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En la mitología griega, los lotófagos eran un pueblo nombrado por primera vez en la Odisea. Un término que alude a la pérdida de memoria que se atribuye a la ingestión del loto. El artista Emilio Pemjean ha abordado en los dos últimos años ... un impresionante proyecto que ha nombrado 'El país de los lotófagos'. Memoria y reconstrucción. Evocación y restitución. Su plasmación, que podrá verse desde este próximo viernes y hasta final de septiembre en la galería Siboney, la integran dos series de fotografías en otras tantas narraciones. La muestra anticipa y se integra en la programación del festival PHotoEspaña Santander que tendrá su agenda más intensa en espacios públicos y privados desde el mes de septiembre.
En su estructura, los paisajes interiores muestran cinco fotografías, a modo de reconstrucciones interpretadas de obras de artistas y arquitectos cercanos al movimiento De Stijl, caso de Mondrian, van Doesburg o Gerrit Rietveld. Y paisajes exteriores, en otras tantas fotografías, que son «posibles reconstrucciones de las distintas localizaciones en que situaban las intervenciones». Además, la sala de Juan Riancho presenta en la exposición una de las maquetas que ha construido el artista para realizar la fotografía.
Emilio Pemjean (Santiago de Chile, 1971) afincado en Madrid es arquitecto y fotógrafo, o viceversa, y su obra «nos brinda la ocasión para reflexionar sobre el tiempo, lo presente y lo ausente, la memoria, lo que ha sido destruido o transformado, los sistemas de representación y la capacidad de objetos y arquitecturas para convertirse en símbolos objetos y arquitecturas mediante su reconstrucción manipulada».
La fotografía de Pemjean ha sido reconocida en multitud de certámenes, incluido el Primer Premio del Concurso Internacional de Fotografía Alliance Française-Fundación Pilar Citoler en 2012. Y seleccionado para Regeneration3 (comisariada por Musée de l'Elysée en Suiza) junto a Angélica Dans e Irene Muñoz. Ha expuesto sus proyectos en el Centro José Guerrero de Granada, en el Párraga de Murcia, Colegio de España en París, Centro de Arte de la Complutense, o el 'Tomás y Valiente' de Fuenlabrada. En Santander ha expuesto anteriormente en la galería Siboney dos proyectos, Palimpsesto y Bauen, y 'La Chispa (de Vonk,Aeternitatis)' en la Librería Gil.
Sobre su proceso de trabajo, Pemjean, artista interdisciplinar, confiesa que comienza con la conceptualización de una idea o esquema generador (que en ocasiones se transforma o desecha a medida que el proyecto avanza) en el cual «a un discurso mental, más o menos abstracto, se le asocian imágenes no necesariamente existentes; continúo con la búsqueda de información sobre los espacios escogidos en archivos y, en algunos casos, con la visita a los «restos» de los edificios». A partir de toda esta información (siempre incompleta y contradictoria) y de su reelaboración e interpretación, construye unas maquetas sobre las que interviene dibujando y pintando sobre ellas en múltiples capas. Las maquetas son «el lugar de la reflexión, del momento del proceso lento todavía con capacidad de ser modificado, desechado o reutilizado. Después llega el proceso fotográfico y videográfico más o menos complejo y controlado en mi estudio».
El artista, a propósito de este nuevo proyecto, recuerda que en la antigüedad más allá de los límites del mundo conocido se extendían lugares habitados por seres extraños, compuestos por fragmentos de otros, incompletos o en permanente transformación por nuestro miedo, la distancia, el tiempo o la imaginación.
Las cartografías del mundo no explorado contenían zonas grises, imprecisas o no definidas con el mismo detalle de lo cercano. Estos mapas incompletos, faltos de información, incitaban a imaginar y completar los paisajes no descritos con detalle. «Hoy esos lugares antaño desocupados, las manchas grises de los mapas, han desaparecido y sólo la imaginación y la memoria parecen seguir creando paisajes que no caben en nuestro mundo».
Las resonancias de esos lugares, como esbozos de lo que fueron, nos llegan a través de rumores, un mapa con manchas grises, una antigua imagen descontextualizada e incompleta, una página de un libro que nos sorprende, un plano rescatado de un archivo, un relato o una leyenda. ¡Necesitamos de su existencia! Viajar a ellos, aunque ya no existan, es esencial para la vida de nuestros sueños y permiten mantener la esperanza en que el mundo sigue siendo grande y lleno de lugares desconocidos».
El proyecto se articula a través de una serie de viajes virtuales que ya no pueden ser experimentados como en el pasado, acercamientos que reconstruyen espacios y sus atmósferas desaparecidas a partir de maquetas, fotografías, vídeo e instrumentos digitales.
Emilio Pemjean considera que el arte es «un medio que nos permite comunicarnos reflexivamente, establecer diálogos y discutir sobre los múltiples sentidos del mundo. Frente a la situación actual en que parece que todo es medible, comparable y homogeneizable, en el mundo del arte aún siguen existiendo misterios que podemos descubrir, múltiples lecturas superpuestas como jeroglíficos imposibles de descifrar completamente que ofrecen significados a la vez que ocultan otros».
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