Santander en la memoria visual de Jorge Fernández
1980-1984. ·
Una selección de más de treinta imágenes, acotadas por la biografía y el tiempo creativo y profesional del fotógrafo santanderino, integran la próxima exposición del CDISSecciones
Servicios
Destacamos
1980-1984. ·
Una selección de más de treinta imágenes, acotadas por la biografía y el tiempo creativo y profesional del fotógrafo santanderino, integran la próxima exposición del CDIS«Hay una agresión implícita en cada uso de la cámara». La sentencia de Susan Sontag es como un axioma para Jorge Fernández. El fotógrafo santanderino (1950) ha forjado una de las trayectorias visuales, del retrato al documento, más coherentes y prolíficas, también a veces ... desconocida, de la fotografía de Cantabria. Una identificación con Sontag que se refleja en esta reflexión: «Las fotografías son en realidad la experiencia capturada y la cámara es el brazo ideal de la conciencia en su afán de poseer. Fotografiar es apropiarse de lo fotografiado. Significa ponerse a sí mismo en una relación con el mundo que se siente como conocimiento y por lo tanto, como poder». De esa agresión consentida, Jorge Fernández ha generado un álbum personal de miradas que abarcan desde la documentación urbanística a la compilación de obras de arte, de los retratos (también autorretratos) a los trayectos de ciudad y puerto... Y en el epicentro de esa biografía adherida a la cámara, asoma Santander. La sombra del propio fotógrafo, de quien mira, de quien encuadra, enfoca y elige un fragmento de la realidad, asoma en muchas imágenes conocidas de Jorge Fernández. Un recurso 'autorreflexivo' muy habitual en su obra. Del mismo modo en sus fotografías urbanas, en sus paseos documentales, se revela un relato que subyace a la inmediatez, un trampantojo oculto que parece desafiar lo cronológico y la rotundidad del instante. Pocos fotógrafos han captado Santander con una mirada con tanta personalidad visual como la de Jorge Fernández. Un santanderino en busca de Santander que durante décadas ha perseguido ese resto casi invisible e inasible, más allá de la estampa directa y urgente, laboriosa y documental. Pulcro, cuidadoso, pausado en su elección creativa, protagoniza este otoño la nueva muestra del Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), que dirige Manuela Alonso, en su serie sobre creadores de la comunidad redescubiertos desde miradas más personales.
Tras las dedicadas a Pedro Palazuelos y María Gorbeña, entre otras, llega 'Fotografías 1980-1984. Jorge Fernández', epígrafe de la exposición que se inaugurará a mediados de este mes de octubre. Una acotación aparentemente cronológica pero que es también fruto de una asociación sintética entre la biografía, la trayectoria creativa y la mirada del autor. Todas ellas como traducción de su vínculo con la ciudad.
Jorge Fernández
Fotógrafo
Jorge Fernández comenzó a los dieciocho años en la fotografía con la cámara de su padre, utilizando el laboratorio que su hermano había instalado en la casa familiar. En paralelo a la muestra del CDIS el propio creador traza las huellas de la memoria donde fue creciendo su labor. En la Barcelona de los setenta estudia fotografía y cine en la Escuela de Medios Audiovisuales. Hasta finales de esa década abordó muchos trabajos vinculados al cine, la arquitectura, la fotografía de prensa y retratos de amigos.
En 1980 decidió volver a Santander. En esa fecha que abre precisamente la 'foto fija' destinada a la exposición del CDIS, Jorge Fernández recibe del Colegio de Arquitectos el encargo del catálogo y exposición 'Paseo de Pereda–Castelar', realizada en el entonces denominado Museo Municipal de Bellas Artes. Y, asimismo, documentar el crecimiento urbanístico de la ciudad. «Relación profesional que se ha mantenido hasta la actualidad».
Al año siguiente se instala en el estudio-escuela Nadar donde impartió clases de Iniciación a la Fotografía hasta 1986. Y prosiguió con sus fotografías de cuadros y obras de arte por encargo de artistas o instituciones. Invitado por el Festival Internacional de Santander pudo hacer fotografías de la programación de 1982/83 en la Plaza Porticada.
En 1984 propuso al Aula de Cultura de la entonces Caja de Ahorros de Santander impartir unas charlas sobre La Fotografía: 150 años de Historia, y así comenzaría una intensa relación de trabajo.
Cuando la demanda de fotografías comenzó a descender de manera vertiginosa, confiesa el autor, «me dediqué a mirar mi archivo y buscar aquello que se podía salvar. Me gustaría hacer un libro sobre Santander, a la manera de todos aquellos fotógrafos que yo admiro». Jorge Fernández sitúa en este contexto biográfico «el principio y origen de las fotos que presento en esta exposición».
Catálogos, libros, fotografías de arte y arquitectura, exposiciones siembran una trayectoria que refleja colaboraciones duraderas e intensas con la Autoridad Portuaria de Santander, Fundación Botín, Fundación Caja Cantabria, Museo Municipal de BB AA de Santander y actual MAS, Fundación Santillana, Sala Robayera, o Universidad de Cantabria, entre otras.
Rigor formal y pulcritud técnica caracterizan sus fotografias que han sido objeto de cerca de una veintena de muestras individuales y numerosas citas colectivas. En 2008 revisó, a través de una depurada y muy singular selección, su particular 'Fábrica de espejos', plasmada en un libro y una exposición de sus entonces cuarenta años de trayectoria creativa, que acogió la ya desaparecida galería santanderina Del Sol St. Paciente y meticuloso, perfeccionista, autocrítico y crítico considera que «en la fotografía todo sucede muy rápido y las decisiones son irreversibles. El método es tratar de equivocarte lo menos posible y corregir errores, aunque nunca se aprende eso».
En datos. Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS)/Ayuntamiento. Exposición: 'Fotografías, 1980-1984. Jorge Fernández'. Inauguración: A mediados de este mes de octubre.
Contenido. Son 32 imágenes. Salvo un guiño a Barcelona, Santander es el epicentro de las fotografías ceñidas al espacio tiempo acotado por el propio autor en los 80.
Miradas. El arte, la arquitectura, lo urbano, Santander, el puerto y los viajes están detrás de su trayectoria que se inició a finales de los 60 y se convirtió en profesional desde 1981. «Fotografío con la libertad e improvisación del turista aficionado, algunas veces atino y la mirada se transforma: vemos otra cosa».
Jorge Fernñandez, no obstante y sobre todo, piensa la fotografía: «Soy bastante inconstante, pero cuando viajo me gusta pasear, y miro y fotografío aquello que me devuelve la mirada, es como un diálogo con las cosas antes de fotografiar». La foto en realidad «se construye en ese instante en que doblas una esquina y sucede algo que la cámara capta y el ojo no ve». Y una receta personal: «La forma final es lo importante, corregir para acercarse y volver a soñar».
Sin perder la capacidad del asombro ha subrayado en ocasiones que «lo curioso es que la fotografía, tal como yo la entiendo, no es mirar a través de la cámara; más bien es mirar la luz y utilizarla junto con el encuadre y el momento para construir una fotografía. Más tarde, al verla en el soporte elegido nos recuerda el instante de la toma, cobra vida». En una entrevista con El Diario, a propósito de una de sus muestras, sentenció: «La fotografía es un mapa para poder regresar y una serie de recuerdos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.