Siete mordeduras de arte joven

El artífice de esta convocatoria arriesgada en torno a artistas que buscan su lugar en el mundo es Jesús Alberto Pérez Castaños. A su condición de artista y su ya veterana labor de comisariado de propuestas de artes plásticas suma su inquieta curiosidad, conocimiento y búsqueda constante. En este caso, convoca a estos creadores jóvenes cántabros que exhibirán en el Centro de Torrelavega las diferentes tendencias estéticas que confluyen desde innovadoras propuestas visuales de entramado plástico experimental, audaz y enérgico en unos casos y, en otros, con una profunda reflexión sobre la realidad de la imagen en entornos poco habituales.

Escenarios desafiantes, cercanos a la reivindicación creadora de lo original y distinto, donde la fotografía, la pintura, el collage y el grafitti constituyen una alternativa de singular identidad expresiva. «Una narratividad vivaz, inquietante y dinámica que critica los estereotipos sociales y culturales del dominante panorama cultural».

A juicio de Pérez Castaños, son artistas que desarrollan «una consumada técnica estilística plena de vanguardia, capaz de referenciar con agudeza las contradicciones de vivir en un mundo desigual e injusto, donde lo social constituye un modo de vida revulsivo con las imperantes ideologías económico-consumistas». Por ello -justifica Pérez Castaños-, la presencia en este proyecto de artistas «cuya marca de singularidad estética prevalece como una señal significativa de compromiso para exaltar el rigor conceptual de lo artístico unido a la voluntad renovadora más arriesgada y sensible».

Su trabajo pictórico ha discurrido desde el exceso narrativo de graffity y la escritura visual del espray. Su reconocible firma caracteriza multitud de paredes y espacios urbanos como fondo de una ciudad ausente de sus propias contradicciones sociales. En esta cita encuadra «obras vertiginosas y coloristas con inequívoca vocación de provocar impresiones de estimulante visualidad», en las que personajes de apariencia alienante convocan las miradas para establecer sugestivas referencias psicológicas de ilustrativa configuración icónica. Collages de inusual expresividad y plural estructura síginica».

Es un fotógrafo de enfoques escenográficos que «nos hacen penetrar en un mundo de sensorialidad equívoca y a la vez reflexiva». Refiere imágenes de una geografía humana simbólica y misteriosa, que visibiliza registros inquietantes en entornos aún más desconcertantes por su proximidad cotidiana; calles nocturnas, interiores habitados por mujeres y hombres estáticos, dotados de una condición casi textural, «sugiriendo estremecedoras historias de sombría belleza, hablando de desamparo, soledades y exclusión emocional». Fotografías elaboradas con premeditación teatral y puesta en escena de estética cinematográfica del cine negro. Propuestas de imágenes confeccionadas «para hacernos penetrar en un clima subjetivo de desolación e intriga». Con referentes estéticos como los de Lorca di Corcia o Gregory Crewdson.

Un raro artista caracterizado por el dominio técnico de la pintura y una hábil capacidad por elaborar los cuadros con la precisión de sus sobresalientes recursos en el dibujo. Pinturas que logran «atmósferas de distopías futuristas, espacios deudores del tenebrismo de Caravaggio donde escorzos humanos resaltan su anatomía de sombras y claroscuros modelados a la manera clásicas o renacentistas, pero argumentados en un entorno inmerso en claves solo descifrables para iniciados en una alquimia interpretativa de antigua sabiduría llena de símbolos y metáforas arquitectónicas». El aprecio de este artista por la calidad de la obra final junto a la extraña representación de figuras en lugares imprecisos, «aportan a sus trabajos el carácter de representación soñada e irreal».

Es el nombre de guerra, «el seudónimo de un fotógrafo jovencísimo que se arriesga para obtener aquellas imágenes que pocos pueden obtener, porque para ello se necesita coraje y pasión por vulnerar todos los obstáculos y cerraduras que ocultan las mejores y vertiginosas vistas urbanas de todas las megalópolis del mundo». Sus imágenes poseen «la triunfal belleza de lo imposible, de la valiente ansiedad del cazador de trofeos únicos. Fotos tan espléndidas que sobrecogen y emocionan». En ellas aparecen de manera referencial la figura humana de un escalador de edificios, un héroe de las alturas capaz de iluminar con su cámara un instante especial destinado a visionar como los dioses, las luces de los rascacielos, algunos de ellos de varios centenares de metros, que flotan entre nubes y neblinas cenitales. Estos escenarios oníricos, parecen extraídos de películas de ciencia ficción que nos hablasen de mundos insólitos obtenidos como frutos de una extrema radicalidad visual.

Otro grafitero oculto bajo el sobrenombre de un aviador mítico de la primera guerra mundial. Sorprendente artista de revolucionarias convicciones pictóricas, «capaz de obtener resultados de plasticidad asombrosa de convencionales cuadros abandonados en basureros y que por su irónica intervención plástica cobran una nueva expresividad que nos habla del reciclaje ideológico y el consumo destructivo». Muchas de sus obras soportan técnicas mixtas e incorporaciones de gran complejidad, dando como resultado intensos campos de color llenos de informaciones nómadas procedentes de múltiples asuntos culturales, musicales y gráficos. La escritura y su gestualidad, en ocasiones tormentosas, «prodiga trazos ágiles como meteoros de espray sobre sus lienzos, irrumpiendo sobre derramados de pinturas compactas y conformando brillantes paisajes de deslumbrantes impulsos estéticos».

Fotógrafo de la proximidad poética, del detalle cercano y natural, que analiza con su cámara para establecer diálogos veraces de su humilde excepcionalidad. Sus fotos en blanco y negro abren caminos para los ojos de sensibilidad escrutadora. Es el paisaje y su construcción de recinto armonioso lo que atrae el objetivo de su cámara: «Troncos de árboles esquilmados por el paso del tiempo y la intemperie, la soledad de las gotas de lluvia invernales sobre un cristal tras el que apenas se vislumbra otros rostros y fachadas de casas, la humedad feraz de la hiedra que repta sobre el bosque para alcanzar ese roce de luz tamizada que surge desde lo alto».

La barroca energía y talento de este pintor desarrolla un trabajo vigoroso e imaginativo. Su interés por las nuevas consideraciones gráficas de la ilustración contemporánea, «nos indica su pasión por acercarse a un sol que expande vida por medio del color y la acumulación de formas orgánicas, viscerales, espléndidas en su composición de breves relatos donde la cultura es un medio para indicar direcciones pictóricas del futuro». La estética de los estados alterados de conciencia, el cómic y el furor del dibujo incontrolado, hacen de las obras de este pintor «una resplandeciente vivencia de irrealidad y fantasía desbordante, un lenguaje plástico de fascinación y color que provoca contemplaciones decorativas de irresistible potencia».