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Junto a Los Raqueros, mirando a Peña Cabarga y con el pañuelo rojo al cuello, más de 400 personas han entonado este sábado 'Santander, la marinera' para rendir homenaje a su autor, Chema Puente, fallecido la semana pasada. Ni la lluvia, ni el ... frío, ni el viento minaron el ánimo de los allí reunidos, que tenían muy claro «que había que venir sí o sí, nos puede el sentimiento». La convocatoria, a las 12.00 horas, corrió como la pólvora entre los santanderinos, con el poeta Regino Mateo como impulsor del sentido homenaje y el Coro Ronda Altamira marcando el ritmo.
A pesar de que las condiciones meteorológicas estaban en contra, Puertochico empezó a llenarse veinte minutos antes de la cita. Allí destacaban los pañuelos rojos en referencia a la canción que cientos de personas estaban a punto de entonar y que dice: «En Puertochico te espero / Frente de Peña Cabarga / Ponte el pañuelo encarnado». Entre los asistentes también estaba la mujer de Puente, Cristina, visiblemente emocionada por la multitud que se había concentrado para despedir a su marido en un acto espontáneo, nacido de la admiración de los vecinos de Santander hacia el artista de Cueto.
Mientras el Coro Ronda Altamira se preparaba para entonar las primeras notas de la canción más emblemática de Puente, Mateo quiso agradecer la multitudinaria asistencia al acto y dedicar unas palabras de cariño al rabelista y a «todo lo que hizo por Cantabria, Santander y la música tradicional». «La gente de Santander le dedica un adiós como merece y vamos a cantar hasta que Chema tiemble de emoción allá donde esté». El presidente del Coro Ronda Altamira, Julio Merino, recordó que Puente fue Marcero Mayor en 2013 y afirmó que «su generosidad y su creatividad nos ha dejado un vacío». Hasta Los Raqueros hicieron su particular homenaje al artista, ya que uno de ellos, el que está sentado sobre un noray, tiene entre sus brazos, desde la semana pasada, un ramo de flores.
Tras las palabras de cariño, el coro comenzó a entonar 'Santander, la marinera', seguido por todos los asistentes, que miraban hacia Peña Cabarga: «Santander, la marinera / Es la que más quiero yo / La que tiene azul el alma / Y al viento en su corazón». Al terminar, un sentido y largo aplauso llenó Puertochico antes de que la multitud se disipara. «Y vamos a pasear», como dice la canción.
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