Siete espacios de Hierro

Pasión y vida. Vida y pasión. Para forjar ambas, para entrelazarlas, nada y todo, todo y nada, la palabra poética de José Hierro se convierte en el hábitat idóneo. El Año Hierro, la conmemoración del Centenario del nacimiento del poeta cántabro, ha generado publicaciones, lecturas, conferencias, foros –como el celebrado el pasado verano en la UIMP– y ediciones. Ahora una muestra, en la que están implicadas varias instituciones, se convierte en el epicentro del aniversario. 'Cuanto sé de mí. José Hierro en su centenario (1922-2022)' se exhibirá en la Biblioteca Nacional hasta el 22 de enero de 2023. El objetivo: abordar las diversas facetas creativas del autor, más allá de su celebrada creación poética, a través de los fondos bibliográficos, gráficos, materiales y documentales depositados tanto en la propia Biblioteca Nacional como en la Fundación Centro de Poesía José Hierro de Getafe. Pero cómo ahondar en la tierra fecunda del autor de 'Agenda' sembrando y recogiendo nuevas miradas sobre la figura y la huella del poeta, Premio Cervantes.

En palabras del comisario de la muestra, Juan José Lanz, se busca «trascender lo meramente nostálgico, y ofrecer una visión del autor dinámica, plena e integrada en la actualidad poética y cultural. Por ello nuestro planteamiento es multidimensional». Organizada por la Biblioteca Nacional de España, la Fundación Centro de Poesía José Hierro, la Comunidad de Madrid, Cantabria y el Ayuntamiento de Getafe, la muestra está configurada por un centenar de obras. La exposición se nutre de la Colección Personal José Hierro, recientemente catalogada, y del Archivo José Hierro. Y en ese afán de retratar al hombre y profundizar en el poeta, la muestra se hace eco del Hierro amante de la poesía de Lope de Vega, Juan Ramón Jiménez o Gerardo Diego, entre otros; y subraya que no solo fue poeta, sino también difusor de la poesía y de la obra de otros grandes autores. Dibujante constante y persistente, la obra gráfica de Hierro es quizás menos conocida que su obra literaria, «pero con un interés destacable, sobre todo en la colección de autorretratos que el poeta fue haciendo a lo largo de los años, tejiendo un diálogo ineludible con sus poemas».

José Hierro aparece, así, como «un hombre polifacético, un creador absoluto y un individuo con una clara conciencia artística e histórica». Hierro siempre ha buscado distintos modos de expresión: «Lo único que me mueve a escribir es la necesidad de expresarme». Su obra es testimonio de un hombre y una época: «Cuando el poeta habla de sí mismo, está hablando de los demás, aunque no quiera». Pero también es indagación, porque el poeta escribe para entenderse y para que, así, le entiendan los demás. Y una máxima: «la verdadera poesía, sea cual sea el adjetivo que la matice, no puede prescindir de la belleza de la palabra».

Siete apartados, precedidos de un 'Prólogo' y seguidos de un 'Epílogo', que tienen la dimensión de apertura y cierre de la exposición, cada uno de ellos con un retrato representativo del poeta y un texto poético definitorio, estructuran la muestra. De los siete apartados, cinco de ellos están dedicados a otros tantos núcleos biográfico-creativos vinculados a los principales libros de poemas del autor. Y cada una de estas secciones va precedida de unos versos representativos y de una breve cronología del período: Prehistoria poética: Santander, 1922-1944. Valencia-Santander, 1944-1952. 3-Madrid, 1952-1963: de 'Quinta del 42' a 'Cuanto sé de mí'. '1964-1991: Libro de las alucinaciones y Agenda'. 1991-2002: Cuaderno de Nueva York. El poeta laureado: premios y distinciones. Y el epílogo centrado en el poema 'Vida'.

El filólogo Juan José Lanz profesor e investigador de la poesía española del siglo XX, destaca del contenido de la muestra las primeras ediciones de todos los libros de poemas de Hierro y la presentación de una amplia muestra de su obra gráfica, acompañada de un extenso recorrido fotográfico por su biografía». También revistas en las que aparecieron los textos del poeta, carteles, diplomas, documentos de sus conferencias, premios y objetos personales curiosos, como sus pinceles, una pajarita y el birrete de su nombramiento como Doctor honoris causa.

