«La situación es complicada, pero esta profesión da mucho más de lo que exige»

-¿Qué tal el viaje? Habrán venido en coche...

-Afortunadamente no caigo en el delirio de tantos actores que aplican el método Stanislavski y viajo solo en mi coche. Aunque seguramente sería buena idea alquilar las plazas y viajar acompañado para ir calentando. Sería inspirador (risas).

-Diversión, intriga, sorpresas, algo de miedo... ¿Cómo es el montaje que presentan este fin de semana en Cantabria?

-La base es una situación en la que cuatro personas desconocidas emprenden un viaje juntas. Poco a poco van contando sus historias y los motivos de su viaje. Todos llegan y sobreviven al trayecto. Puntos suspensivos.

-¿De suspense o de miedo?

-Hay momentos en los que los personajes pasan mucho miedo, sobre todo ellos.

-Humor y miedo. Una mezcla explosiva.

-Es una comedia que tiene sus dosis de adrenalina. El propio autor de la obra dice que tiene esencia de 'thriller'.

-La trama es una parodia del mundo y la sociedad actuales... ¿Por qué? ¿Qué aspectos parodia y qué críticas esconde?

-Me haces unas preguntas muy difíciles (risas). Podría ser una parodia de un clásicos, del viaje de 'La Odisea', por ejemplo. Podría decirse que la nuestra es 'La Odisea' del siglo XXI. La obra retrata la necesidad de movimiento, de fugarse, y también de continuar el viaje independientemente de todos los condicionantes. La única vía del ser humano para avanzar es caminar.

-El humor es uno de los ejes fundamentales de la obra. ¿Por qué, cómo está planteado?

-El humor llega en los momentos de máxima tensión, y también hay muchos momentos divertido y chistes sueltos que van cayendo cada tanto. Son textos humorísticos que representan actitudes un poco forzadas para que la gente se ría. Hay que inyectarle dopamina al personal. La gente que viene al teatro quiere pasárselo bien durante un rato y reírse. Yo no salgo de mi casa si no voy a un sitio donde me vaya a reír.

-¿Cómo se plantea el desarrollo de la trama

-Somos dos parejas, cada uno de su padre y de su madre, pero después, a medida que avanza el viaje vamos descubriendo que en realidad y pese a todo lo que ocurre somos bastante parecidos.

-¿Y a nivel escénico?

-Se van a encontrar algo así como la presentación de un coche en un salón de exposiciones. El coche está vivo y es un personaje más: se mueve, se desmonta, se parte por la mitad... Eso nos ofrece mucho juego para plantear diferentes escenas dentro y fuera del vehículo. Ahora el coche es el que manda.

-¿El que manda?

-Sí, porque al principio teníamos unos fondos de carreteras que se perdían en el horizonte, pero tienen algo hipnótico y la gente miraba más eso que la obra. Un día no nos funcionó el proyector y descubrimos que la gente atendía mucho más a lo que ocurría en el escenario, que la obra funcionaba mucho mejor (risas).

-De todo se aprende, ¿no?

-Como dijo no sé qué arquitecto, «menos es más». Y encima nos ahorramos el proyector. Un día terminaremos haciendo la función con cuatro sillas.

-La pandemia ha afectado mucho al mundo de la escena, ¿cómo ha sido ese impacto en su caso y en el de esta función?

-Para todo el mundo de la cultura, en especial a los músicos y los conciertos, esta situación es un golpe importante. Cómo músico se nos han caído todos los bolos. En cuanto a la obra, hemos estado dos meses ensayando con mascarilla, y cuando fuimos a empezar las representaciones muchas de ellas se fueron cayendo. Durante mucho tiempo hemos estado actuando una vez al mes. Eso es desastroso, entre otras cosas porque te la tienes que volver a estudiar para cada función. Afortunadamente esta profesión da mucho más de lo que le entregas.

-¿En especial en el teatro?

-Está muy dicho pero es una verdad absoluta: el teatro es un maestro. Es algo que te mantiene las neuronas funcionando, la presión sanguínea en su sitio y que te obliga a estar en forma.

-¿Por qué cree que se debería cuidar más la cultura en general y el teatro en particular?

-Hay que cuidarlas, claro. Las artes escénicas han sido necesarias para la sociedad desde los griegos. En general hay que cuidar a todos los gremios, desde los taxistas hasta los restauradores, al ocio nocturno, a los compositores... El covid nos ha golpeado y nos ha dejado paralizados a todos.

-El teatro sigue vivo...

-Si dentro de este panorama tan complicado podemos acudir a un sitio donde vamos a estar quietos, en el que vamos a mantener las distancias, lugares que son espacios ventilados y en los que se usa la mascarilla en todo momento... Si hay sitios así, en el que podemos pasar un rato agradable, bienvenidos sean.