Seis artistas cántabros se abrazan a lo surreal en 'Algunas rosas y sus fantasmas'

Son Antonio Díaz Grande, Manuel Fernández Saro, Tamara García, Sara Huete, Yolanda Novoa y Zaida Salazar quienes han jugado con la herencia plástica de estas artistas para crear sus propias obras surrealistas. Se han inspirado en sus «actitudes, estilos, temas, símbolos e iconografías para realizar una serie de piezas», de diferentes formatos y técnicas, que conviven generando entre todas un ambiente onírico e irracional que quisiera envolver al espectador, sustraerlo de la convencional cotidianidad y hacerlo viajar hacia dimensiones inusuales.

Sara Huete ofrece una galería de retratos de algunas de las principales exponentes del Surrealismo, collages en los que cada una aparece retratada por la simbología de los objetos utilizados. Antonio Díaz Grande presenta un jardín surrealista donde lo irracional, la fantasía y el subconsciente juegan un papel principal en una instalación de «inquietante belleza». Zaida Salazar en su serie '¿Y quién eres tú?', se enfrenta al otro lado del espejo creando una iconografía a través de la cual «se sumerge en ese otro lado de nosotros mismos que permanece oculto, que aparece en nuestros sueños y nos completa desde el inconsciente».

Yolanda Novoa aborda el lado más luminoso, lúdico y sensual de estas artistas, «basándose, sobre todo, en la representación del placer y del cuerpo femenino expresado para el disfrute de las propias autoras con independencia de cualquier otro condicionante». Tamara García incide con su obra en reformular la Historia del Arte que «nos han contado en un proceso de auto revisión que va representar metafóricamente llevando a la sala un curioso huerto que se irá cuidando cada día para que las plantas y los frutos crezcan sanos y se eliminen viejas carencias y enfermedades». Por último, Manuel Fernández Saro se centra enel tema del autorretrato y las identidades, «las relaciones de pareja y de poder entre surrealista de poder en una serie de cuadros que recogen muchos de los elementos que aparecen en las obras de las surrealistas».

Muchas artistas abrazaron el surrealismo desde su surgimiento, a mediados los años 20 del siglo pasado. Compartieron con sus compañeros varones similares inquietudes, aunque para ellas, era un movimiento que «promulgaba la libertad y el desprejuicio resultaba aún más liberador». Aun siendo admiradas por ellos, ellas quedaban fuera de manifiestos y fotos de familia, aunque estuvieran siempre presentes y activas. «Ejercieron su independencia y crearon bajo sus propios dictados, enriqueciendo y aportando al movimiento nuevos temas y tratamientos, una energía extraordinaria, imágenes inolvidables y obras fascinantes». La exposición, que se inaugura hoy, a las 20 horas, en la Biblioteca Central es fruto de un proyecto seleccionado por el programa 'Comisariado 2023'. La muestra podrá visitarse hasta el 29 de agosto.