«Los seres humanos estamos hechos de miedos y traumas»

'La mujer de la montaña' es, como destaca el jurado, un homenaje a Manuel Llano. «Esa es una parte», explica su autora. Una de las protagonistas, Ceci, saca de la biblioteca de Comillas un libro del escritor cántabro y lo va leyendo mientras realiza el Camino del Norte. La atmósfera de la novela está todo el tiempo en contacto con la naturaleza y mezcla la prosa con la poesía. «Cuando habla Suna, la otra protagonista, sus parlamentos están en verso». Dos géneros en un mismo relato «bastante experimental». La novela está construida con las voces de las dos narradoras de la historia que se van intercambiando los papeles de forma alternativa a lo largo de cuatro capítulos.

Una estructura planteada con anterioridad por Quintana. Quería crear un personaje con un tono más poético, abierto al mundo y diferenciado del otro, más pesimista y racional. Estaba «muy pensada» antes de ponerse a escribir.

Tanto la forma como el fondo de la historia representan un viaje. «Totalmente», incide la autora. «El propósito de la obra es mostrar dos formas distintas de hacer frente al duelo por la pérdida de un ser querido».

Dos mujeres unidas a través de una tercera persona que muere al principio de la novela. Su recorrido por el Camino del Norte se va a convertir «en una peregrinación a otro lugar interior».

Cuando escribió 'Felicidad', en 2017, ambientada en el Santander de principios del siglo XX, Carmen Quintana realizó una ardua labor de investigación. Labor que ha vuelto a repetir en esta ocasión. Este segundo libro lo escribió cuando vivía en Islandia y comenzó a documentarse a distancia para entender el recorrido del camino, la descripción de los lugares, «pero después hice las tres etapas con amigas y con mi familia».

En Santander recibió con anterioridad el accésit del Premio José Hierro. «Estoy muy contenta de que me den el reconocimiento en mi tierra; qué más quiero que poder pasar más tiempo allí». Porque, añade, «para mí Cantabria es mi hogar aunque lleve muchos años viviendo fuera, siempre tengo la mirada puesta hacia ahí», señala la escritora, que actualmente vive en Alicante, tras seis años en Islandia. «Me encanta la naturaleza de Cantabria y la conexión con el folclore y la mitología y quería describirlo en una novela» y se encontró con curiosos vínculos con la tradición y el folclore de Islandia. «Una de las protagonistas, Suna, es mitad islandesa y mitad española, para jugar con esos recursos y comparar las dos culturas».

En el país nórdico, Carmen Quintana terminó su doctorado, dedicado a otra escritora también llamada Carmen; Martín Gaite. Todo en su vida está cimentado sobre la literatura. «Para mí está presente desde que era pequeña, primero como lectora y después escribiendo, siempre me ha ayudado en mi vida». La literatura española es en la que se ha especializado la también periodista, con Martín Gaite «siempre en la cabeza porque me gusta su manera de narrar y cómo trata la comunicación, algo importante en el día a día».

Quintana da clases de escritura creativa y de comunicación en la universidad. «Siempre empiezo por leer a otros, cuando más mejor y aprender de los demás y escribir sobre lo que te motiva, sobre lo que te gustaría leer«. Ese sería su consejo como profesora para los futuros escritores. La frase de Martín Gaite, «a veces en lo oscuro, en lo complicado, se toca la verdad» es aplicable a la experiencia de esta cántabra con la literatura. «Los seres humanos somos complejos y no solo presente; estamos hechos de todos los traumas, miedos y deseos que tenemos dentro y cómo nos los contamos a nosotros mismos y los demás·. En la evolución y la introspección es necesaria «para entendernos y mirar al futuro». En el futuro de Quintana, sin duda, habrá más páginas llenas de palabras.