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javier guillenea
Domingo, 22 de julio 2018, 11:36
Nerea Lorón eligió el nombre de La Furia cuando hace ocho años decidió subirse a un escenario para cantar sus letras combativas. Esta mujer es una de las máximas exponentes del rap feminista, «una herramienta» con la que pretende transformar la sociedad y acabar con ... el heteropatriarcado. «Lo que queremos es que no haya poder, pero para eso los hombres tenéis que soltarlo», dice.
– En su canción 'Niñas oscuras' dice: 'Me llaman furia, me llamo zorra, somos las lobas'. ¿Es un grito de guerra?
– Es una declaración de intenciones. Se nos obliga a ocultarnos o a no vivir porque parece que las mujeres no tenemos derecho a enfadarnos, cuando tenemos bastantes motivos.
– Pero eso de zorra...
– Es una forma de apropiarme del estigma 'puta', porque cuanto más libres somos las mujeres más veces nos llaman zorras. Es la manera de hacer mío el insulto y levantarme desde ahí.
– ¿El rap es un arma?
– Para mí el rap es una herramienta que me posibilita decir lo que quiero en un espacio en el que se me oye y ocupar un lugar que me pertenece, aunque he tenido que pelear para ello. Es mi pequeño grano de arena para la transformación social a través del feminismo.
– ¿El rap es machista?
– Es una manera de recitar rimando. No hay un tipo de música machista, hay machismo en la música como lo hay en toda la sociedad.
– ¿El rap feminista es solo para mujeres?
– Para mujeres y para hombres valientes.
– Oh, vaya.
– El rap feminista es rap. Las raperas estamos muy cansadas de que a lo que hacemos lo llamen rap femenino. Al rap masculino no lo llaman masculino porque es lo que se considera rap y nosotras somos siempre una subcategoría, igual que lo somos en la literatura, el cine y el deporte.
– ¿Qué muros quiere derribar con el rap feminista?
– Si le digo la verdad, haciendo las canciones nunca pienso en el muro que quiero derribar. Yo escribo desde mis verdades, mis dolores y desde mi necesidad de gritar no para que alguien me oiga sino para liberar algo que me está supurando por algún lado. Para mí es importante hacer eso desde mí y para mí, y es algo mágico cuando trasciende y le llega a otra gente. Eso es lo potente de la música y el arte, que cuando hago algo que me sirve, de repente sirve a otras.
– ¿Ha escrito alguna vez canciones románticas?
– He escrito una canción que está en el primer disco y luego algunas otras letras no sé si románticas o con contenido un poco más sexual que no las he hecho canción. Algunas cosas que escribo me las quedo para mí.
– ¿No está en contra del romanticismo?
– Nunca estoy en contra del romanticismo, lo que me da mucho miedo es el amor romántico tal y como lo entendemos porque acaba dañando a las mujeres.El amor romántico está lleno de trampas para perpetuar un sistema que a las mujeres no solo nos daña sino que nos mata. No estoy en contra del amor, todo lo contrario, es lo que debería mover el mundo.
– En las fiestas de este verano es muy posible que haya abusos a mujeres. ¿No da la impresión de que es inevitable?
– Me niego a pensar eso. Es algo que el propio sistema quiere que la población piense para aborregarnos pero yo jamás voy a hacerlo. Hay muchas maneras de luchar, para ello debemos trabajar en todos los ámbitos, hay que cambiar leyes, estar en política, en instituciones, en la calle... hay que estar en todos los estratos de la sociedad y en todos los lugares.
– Yo no soy machista, os entiendo. ¿Cuántas veces ha oído eso?
– Demasiadas. Es que no necesito oír que alguien no es machista, necesito verlo. Hay muchos hombres que no quieren ser machistas pero lo son, y se lo miran para cambiar. Es decisión de las mujeres que están alrededor entrar o no en ese proceso, que suele ser bastante pesado y al final recibes cierto rechazo porque igual te estás pasando de feminista y bastante está haciendo él. Ahí está la decisión de cada una.
– ¿Qué decisión?
– La de no relacionarse con hombres o abrir la puerta y hacer ese curro con alguno, porque curro hay que hacer siempre.
– ¿Con todos?
– Con casi todos, hasta con el mejor.
– Santo cielo.
– No pasa nada.
– Pero es que las mujeres nos quieren quitar el poder.
– Lo que queremos es que no haya poder, pero para eso los hombres tenéis que soltarlo y eso no debe molar. Yo lo entiendo.
– ¿Es verdad que le gusta la copla?
– Muchísimo, me encanta. Para oír copla yo me pongo a Piquer, a Lola Flores y a señoras antiguas.
– ¿Y Rocío Jurado?
– También. Cuando ella pisa un escenario pisa la vida y eso me parece un referente de empoderamiento feminista.
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