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Reflejar en una imagen el sentido y sensibilidad un siglo se antoja imposible. Probablemente en la retina de muchos las guerras tengan su peso inevitable. Para otros lo icónico y lo mítico estarán representados por personajes cuya influencia mediática global les convierta también en esenciales. ... En la mirada de la memoria la llegada del hombre a la luna puede ser un recurso obligado.
Sin duda, la fotografía en su evolución ha perseguido la velocidad de las cosas, los lenguajes y los vaivenes de miseria y grandeza, de progreso incesante y de horrores casi atávicos a la hora de forjar los testimonios, acontecimientos e interpretaciones visuales de una centuria. Pero en ese álbum ocupa un lugar de honor el retrato, referencia fundamental en el estudio de la fotografía y en su significado en lo social y en lo cotidiano. Desde el próximo mes de junio, el Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, acogerá una muestra colectiva vertebrada por el retrato que reunirá a una gran parte de la nómina más importante de la historia de la fotografía. Hasta finales de agosto, en lo que se postula como una de las citas expositivas más atractivas del verano -junto al programa en los espacios portuarios y la Feria Artesantander-, se exhibirán 37 fotografías vintage la mayor parte de las cuales tiene su origen en la Colección privada de Elizabeth Margot.
La propuesta está encauzada y comisariada por Anne Morin, fundadora de diChroma photography, empresa de gestión cultural que se dedica a la producción de exposiciones de fotografía nacionales e internacionales.
Anne Morin, a propósito de esta selección que podrá verse en Santander apunta que con el retrato fotográfico, el siglo XIX inauguró «la era democrática de la autorrepresentación. Hasta entonces, el retrato pintado había estado reservado a una élite aristocrática».
La fotografía, «ese espejo que recuerda», en palabras de Robert de Montesquiou, democratizó el género del retrato y lo hizo accesible a un sector más amplio de la sociedad. La exposición, bajo el epígrafe 'Rostros del siglo XX', explorará el género del retrato y sus diversos matices a través de grandes nombres de la fotografía como Man Ray, Mike Disfarmer, Diane Arbus, Edward Steichen, Arnold Newman Lartigue y William Klein, entre otros.
El retrato es múltiple y plural y llega a interpretarse de distintas maneras: «Escenificación, el parecido íntimo, lo que fue el gran concepto del fotógrafo francés, Felix Nadar, clasificación social o incluso juegos de identidad», sostiene Morin.
Los grandes creadores de la historia de la fotografía conversan sobre «esta noción crucial y nos invitan a ir al encuentro de estos rostros, conocidos o desconocidos, que reflejan cada uno a su manera un poco de nosotros y mucho de la Historia de la Humanidad».
La muestra puede considerarse, además de su aportación única por el recorrido de creadores y puntos de vista que concentra, un complemento a la celebrada el pasado verano en las Naves de Gamazo, organizada por Enaire y la Fundación 'la Caixa' sobre el retrato en el arte contemporáneo. 'Mírame' también puso el foco en la fotografía, aunque se incluyeron creaciones de pintura, escultura, vídeo e instalación. Una confluencia de conceptos como verdad, apariencia y representación, así como también memoria y ficción. Los cánones normativos del género del retrato, las convenciones para alcanzar verosimilitud, la máscara, lo anónimo y la representación de la identidad se sucedieron en la muestra.
Anne Morin fue la responsable el pasado año de 'Al descubierto. Obras seleccionadas de The Howard Greenberg Gallery' que aglutinó en la Fundación Canal 111 obras de algunos de los principales fotógrafos del siglo XX que comparten una característica común: son imágenes que pocas veces -o ninguna- se habían mostrado al gran público. Un recorrido por la historia de la fotografía que contó con obras de Berenice Abbott, Manuel Álvarez Bravo, Walker Evans, Robert Frank, Eugène Atget, Elliott Erwitt o Helmut Newton, Vivian Maier o Man Ray. Un viaje en el tiempo desde 1900 hasta principios del siglo XXI.
Morin, al frente de diChroma photography desde 2004, fue directora artística de Madridfoto, responsable de Exposiciones Itinerantes de La Fábrica y ejerció como asistente de Dirección de la Casa de Velázquez. Entre sus producciones actuales están las dedicadas a Ruth Orkin, en Turín; la de Sandro Miller, Malkovich-Homage to Photographic Masters en la National Gallery, de Sofía, Bulgaria; y hasta finales de mes Lartigue, 'El cazador de instantes felices' en la Fundación Canal, de Madrid.
Todo recorrido por la historia del retrato fotográfico conlleva la conciencia de que se trata de un género complejo y fundamental tanto para el propio desarrollo de la fotografía como para la evolución del arte a lo largo del siglo XX.
En el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo ya se planteó un reciente debate sobre el retrato y cómo se van superando los modelos funcionales que habían predominado en su práctica desde la aparición de la fotografía, para dejar paso a múltiples vías que exploran la representación del hombre y su imagen.
«Desde el desarrollo de una fotografía documental cada vez más atenta a testimoniar la presencia del otro, de los olvidados o de los personajes anónimos, a la experimentación y la búsqueda formal que inician movimientos como el constructivismo y el surrealismo o corrientes fotográficas como la Nueva Visión y la Nueva Objetividad».
La muestra de este verano prolonga, por otra parte, el vínculo del CDIS, bajo la dirección de Manuela Alonso Laza, con la UIMP. El pasado año bajo el epígrafe 'Santander en su mirada' ambas entidades expusieron una muestra de reivindicación de Gerardo Vielba (1921-1992), uno de los más importantes renovadores de la fotografía en España, que tuvo a la ciudad, sus paisajes, sus gentes y sus costumbres, como objetivo de su cámara. Desde los años cuarenta pasó sus veranos en la capital cántabra, algo que continuará por motivos familiares con su esposa e hijas hasta entrados los años 70.
Actualmente y hasta el 18 de junio el Centro de Documentación de la Imagen de Santander expone 'Siluetas de luz', de la fotógrafa Mariana Yampolsky (Chicago, 1925). Comisariada por María Millán, recoge fotografías tomadas y reveladas en blanco y negro, lo cual no significa que Yampolsky no trabajara el color de sus instantáneas, sino que «los negros poseen mucha información; Mariana editaba sus fotos no dejando los negros planos».
«Las luces que dejaba entrever en sus imágenes son el fruto de sus años de trabajo como grabadora, «de ahí que todos los personajes en sus instantáneas tengan la luz suficiente para que los reconozcamos». La artista fue además grabadora, curadora, coleccionista y editora y toda su labor se enfocó en el resguardo y visibilidad de las tradiciones mexicanas que permiten hoy «voltear la mirada hacia la condición humana, el alma y la importancia de lo cotidiano».
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