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Minutos antes de que comenzara la misa funeral por Chema Puente, en la iglesia de Santa María de Cueto, el expresidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el músico Nando Agüeros comentaban que 'Santander, la marinera' es una de esas canciones que pasará a la ... historia del folclore regional. «También 'Viento del Norte'. Las dos canciones son lo más», le decía el secretario general del PRC a un Nando Agüeros que aún no se podía creer la repentina muerte de su amigo y compañero. Un sentimiento compartido por la mayoría de la gente que quiso despedirse en la mañana de este domingo del rabelista y compositor más querido de Cueto y también brindarle los últimos aplausos. Y la popular habanera, como no podía ser de otra forma, sonó fuerte al final de la misa, oficiada por el párroco Julio Landeras, justo cuando el féretro con los restos mortales de Chema Puente salía del templo. Fue uno de los momentos más emotivos de la mañana, cuando todos los asistentes de forma espontánea y con una gran emoción comenzaron a cantar: «Santander, la marinera/ Es la que más quiero yo/La que tiene azul el alma/Y al viento en su corazón...». «Pues yo, como le dije una vez medio en serio medio en broma, hubiera dado la mitad de mi repertorio por haber escrito esa canción», contaba Nando Agüeros.
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El adiós del músico, del amigo, del vecino, del maestro, llevó a centenares de personas a ese oficio religioso, muchas de las cuales se tuvieron que quedar fuera del templo porque se quedó pequeño. «¿Has visto cuánta gente ha venido? Qué emoción», se oyó que le comentaba su hija, Rosalía, a su hermano, Pablo, abrumada por el cariño que rebosaban los presentes, mientras abrazaban a su madre, Cristina Incera, la esposa y compañera de vida del músico desaparecido.
Y sí, había mucha emoción porque los que asistieron al adiós de Chema Puente lo hicieron de corazón, a título personal, y con un hondo pesar que se percibía en sus gestos y miradas. La directora general de Cultura, Eva Guillermina Fernández; el consejero de Economía del Gobierno de Cantabria, Luis Ángel Agüeros Sánchez –gran aficionado al folclore–; el portavoz del grupo municipal regionalista, Felipe Piña; históricos socialistas como Juan Guimerans, Isidro Cicero o Cristina Pereda –los principales dirigentes estaban en Sevilla en el congreso nacional del partido al que estuvo vinculado el músico–, además de Revilla, fueron algunos de los representantes de la política regional presentes durante el acto religioso.
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Pero entre los asistentes, con una amplia mayoría de vecinos de Cueto, también se veían rostros de distintos sectores de la cultura. Como el artista Roberto Orallo, quien reconoció que «siempre que se muere alguien hablamos de él maravillas, pero es que en este caso es verdad». «No era solo un gran músico, era una buenísima persona en el sentido literal. Fue un hombre elegante, cordial y amigo. He tenido mucha suerte de haberlo conocido». También el director del Museo de Prehistoria de Cantabria (Mupac), Roberto Ontañón; el catedrático de la Universidad de Cantabria Ramón Maruri, el escritor Marino Pérez Avellaneda o el regatista olímpico Jan Abascal se acercaron, entre otros, a acompañar a la familia.
Ya en el interior de la iglesia, los asistentes esperaban a Chema Puente con una rosa en la mano que previamente había repartido la Asociación de Vecinos de Cueto. Su presidente, Santiago Sierra, aún seguía conmocionado por la pérdida del que fuera un gran amigo. «Hoy a todos los vecinos de Cueto nos falta un pedazo de corazón. No despedimos solo al hombre que nos dejó un legado inolvidable, un himno que es nuestro aunque no sea reconocido oficialmente. Despedimos al amigo, al vecino. Despedimos a alguien que vivió con humildad, con principios que muchos compartimos», señaló.
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Esta semana, la junta directiva del colectivo vecinal se reunirá y probablemente decidirán algún tipo de homenaje a su vecino. «Pero eso hoy no toca. Hoy es el día de decir adiós», señaló.
Durante la homilía, el párroco se refirió a Chema Puente como «un hombre joven de corazón, abierto, especial...». Un hombre comprometido con su barrio y su ciudad «como demostró en sus canciones en las que tantas veces habló de Cueto y Santander». «Seguro que ahora estará tocándole el rabel a Dios y cantándole 'Santander, la marinera'».
La misa fue cantada por dos de los coros en los que Chema Puente participaba habitualmente. Uno, el de Santa María de Cueto, dirigido por José Ramón Rioz, que compartió «el dolor tan grande que supone despedir a un músico como él y, sobre todo, a la gran persona que era».
El otro coro que intervino en la misa fue campurriano: la Ronda La Pozona, que interpretó otra de las canciones de Chema Puente: 'Marineros de Cueto'. Su director, Alfonso Ahumada, reconocía que no podían hacer menos. «No solo era un gran músico, también fue un gran amigo, siempre pendiente de los suyos. No te imaginas lo que le vamos a echar de menos».
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Julio Merino, presidente de la Federación de Coros de Cantabria, no podía faltar a la despedida. «Ha sido un referente indiscutible para la cultura de Cantabria, pero creo que hoy debemos centrarnos en su persona y en quién era. Un hombre dispuesto siempre a atender cualquier petición, no solo cultural sino personal. Se ha marchado en silencio, el mismo con el que se mantuvo en su vida, porque lo que no le gustaba lo decía cantando, y se rodeó, y aquí está la prueba, porque mira cuanta gente hay, de tantos amigos y de tanta gente que le quiere, que poco más te puedo contar. Cada uno hemos vivido nuestra historia con él. Yo le estaré eternamente agradecido y así se lo he transmitido a su familia».
El rabelista compartió muchas veces escenario con Luis Mari Sánchez, que estaba tan emocionado que apenas podía hablar, como también lo estaba uno de los jóvenes rabelistas que formó: Mimi San Emeterio. Como su mentor, este músico es de Cueto, y entre la emoción y la incredulidad –«es que todavía no me lo creo»– apenas podía hablar.
A todos ellos, y a los que no estaban, a los clubes deportivos, asociaciones de vecinos y todos los que en general habían querido a su padre se dirigió, durante el funeral, su hijo Pablo. Unas breves palabras que recibieron el primer aplauso del día. El segundo y el más largo fue el que sonó al final de ese 'Santander, la marinera' que se entonó como despedida. Chema Puente ya no está con nosotros, pero su música y su trabajo por el patrimonio inmaterial lo estarán siempre.
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