Algunos elementos tienen especial relieve por ser la primera vez que se muestran: numerosos manuscritos autógrafos de poemas del autor; un cuaderno manuscrito que conserva un Diario escrito en la cárcel entre 1941 y 1942, inédito; el mecanoscrito completo de 'Con las piedras, con el viento… (1950)'; el pasaporte de José Hierro en el que se encuentra copiado a mano el poema 'El pasaporte', de 'Libro de las alucinaciones' (1964) y algunos guiones de los programas radiofónicos que dirigió en RNE. Entre las piezas más desconocidas lucen varios textos inéditos: «Una copia completa de la novela 'La vida es el fin' (anterior a 1954), una copia del manuscrito de la novela 'Sábado, Domingo, Lunes' (1952) –y el contrato de edición con la Editorial Castalia–, manuscritos de algunas obras teatrales ('La anunciación de la Virgen María: guion para un auto sacramental', 'El héroe: drama en tres actos dividido en dos cuadros', 'El informe') y un fragmento del mecanoscrito de la novela 'Los paganos', que ha de datar de la segunda mitad de los años cuarenta».

Desde hoy viernes, día 21, la Biblioteca Nacional de España acoge la exposición 'Cuánto sé de mí. José Hierro en su centenario (1922-2022)'. Comisariada por el profesor de la UPV, Juan José Lanz, se trata de uno de los principales actos previstos en nuestro país para conmemorar los cien años del nacimiento de uno de los más importantes poetas españoles de la segunda mitad del siglo XX, José Hierro, santanderino por infancia, adolescencia, primera juventud, primeros versos, primeros libros. Este verano tuve la fortuna de coincidir con Juan José Lanz en el curso que la UIMP dedicó al autor de 'Agenda'. Allí hablamos de las dificultades que ha tenido que superar para poder llevarla a término la exposición. En el transcurso de la conversación surgió naturalmente la muestra que en diciembre de 2004 el Museo de Bellas Artes de Santander inauguró en el Mercado del Este. Aquella exposición, 'José Hierro (1922-2002). La Torre de los sueños', se mantuvo abierta con éxito de público hasta finales de febrero de 2005.

La muestra se inauguró acompañada de un imponente catálogo de más de 600 páginas en el que se recogían los artículos y testimonios de 23 autores (Umbral, Paca Aguirre, Julio Neira, Oliván, Salcines, Manuel Arce...), una antología poética comentada por 29 poetas y críticos (Jordi Doce, Jorge Riechmann, Eduardo Moga, González Iglesias, Alberto Iglesias, Julia Uceda, Almudena Guzmán...), una biografía fotográfica del poeta de más de cien páginas, una selección de su obra plástica reproducida a todo color, otra selección también a todo color de obras de artistas amigos que Hierro guardaba en su colección personal, y, finalmente, casi cien páginas que recogían una síntesis cronológica del poeta (Margarita Hierro y González Fuentes), un estudio de su trayectoria bibliográfica (Alcorta y Fombellida) y una exhaustiva bibliografía (Severiana Delgado).

Han pasado casi veinte años de aquella exposición y de la edición de aquel catálogo que, a mi juicio (y desde una sincera honestidad intelectual), lograron un hito en el conocimiento y estudio de la vida y obra de José Hierro. El propio Juan José Lanz me aseguró que su exposición en la Biblioteca Nacional será más modesta y que el catálogo correspondiente no tiene ni la ambición ni la entidad de 'José Hierro. La Torre de los Sueños'. Salvador Carretero y yo comisariamos la exposición santanderina y somos los editores literarios de aquel catálogo que tan solo hace unas semanas Lanz calificó de «impresionante».

Sin embargo, tengo la certeza de que a esta publicación (con sus errores y vacíos) nunca se le ha dado la importancia que debería tener dentro del «planeta Hierro». Aquí la recuerdo y reivindico.

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