Santander mira desde 'El ojo de Bamako'
'La alegría de vivir' ·
El CDIS, en colaboración con la UIMP, exhibirá este verano una exposición de Malick Sidibé sobre la escena urbana de Mali tras independizarse de FranciaSecciones
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'La alegría de vivir' ·
El CDIS, en colaboración con la UIMP, exhibirá este verano una exposición de Malick Sidibé sobre la escena urbana de Mali tras independizarse de FranciaEntre la mirada documental, el testimonio y el ojo que no deja escapar los diversos filtros de la realidad y el reflejo social e histórico la exposición de este verano en el Centro de Documentación de la Imagen de Santander está marcada por estos factores ... visuales y vitales. Bajo el epígrafe 'Malick Sidibé, La alegría de vivir', la muestra fotográfica formará parte del programa de actividades culturales y de la oferta diversificada que surge de la producción conjunta entre instituciones y entidades. En este caso, tal como viene registrándose desde hace años, la nueva exposición en el CDIS se presenta en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. La muestra del fotógrafo maliense Malick Sidibé (1936-2016), conocido como 'el Ojo de Bamako' estará presente en la sala Angel de la Hoz, en la sede de Magallanes del CDIS desde finales del próximo mes de junio, tras la apertura del curso e inicio del programa cultural de la UIMP.
Comisariada por María Millán, la exposición está configurada por imágenes tomadas en las décadas de 1960 y 1970. Las obras representan «la nueva y alegre escena urbana» que se desarrolló en la ciudad de Bamako después de que Mali se independizara de Francia en 1960.
El Centro de Documentación de la Imagen de Santander presenta en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la exposición 'La alegría de vivir'. Comisariada por María Millán. Imágenes de Malick Sidibé tomadas en las décadas de 1960 y 1970.
Refleja el papel que jugó la música, la danza y la moda en la transición de la sociedad maliense. Obras originales firmadas por el autor. Fondo de Throckmorton Fine Art de Nueva York.
Las fotografías de Sidibé revelan el estallido y desarrollo de una revolución social y cultural en la capital de Mali tras esas siete décadas de dominio colonial. En ese momento reflejado y 'narrado' en los retratos, a modo de crónica de un cambio, se produjo «un espíritu de libertad y optimismo en la juventud de la ciudad, dando paso a una vida nocturna de bailes y reuniones sociales» coincidiendo con el fácil acceso al comercio internacional de música de jazz, swing, rock 'n' roll y sonidos cubanos que llegaban a Bamako.
La cámara de Sidibé fue testigo del resurgir de esta nueva era, en la que el importante papel que jugó la música, la danza y la moda en la transición de la sociedad maliense queda documentado por la cámara de Malick. Toads obras de la exposición que recala en Santander son originales firmadas por el autor y tiene como destino el CDIS, en su vínculo anual con la UIMP, gracias a la cortesía de Throckmorton Fine Art de Nueva York que posee la colección.
Las fotografías, tomadas en la calle a lo largo de las dos décadas siguientes a los setenta años de dominio colonial, transmiten esa atmósfera optimista y alegre que inundó a la juventud de la ciudad, además de una nueva y excitante vida nocturna que se impregnó por vez primera de los distintos genéros y corrientes y músicas cubanas, en particular, gracias a la reciente apertura al comercio internacional. Sidibé también realizaba 'chamises': las coloridas cartulinas sobre las que colgaba sus imágenes en el escaparate de su estudio.
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En palabras de la comisaria, «un viaje en el tiempo en el que el orgullo del pueblo malinés se desborda a través de la imagen de los fotografiados, que se muestran desinhibidos, luciendo llamativos atuendos que mezclaban la moda del momento –pantalones de campana, zapatos con plataforma o minivestidos- con boubous, túnicas o tocados tradicionales malinienses».
Formado en la École des Artisans Soudanais de Bamako –hoy el Institut National des Arts–, Sidibé fue aprendiz del fotógrafo francés Gérard Guillat-Guinard y tres años después abrió su propio estudio en Bamako, centrado en fotografía de acontecimientos y retratos. La primera exposición de su obra fue comisariada por André Magnin en París; en 2003 ganó el Premio Hasselblad y en 2007 el Premio a la Trayectoria de la Bienal de Venecia, entre otros muchos galardones. En España fue descubierto en 2001 a través de La Mar de Músicas de Cartagena y el coleccionista Magnin. Su obra se expuso en diferentes espacios de nuestro país, como el CCCB, el Guggenheim de Bilbao, en la galería ya desaparecida de la santanderina Oliva Arauna o en la Casa África. Sus miradas forma parte de la Colección Pigozzi, la Sokkelund y el Museo Nacional de Mali.
La identidad de la exposición con la que CDIS y UIMP trasladan este verano al espectador a la historia del continente africano, incide en el poder de la fotografía «como herramienta de captación de los cambios sociales, recalcando así el poder de la libertad de expresión». La exultante energía que transmite el trabajo de Malick Sidibé «recuerda la esencia optimista de una sociedad en transición que contribuyó al nacimiento de una nueva generación extrovertida, celebrando su reciente liberación», según María Millán. Las poses y composiciones de muchos de los retratos son reflejo de la estética comercial de la cultura pop, las revistas y el cine. Sidibé también retrato detalles de intimidad.
El acercamiento a las imágenes captadas por 'el ojo de Bamako' protagonizó el pasado año un proyecto de Loewe y su Fundación vinculado a PHotoEspaña. Millán fue la responsable de abordar la selección del fondo.
Sidibé según subraya la comisaria desde el conocimiento de su trayectoria y su legado, «democratizó la fotografía, que pasó de ser exclusiva de la sociedad acomodada a algo accesible para todo el mundo». Además de las imágenes de la vida nocturna, cuya efervescencia se asomó a través de sus fotografías, reflejo de ese cambio social, destacan sus característicos retratos, transgresores respecto a lo establecido hasta entonces. «Su estudio fue siempre un sitio de encuentro, de intercambio de ideas, un lugar de ensoñación donde una persona podía posar y perpetuar su imagen con un objeto valioso o deseado, como un boxeador o personaje idealizado, o simplemente como uno mismo, sintiéndose bien». El propio fotógrafo fallecido en 1980, recordaba que «todo el mundo quería bailar, estar guapo. La verdadera revolución en Mali no fue política, la trajo la música occidental. Antes no podíamos bailar abrazados».
Sidibé retrató esa atmósfera con su cámara Rolleiflex: «Recuerdo todos los nombres de las personas que he fotografiado, las relaciones de parentesco (…) recientemente, un joven pasó por mi estudio y le dije: tú eres el hijo de … Él se sorprendió, pues nunca antes me había visto, pero busqué en una de mis cajas y le enseñé un retrato, era su padre de joven».
Al margen de las interpretaciones y de las miradas personales que se sumarán a la muestra en el CDIS, queda la confesión de Sidibé: «Mi fotografía jamás ha sido académica, durante mi juventud nunca tuve la oportunidad de ver libros o revistas con la obra de los grandes maestros…». Y ello envolvió al testigo de las transformaciones de su país a través de un estilo «simple, sincero, directo, de forma que «…todo el mundo puede comprenderlo».
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