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«Barrigón era el último bohemio». Santiago Casar, galerista y amigo lamentaba ayer la muerte del pintor Juan Manuel Barrigón, un artista «diferente» que alejado ... de las técnicas «pintaba con el corazón». Barrigón falleció este jueves en su ciudad, Santander, a los 85 años y por causas naturales. Deja atrás una estela de admiradores y, sobre todo, una extensa obra en el que la mujer casi siempre ha sido la principal protagonista. También deja muchos amigos que lloran su pérdida y que le recuerdan como un gran creador que plasmaba en sus lienzos «lo que salía y cuando le salía. Pero siempre grandes cosas».
Antes de convertirse en el artista que fue ya era un bohemio, recordaba este jueves Casar. A los 17 mostró por primera vez sus cuadros en una galería londinense. Sin embargo, a la hora de seguir estudios universitarios eligió el Derecho como salida, una carrera que le sirvió para entrar a trabajar en el Banco Santander, entidad en la que permaneció hasta bien pasados los 50 años y que abandonó para seguir su verdadera vocación: el arte. Y es que durante todo ese tiempo no dejó de pintar dejándose llevar por su intuición más allá de la técnica con una gran maestría. De su extensa creación se puede decir que ha trazado uno de los caminos más transitados de la pintura cántabra. Figuras reconocibles, casi familiares, bodegones con una personalidad intensa y una obra que se detuvo, viró y creció cuando el tiempo y las vicisitudes lo requerían resumen una trayectoria que le divertía y que amaba.
Artista postimpresionista, en cuyas composiciones y figuras asoman numerosos simbolismos y alegorías, y una clara querencia y fe por el hecho, Barrigón supo dotar de vida a sus pinturas con un singular expresionismo, intensidad cromática y sentido narrativo. Unos cuadros que siempre parecen contener un relato y un trasfondo a veces dramático, teatral, en ocasiones esperpéntico y con una gran fuerza visual.
«En su obra desembocan reminiscencias de algunos maestros: los temas de Goya, el colorista surrealismo de Ensor, la delicadeza de Degas, el expresivo acercamiento a la mujer de Toulouse-Lautrec o el color de Sorolla» recordaba recientemente el historiador Mario Crespo con motivo de una muestra en uno de sus lugares favoritos de la ciudad, el restaurante mesón Goya donde se volvió a mostrar uno de sus cuadros más importantes: 'Andanada' con el que obtuvo en 1990 la tercera medalla del 57º Salón de Otoño
Su etapa más productiva como creador se inició a partir del año 1956, con sucesivas exposiciones que discurrieron por Oviedo, Bilbao, León, Logroño, Madrid. Pero también su obra ha viajado a Londres, México, Dartmouth, en Inglaterra, y Nueva York, entre otros lugares.
Obtuvo además diversos premios, uno de ellos el Nacional de Carnaval, y su obra está ubicada en sedes, colecciones y centros como el Consulado Español en Nueva York, el Ayuntamiento de Madrid, el MAS, el Museo de Bellas Artes de Ciudad Real y el de Cádiz, entre otros.
Jesús Mazón | Agente cultural
Y casi siempre de la mano de su amigo y galerista Santiago Casar que contó con él para las ferias más importantes y para varias convocatorias en su propia sala. «Siempre he admirado su intuición. Para mí era un misterio cómo era capaz de hacer esas grandes obras sin bocetos previos. Porque a Barrigón, que no dominaba las técnicas pictóricas como muchos otros artistas, sus cuadros le salían del corazón y eran admirados por todos».
Con 'idas y venidas' en el calendario expositivo pues siempre se sintió libre para mostrar las obras cuando él lo consideraba, su última gran exposición tuvo lugar en el Espacio Fraile y Blanco en el año 2012, además varias colaboraciones en el Aula de Cultura La Venencia donde también estaba rodeado de amigos. La muestra de Fraile y Blanco llevó por título 'Las Damas de Barrigón' y en ella, se pudo contemplar su fondo más importante y su obsesión pictórica por la silueta femenina, a través de sus famosas Damas.
En esa exposición, un recorrido por toda su trayectoria incluyendo su etapa más tremendista, y que tuvo un gran éxito de público, mostró 20 obras en la que las que su inspiración le llevaba a las Damas. Jesús Mazón, director del espacio, le definía este jueves como un hombre «valleinclanista». Un pintor «muy intuitivo» con un «talento innato» que siempre estaba dispuesto a colaborar solidariamente con cualquier causa si se lo pedían.
De aquella gran muestra y en el plano personal destaca su simpatía. De sus creaciones se queda con el trazo depurado y el buen uso cromático, casi como un protagonista más del cuadro. «Estaba muy centrado en sus Damas, sus Meninas como él mismo las llamaba y derrochaba pasión cuando te explicaba sus proyectos».
Unos proyectos en los que seguía centrado estas últimas semanas, pues no había perdido las ganas de seguir creando y estaba ilusionado con la posibilidad de volver a exponer próximamente una nueva serie de Damas que ya tenía bastante avanzada.
El funeral por su eterno descanso será hoy, en la iglesia de Santa Lucía de Santander, a las 18.30 horas.
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Ana del Castillo
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