sobre todo en los bordes de las obras.

2. La situación de la mujer artista ha mejorado, sí, pero aún queda mucho que hacer. Se están dando pasos y en mi caso particular puedo decir que soy una privilegiada porque enseguida he logrado entrar en una buena galería, la de Juan Silió, he expuesto mucho y nunca me he sentido apartada. Pero conozco a muchas artistas que sí lo están y que son tan buenas o más que muchos hombres. Me quedo con lo positivo y que estamos en el buen camino.

3. La crisis está siendo especial para mí porque me ha pillado en Suiza donde trabajo de ayudante de una artista. En lo que se refiere a la creación no afecta tanto porque estamos acostumbrados a trabajar en solitario, pero sí que me ha afectado en lo referente a exponer. Inauguré una muestra en Juan Silió el 7 de marzo y el día 15 se cerró la galería. Aunque luego se pudo volver a abrir vino menos gente y perdí ventas apalabradas.

4. El arte es una de las pocas cosas que aporta un alimento a las emociones y por eso existe desde los inicios de la humanidad. También sirve para sentirnos vivos y tener ánimo para seguir adelante.

1. En esta exposición se podrán ver varias piezas que dicen mucho de mi obra. Por un lado está un vídeo basado en un dibujo de Suzanne Valadon que para mí es muy importante porque hizo que me interesada por su obra y por la de otras mujeres artistas y que me llevó a hacer la serie 'Queridas viejas'. Además también se puede ver el vídeo en el que yo por primera vez me puse chaqueta y corbata y que luego utilicé en otras performances. En él juego con unos platos para cuestionar el rol de la mujer. Los vídeos se acompañan de una instalación con platos pintados y un dibujo.

2. Todavía existe una gran desigualdad en el arte. Se han dado pasos, pero son de tortuga. Es cierto que cada vez hay más conciencia y se nos tiene más en cuenta, pero parece que esto sólo sucede en el mes de marzo. Ojalá con el tiempo estas conmemoraciones dejen de ser necesarias.

3. Vivo en Londres y está siendo triste no sólo el no volver a España a ver a mis padres, también permanecer en una ciudad tan vibrante que está prácticamente muerta. Por otro lado estoy ampliando la obra de 'Mis queridas viejas', traduciéndola al inglés y la voy dar un giro a nivel conceptual o teórico. Además quiero introducir arte textil y bordado a esa serie e Inglaterra es el paraíso para este tipo de producciones artísticas.

4. El arte es un alivio para el alma y también puede ser objeto de denuncia social pues mucha producción artista es feminista. Pero además me gustaría recordar que el arte no es algo exclusivo para los eruditos, no tiene género y edad.

1. Vivo en la Cuenca del Nalón en Asturias y procedo de una familia minera. Es una zona en decadencia donde he podido vivir en primera persona la transformación del paisaje industrial y el cambio del tejido social, urbano y económico lo que ha inspirado a la obra que presento, una especie de metáfora entre el paisaje físico y el paisaje psicológico.

2. Afortunadamente empezamos a ver un poco de luz, pero yo trabajo en un centro de enseñanza secundaria y soy muy consciente de que la mujer artista todavía sigue muy ausente de los programas educativos. Es algo que me parece indignante. También es inferior la presencia de mujeres en ferias, galerías y exposiciones. El techo de cristal sigue ahí. Hay más trabajo colectivo y las redes han dado un gran impulso. Las asociaciones, algunas de ellas a las que yo pertenezco, están creciendo y su trabajo se nota.

3. El covid, en el mundo del arte ha influido más a las mujeres. Es un colectivo que viene de una gran precariedad. En mi caso he vivido un confinamiento agotador pero el menos fructífero de mi carrera. Teletrabajé al mismo tiempo que atendía mi casa y a mis hijas. No había lugar para la creación ni la reflexión. A eso se suma la falta de ingresos, muchos artistas no han podido acceder a las ayudas.

4. Creo que es muy importante desarrollar una sensibilidad artística desde pequeños porque abre unas vías de reflexión y de comprensión del mundo en que vivimos. El arte no solo comunica, también contribuye especialmente al desarrollo del pensamiento crítico.

1. Expongo tres piezas, una instalaciones escultóricas que se completan con un dibujo en pared que he pintado allí mismo; otra es una escultura y la tercera es una fotografía. Un autorretrato. Es muy especial para mí y también es la primera vez que la expongo. En 2019 me diagnosticaron cáncer de mama y es una manera de visibilizar esta enfermedad y de materializar mi compromiso como mujer y enferma de cáncer para intentar romper tabúes.

2. Se está demostrando que siempre que hay una crisis las primeras que pagamos somos las mujeres. Temo que todo el esfuerzo de los últimos años se nos vaya de un plumazo y veo también mucha hipocresía, todo el mundo dice que es feminista pero no se refleja en la realidad del mundo de la cultura. Las mujeres somos minoría en el mercado del arte, en la industria cultural y los número hablan. Feminismo es activismo, compromiso diario, pensamiento y conciencia colectiva y si no se hace no sirve de nada.

3. En mi caso sufro dos crisis, el covid y mi propia enfermedad. He vivido un doble encierro, afortunadamente con mucho apoyo de los míos. Me he agarrado a mi trabajo y en este sentido ha sido un periodo muy fructífero y reflexivo. Me ha servido para ver qué quiero, cómo lo quiero y aprender a valorar el tiempo.

4. El arte crea comunidad, conocimiento, empatía y hace reflexionar. Es un pilar importantísimo para una sociedad moderna. Puede que no cambie el mundo pero sí que transforma pequeñas parcelas y esas transformaciones son muy importantes.