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La Sociedad General de Autores y Editores, SGAE, es una plaza difícil de torear. Hoy mismo celebra su Asamblea Anual, que puede suponer notables cambios. La entidad, con amplias ramificaciones interconectadas, cuenta más de 120.000 socios y sedes en diversos puntos de España, ... que se rigen a través de direcciones propias. Cantabria forma parte de la denominada Zona Noroeste, que incluye también a Asturias, Galicia, León y Zamora. Al frente de estas cinco comunidades está desde principios de este año Miguel Diéguez, abogado especializado en propiedad intelectual que asume su cargo como «un reto».
- ¿Cómo surge la posibilidad de incorporarse a la dirección de SGAE?
- Surgió el pasado verano, tras la marcha de Juan Carlos Fernández Fasero (su predecesor en el cargo) a Madrid. Se inició un proceso de selección de candidatos y me pidieron participar porque ya me conocían profesionalmente; he sido abogado de muchos artistas. Buscaban un perfil técnico y tras la entrevista y la votación, me incorporé al puesto en enero.
- Casualmente, ejerció como abogado de su antecesor, al que mencionaba, en un pleito contra la propia SGAE. ¿Le resultó útil la experiencia para conocer los entresijos de la entidad?
- Todo el trabajo anterior me ha servido porque si no no me habrían seleccionado. También influyó ser abogado de autores y haber llevado casos de propiedad intelectual.
- ¿Cree que el ciudadano de a pie es consciente de lo que significan esas dos palabras juntas?
- Hay mucho desconocimiento de lo que es la propiedad intelectual. Internamente, a efectos de gestión, desde dentro, sí que se conoce y se funciona muy bien; somos los gestores de socios que depositan en nosotros la confianza para que le gestionemos sus derechos de autor.
-¿Puede traducir esa labor?
- Este trabajo consiste en saber cuándo se utilizan los repertorios y después liquidar los derechos generados a los socios. Da la impresión de que solo es afán recaudatorio, pero nosotros recaudamos para pagar al autor. Por ejemplo, si mi hijo genera una obra y la registra, vive en Galicia y esa obra se toca en un pueblo de Andalucía, no va a saberlo y no recibirá ningún beneficio. Nosotros controlamos esa explotación, que es el salario de los autores. No son trabajadores por cuenta ajena y su sueldo se crea cuando se utiliza su obra. No entenderíamos, por ejemplo, trabajar para un empresario y que el trabajador no cobre. Nuestra labor es recaudar para liquidar. La SGAE no recauda para sí; tiene un encargo de gestión para sus socios.
- ¿Está bien pagado el trabajo de los autores?
- Depende. Hay unas tarifas legales donde se establecen unos pagos. Existe la idea equivocada de que los cantantes ganan mucho y no hay que confundir intérpretes con autores. Lo derechos están mal pagados ahora por las plataformas digitales, por ejemplo. Ahí hay una lucha de todos los autores para que se regule en ese sentido. Debería estar mejor pagado. Es un error del público y de las autoridades.
- Cuenta también con experiencia como docente ¿Cree que el respeto a la propiedad intelectual es también una cuestión de educación?
- Es fundamental. Hay que crear una base acerca de la protección intelectual. Está más desarrollado en Suiza o Francia, donde ni entienden lo de las descargas ilegales de música o cine. Es como entrar a una librería y robar un libro. Deberíamos educar desde las edades tempranas en que existen distintos tipos de profesiones, también las creativas que no tienen un resultado material. El respeto a estos conceptos es algo que debe arraigarse. En Cantabria se puso en marcha el proyecto 'ESO es música' hace unos años. Por circunstancias se paralizó y se dejó de hacer, pero estaré encantado de retomarlo.
- Hablando de objetivos, ¿cuáles se marca como responsable de la zona Noroeste?
