Los significados de la memoria
'Quietud y vértigo' ·
La artista valenciana Carmen Calvo, que rescata e interviene antiguas fotografías de álbumes familiares para dotarlas de una segunda vida, se suma mañana a PHotoEspaña SantanderSecciones
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'Quietud y vértigo' ·
La artista valenciana Carmen Calvo, que rescata e interviene antiguas fotografías de álbumes familiares para dotarlas de una segunda vida, se suma mañana a PHotoEspaña SantanderLo suyo es la subversión del 'pop-art', las máscaras y la memoria. Es una de las creadoras más singulares del arte español contemporáneo con una gramática propia, un lenguaje reconocible y una constante investigación desde el arte y su indagación en la persona. Hace casi un cuarto de siglo expuso en el proyecto Robayera de Miengo de la mano de Juan Manuel Puente y ahora vuelve como artista consagrada y referente del arte español dentro del Festival expositivo PHotoEspaña Santander 2020.
Bajo el epígrafe 'Quietud y vértigo' la serie que ya ha formado parte de otros espacios nacionales se presenta en Cantabria desde mañana. Carmen Calvo rescata antiguas fotografías de álbumes familiares encontradas en mercadillos -fundamentalmente de 1940 a 1970- para descontextualizarlas y dotarlas de nuevos significados. Imágenes sacadas del olvido que tienen una segunda vida y se cargan de otros sentidos con la intervención de la artista sobre ellas.
La artista valenciana, Premio Nacional, es una de las artistas más reconocidas de nuestro tiempo y que goza de un importante prestigio internacional. En su trayectoria ha edificado con su obra un mundo «complejo, misterioso, no exento de humor e ironía», en el que el feminismo, la crítica social, moral y religiosa se entrelazan; en el que la interrogación sobre las formas de comportamiento y de relación entre los seres humanos es una constante.
'Quietud y vértigo' se centra en sus creaciones en las que utiliza de forma más notoria la fotografía. Una serie de más de cuarenta trabajos que apelan a imágenes anónimas antiguas, fundamentalmente de los años 1940 a 1970, a las que somete a «una operación de desarraigo, de descontextualización, que choca y sorprende».
Su trabajo fusiona técnicas y utiliza materiales diversos. Trabaja con pintura, objetos, cajas, instalaciones, dibujos, collages y fotografía intervenida. Pero además lo hace no sólo manipulándolas, interviniendo con pintura de colores, arañándolas, añadiendo objetos, muñecos, crucifijos, textos, máscaras antigás, antifaces..., sino igualmente ampliándolas de tamaño.
Esas imágenes renacen a una nueva vida, de tal modo que se produce en ellas «un temblor, que desvela nuevos significados. La quietud, el silencio, el olvido de esas pequeñas imágenes de la memoria familiar perdida, ahora rescatadas», se convierten en manos de la artista en «sorpresa y vértigo, tal es la presencia y dimensión cognitiva que cobran en sus manos». Calvo (Valencia, 1950) reúne y convoca a esos personajes anónimos en obras de títulos poéticos que, recuperados de la memoria, retornan a nuestros días para hablarnos de temas que permanecen eternos y desafían al tiempo. «Si las fotografías detienen el tiempo, yo trato de llevarlas al presente», ha subrayado en ocasiones.
«Si hay una artista española que haya trabajado a fondo la fotografía de una manera absolutamente personal ha sido Carmen Calvo», en opinión de Oliva María Rubio, comisaria de la muestra que se incluye en PHotoEspaña.
A Carmen Calvo «le gusta poner el dedo en la llaga, enfrentarnos con nuestros fantasmas, con las represiones que nos coartan y amputan nuestra libertad, no dejándonos ver más allá de nosotros mismos». La familia, la religión, la guerra, la infancia, la maternidad, la memoria, las relaciones madre-hija... son temas recurrentes en estos trabajos.
'Quietud y vértigo', título que da nombre a la exposición, está sacado de un verso de Arthur Rimbaud, poeta reivindicado por los surrealistas, territorio cómplice para la artista.
De su trabajo se ha subrayado que «se asemeja al de un arqueólogo que con esmero selecciona objetos encontrados», pero a estos, entre la memoria y la poesía plástica, la artista imprime, una querencia y un objetivo de búsqueda: «Nunca he hecho concesión alguna; si no me emociono yo quién lo va a hacer, si no existe la emoción no puedes continuar».
La época elegida por la artista supone «un tiempo muy representativo de la historia de nuestro país. Representa a la dictadura donde la religión y las costumbres cobran un peso muy especial. Incluye los finales de los sesenta cuando comienzan los primeros movimientos en favor de la liberación de la mujer».
Y los personajes de las imágenes suelen tener sus ojos o sus bocas tapadas. «Estamos acostumbrados a mirar pero no a ver. Calvo nos invita a otorgar una segunda mirada a las cosas y profundizar en ellas», señala la comisaria.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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