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Ese señor que cultivaba remolacha y escribía novelas

Ese señor que cultivaba remolacha y escribía novelas

Los retratos psicológicos de Galdós, obra al minuto de Estrañi, tienen valor de editoriales

antonio martínez cerezo

Sábado, 4 de enero 2020, 07:47

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Ausencia

Dos intelectuales foráneos coinciden en Santander. Benito Pérez Galdós (1843-1920) y José Estrañi Grau (1840-1919). Desde entonces, sus existencias transcurren tan acordes que casi se mueren al tiempo. Estrañi falleció, en Santander, el 29 de diciembre de 1919. Y Galdós, en Madrid, el 4 de enero de 1920. Tan sólo seis días por medio. Don Benito vino por vez primera en el verano de 1871, flanqueado por su hermana Concha, soltera; y su cuñada, Magdalena, viuda. Don Pepe, llegó en septiembre de 1877, ficticiamente desterrado de Valladolid, según él mismo cuenta en su 'Autobiografía humorística', que cierra el 1º de abril de 1919, a la temprana edad de setenta y nueve primaveras, sin citar a Galdós. ¿Por qué, si no por cortesía, al menos por vanidad, cuando tan amigos fueron que llegaron a considerarse hermanos? Las cosas como son. Tampoco cita a Amós de Escalante y otros cráneos locales. Y a Pereda y a Menéndez Pelayo, sólo de pasada.

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Pérez Galdós

La Voz Montañesa (28.VI.1879) informa: «Ayer, tomó posesión de su cargo de gobernador militar de esta plaza don Ignacio Pérez Galdós, hermano del popular novelista de este apellido». Y el 22 de julio siguiente resalta que la banda del regimiento de Cuenca dará una serenata nocturna al señor brigadier militar de la plaza. Tan superior mandato concluyó el 8 de julio de 1881, por disposición real. Fueron, por tanto, dos años completos los que el hermano del novelero dirigió militarmente aquí el cotarro. Sin que Estrañi dirigiera contra él sus dardos. El siguiente 11 de diciembre, tuvo lugar la triple excomunión de los diarios La Voz Montañesa, La Montaña y El Diario de Santander, con cuanto con ellos se relacionara: propietarios, directores, redactores, cajistas, empleados, repartidores y lectores. Disparatado anatema del obispo Calvo y Valero, contra quien el excomulgado Estrañi dirigió toda su artillería. Que una cosa es el báculo y otra el espadón.

Realidad
1889

Realidad

Obra con un intenso trasfondo biográfico en la que el autor retrata su relación con la escritora y aristócrata Emilia Pardo-Bazán.

Ángel Guerra
1891

Ángel Guerra

Ambientada en Toledo, esta novela supuso el comienzo del 'Ciclo espiritualista' del autor español.

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Estrañi

Si los Pérez Galdós llegaron a Santander con justa fama de morigerados, Estrañi tardó un santiamén en situarse en el epicentro de los más sonados conflictos del momento. Moderados aquéllos y pugnaz éste. Por entonces, los caminos de don Benito y don Pepe ya comenzaban a entreverarse. Estudiar la génesis y desarrollo de esa relación es una asignatura que inició nuestro añorado Benito Madariaga y que, algún día, alguien con juventud, tesón, método y diligencia habrá de complementar, ya que entre el altamar de pacotillas de Estrañi penden de exhumación muchos detalles que la cultura literaria universal se están perdiendo. En agosto de 1881, Galdós ya es ensalzado como el autor de los Episodios nacionales, que Estrañi defiende a marchamartillo, como todo lo galdosiano. Hasta el punto de que, en 1883, lanza las campanas al aire con la consigna «al insigne autor de 'Gloria', Benito Pérez Galdós, / le van a dar un banquete / en prueba de admiración». Sucesivamente aireará con largueza cuantas obras suyas vayan apareciendo, sin cortarse un pelo. Como cuando se encara a la Pardo Bazán, en julio del 94: «¿Quiere usted comer mañana / con los chicos de la prensa? / En esta forma sencilla / le invito a usted sin alarde. / Sitio: el Hotel de Castilla; / hora: la una de la tarde. / De todos interpretando / el pensamiento la invito. / ¡Si nos honra usté aceptando / lleve usted a don Benito!». Secreto a voces de un sonado amorío. Uno de tantos del autor de 'La de San Quintín'. Que, el 5 de septiembre, se embarcan para ir a ver y de paso a la jovencísima intérprete: «Vaya, señores, adiós, / a Bilbao en este día / me voy, de Pérez Galdós / en honrosa compañía. / Ya que nuestra suerte ruin / no lo ha permitido cruel, / veré La de San Quintín / en el coliseo aquel».

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San Quintín

Dieciocho años en La Voz Montañesa y veinticinco en El Cantábrico. Allí, como redactor-jefe. Y aquí, como director. En sus páginas, Estrañi se vuelca con el admirado amigo. A quien sirve de altavoz. Nada de Galdós le es ajeno. Intensificándose el trato a partir de la edificación de 'San Quintín', la quinta que el novelista se hace construir en La Magdalena y a cuya inauguración (primavera de 1893) asiste como invitado preferente. Luego, sus comparecencias allí se hicieron habituales, como periodista, amigo y colaborador, plasmándolo en sus pacotillas: «Mañana, va a ver al fin / la gente, si quiere Dios, / esa, La de San Quintín, / obra de Pérez Galdós. / Ese señor, que es muy diestro / y de conducta sin tacha, / es un convecino nuestro / que cultiva remolacha». Representada en Santander la obra con gran éxito, Estrañi sumariza que «el insigne don Benito ⁄ no salió al tablado, ⁄ contrariando a las muchachas, por estar muy ocupado / cuidando las remolachas». La Arcadia feliz de Galdós es San Quintín. Vaya que sí. Donde cultiva la huerta, adiestra perros, acoge aves canoras, planta espárragos, cría gallinas, concibe dramas y escribe novelas.

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Colaboración

Que Estrañi colaboró con cuartetas en varias obras de Galdós ha sido ya tan amplia y fundadamente expuesto que incidir sobre el particular sería ocioso. Lo que pende por rastrear y exhumar son los retratos al minuto (introspecciones) sobre Galdós que Estrañi fue sembrando en los papeles. Galdós, dramaturgo, novelista y cultivador de patatas, le confía que ha escrito la comedia en tres actos 'Voluntad', que María Guerrero estrenará en el Teatro Español. Y que antes, acabará la novela: 'Halma'. Con hache, y no me corrija la ortografía, porque así la he bautizado yo. Y que se publicará coincidiendo con la recolección de las fresas. Estrañi está al corriente de todos los destilados de Galdós. Jalea el éxito de esas dos obras. Y de 'Doña Perfecta', que nació en La Magdalena. «¡Canario, con el canario!» Y se electriza con 'Electra' (1901): «Galdós es un creyente / de buena cepa / que la santa doctrina / ama y respeta. / Y nada hay en su obra que lo desmienta». Estrañi abandera el desagravio: «Es preciso decirle: don Benito: / Santander, orgulloso se muestra / de que figure usted en su vecindario / cultivando su huerta». Huerta que seguiría dado muy rentables cosechas si Santander hubiera acertado a conservar San Quintín, la quinta hortense de ese afamado vecino de la Magdalena que cultivaba espárragos, coleccionaba libros, estrenaba teatro y escribía novelas. Estrañi dixit.

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