- El principal objetivo es la defensa de los derechos de los autores, pero no solo recaudatorio, sino las funciones de amparo y asesoramiento. Sé para quién trabajo y a quien me debo. La pedagogía también entra aquí, el contacto directo con los autores, que se sientan potenciados y protegidos. Mi idea es, por ejemplo en Cantabria, hablar con distintas instituciones y establecer líneas de colaboración en materia de propiedad intelectual. También continuar con foros como el que iniciamos con el El Diario Montañés, para divulgar y explicar lo que se hace. Y también quiero sentarme con los promotores para que me expliquen qué quieren hacer y recibir consejos de la gente del sector para crear sinergias.
- ¿Cuántos socios tiene SGAE en Cantabria a día de hoy?
- 662, algunos de los cuales son herederos de autores conocidos. Son pocos para la creación de un Consejo Territorial propio como el que tienen otras comunidades. Con esos consejos los socios se representan y toman decisiones. Queremos potenciar nuestra presencia y estar a menudo en Cantabria.
- ¿Por que no tienen más visibilidad?
- ¡Eso es lo que quiero saber! Por qué con ese potencial no tiene tanta actividad en ese sentido. Queremos ayudar a que no sea así.
- ¿Con qué visión temporal se plantea sus planes?
- Mi idea es a largo plazo. Quiero conocer las inquietudes de todas las partes y a partir de septiembre, quizá, empezar a mandar propuestas. Tengo claro que no solo somos recaudadores. Mi trabajo es para el socio. Si ganan ellos, gana la cultura.
- ¿Cree que el actual sistema de SGAE, centralizado en Madrid, debería prestar más atención a las zonas periféricas y reforzar su imagen en ellas?
- Las direcciones territoriales tenemos esa función y nos dejan mucha libertad para actuar desde la sede central. Todas las ideas que aportamos son acogidas. Nunca se dice no, de entrada, a lo que hacemos. Nuestra labor es, precisamente, evitar estas centralizaciones. Los grandes teatros o las grandes giras no dependen de nosotros, pero que haya más movimiento sí.
- A nivel de imagen, ¿se recuperará la entidad de la polémica surgida con 'La Rueda'?
- Desde luego se tiene una imagen y desde dentro es totalmente distinta.'La Rueda' es una polémica evidente y se está investigando. Estamos hablando de más de 120.000 socios. El porcentaje investigado es mínimo. Hace poco, un alcalde me preguntaba por este asunto y yo razonaba que no implica que el resto de los socios compartan esa actitud. Es como decir que todos los alcaldes son corruptos por condenar a uno. La generalización siempre es mala.
- ¿Hay intereses detrás de esta campaña de desprestigio?
- Hay intereses, sí. Sin embargo, la gestión funciona como un reloj, la recaudación funciona bien. Y se reparte, pero al ser algo tan mediático y mediatizado, cualquier tipo de declaración tiene una repercusión enorme. Mi interés son mis socios y sus intereses, los otros actores, en sentido amplio... cada uno busca el beneficio de su casa. A mí eso me sobrepasa. La polémica sería absurda negarla, pero cualquier entidad con una junta de dirección tiene situaciones así.
- Formar parte de una entidad con tantos frentes abiertos, ¿es un reto?
- Sí, pero yo soy de retos, me encantan. Estoy muy animado y creo que si no, no tiene sentido. Es un mundo nuevo el de esta gestión para aplicar mis conocimientos y resulta muy ilusionante. El ámbito en el que nos movemos, como amante de la música, el cine o el teatro, me encanta y ahora veo que se pueden hacer cosas desde la profesión.
- Ahora, con tanto viaje por la Cornisa Cantábrica, ¿nota que Galicia está más lejos que antes?
- ¡Mucho! (ríe). Ejerzo de gallego y tengo mucho viaje, mucho trabajo, pero estoy absolutamente encantado. Haciendo cosas es como llegan los frutos. Si fallas, te levantas y lo intentas de nuevo.
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