![Retrato del autor de 'El hereje', Miguel Delibes. Abajo, uno de los documentos que integran la muestra bibliográfica que se inaugurará el martes en Valladolid.](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/10/12/delibes_portada_desktop-kL8F-U210411288530mlG-1200x952@Diario%20Montanes.jpg)
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La conmemoración del cuarto de siglo de la publicación de ´El hereje` de Miguel Delibes (1920-2010), que apareció el 29 de septiembre de 1998, nos da pie a adentrarnos en diferentes cuestiones en torno a una novela que no ha perdido su vigencia desde entonces, por la sencilla razón de que trata temas universales como son la libertad de conciencia y la tolerancia. Enlaza así con otros títulos y autores de perenne trascendencia, enraizados en el erasmismo y su herencia de pacifismo, humanismo y compromiso cristiano.
La última novela de Delibes ha sido la que más éxito ha tenido y, para muchos, su mejor obra, con la que culminaba medio siglo de creación literaria. En los tres primeros días en el mercado, la que habría de ser su última novela (que no último libro: aún publicaría ´Miguel Delibes-Josep Vergés. Correspondencia (1948-1986)`; la recopilación ´1936-1950: Muerte y resurrección de la novela`; y, con su hijo Miguel, ´La tierra herida`) vendió nada menos que cien mil ejemplares; al mes, había duplicado la cifra. En noviembre de 1998 había alcanzado ya la sexta edición. Tal éxito fue vivido por Delibes desde una tesitura personal crítica, con el desánimo de quien padecía, a su avanzada edad, un grave problema de salud. No obstante, su hijo Germán recuerda la satisfacción con el que se acabó refiriendo a la novela: «Él estaba bastante orgulloso de haber sido capaz de escribir El hereje. A mí me decía: «Germán, ¿sabes lo que más me ha gustado? Pensar que todavía a los ochenta años he tenido capacidad para escribir una novela con no sé cuántos personajes, de mantenerles en pie». Fue un reto y consideró que lo había superado». El éxito esencial de ´El hereje` es la lección de profundidad literaria que encontramos en estas quinientas páginas que mezclan con extraordinaria habilidad sucesos y personajes históricos con otros ficticios. Una obra polifónica, con una tensión progresiva que culmina en el magistral último libro, «El auto de fe». La identificación de las preocupaciones del inventado protagonista, Cipriano Salcedo, con su anciano creador, y la raigambre cervantina de sus inquietudes críticas sobre su propia existencia, están hoy en día creo que fuera de toda duda.
´El hereje` es el único de los títulos de Delibes que lleva en propiedad la marca de «novela histórica», puesto que se desarrolla en el siglo XVI, entre 1517 y 1559. Sabido es que el escritor quiso alejarse de tal categoría, seguramente por dejar volar la ficción sobre la investigación histórica, pero se manejó entre artículos, monografías y documentos sobre aquellos años, inspirado al principio por la ´Historia de los heterodoxos españoles` de Menéndez Pelayo (que al final, por cierto, ha acabado siendo otro «hereje» de nuestras letras). Pero la bibliografía que consultó para escribir la novela, con ser valiosa y fundacional, resultaría hoy escasa, habida cuenta del creciente interés, y no sólo en el ámbito académico, por la heterodoxia, la Inquisición o la «devotio moderna»; así se ve por ejemplo en títulos como ´Martín Lutero. Perspectivas desde el s. XXI` (2018), ´Herejes luteranas en Valladolid` (de Esteban y González, 2020) o el coloquio internacional ´Herejes` celebrado en la Universidad de Zaragoza (2022).
Miguel Delibes
Editorial: Primera edición. Ediciones Destino, 1998.
Páginas: 448.
Precio: 6 euros.
Existe un evidente interés por las «desviaciones» de la ortodoxia y sus consecuencias. La primera mitad del siglo XVI estuvo marcada por las tensiones entre diferentes impulsos, en un mun'do cambiante, crisol de culturas y tradiciones, en plena expansión con el descubrimiento de América y el brillante desarrollo del Renacimiento. A las extraordinarias circunstancias políticas, que se concitaron en el reinado e imperio de Carlos V, se unió un desarrollo artístico, filosófico, religioso y literario fomentado por un intercambio de ideas al que en buena medida el tribunal de la Inquisición y el Concilio de Trento contribuyeron a frenar a partir de mediados de siglo. Los documentos y creaciones de esas primeras décadas del siglo, no obstante, nos siguen informando de una época vital para la configuración del ser humano moderno, que entonces se asomaba al vértigo de la cultura y la lectura con la extensión de un invento revolucionario: la imprenta.
Anónimo, escuela española. Árbol genealógico de la Orden Dominica Gloria de la familia Guzmán, siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 210 x 156 cm. FUNDACIÓN CAJA CANTABRIA
Escuela flamenca. Virgen orante, primera mitad XVI. Óleo sobre tabla. 29x20 cm. MUSEO DE VALLADOLID
Lucas Cranach el Viejo. Martín Lutero como monje agustino. 1520. Grabado sobre papel. 16,5 x 12 cm © MUSEO LÁZARO GALDIANO. Núm. Inv. 10941.
Anónimo, escuela española. Árbol genealógico de la Orden Dominica Gloria de la familia Guzmán, siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 210 x 156 cm. FUNDACIÓN CAJA CANTABRIA
Escuela flamenca. Virgen orante, primera mitad XVI. Óleo sobre tabla. 29x20 cm. MUSEO DE VALLADOLID
Lucas Cranach el Viejo. Martín Lutero como monje agustino. 1520. Grabado sobre papel. 16,5 x 12 cm. © MUSEO LÁZARO GALDIANO. Núm. Inv. 10941.
Anónimo, escuela española. Árbol genealógico de la Orden Dominica Gloria de la familia Guzmán, siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 210 x 156 cm. FUNDACIÓN CAJA CANTABRIA
Escuela flamenca. Virgen orante, primera mitad XVI. Óleo sobre tabla. 29x20 cm. MUSEO DE VALLADOLID
Lucas Cranach el Viejo. Martín Lutero como monje agustino. 1520. Grabado sobre papel. 16,5 x 12 cm. © MUSEO LÁZARO GALDIANO. Núm. Inv. 10941.
Spaansche Inquisitie, hacia 1640. En Pieter C. Hooft, Nederlandsche Historien, 1703. Grabado calcográfico, 32x37,5cm.
FUNDACIÓN EUGENIO FONTANEDA
Anónimo, escuela española. Árbol genealógico de la Orden Dominica Gloria de la familia Guzmán, siglo XVII. Óleo sobre lienzo. 210 x 156 cm. FUNDACIÓN CAJA CANTABRIA
Escuela flamenca. Virgen orante, primera mitad XVI. Óleo sobre tabla. 29x20 cm. MUSEO DE VALLADOLID
Lucas Cranach el Viejo. Martín Lutero como monje agustino. 1520. Grabado sobre papel. 16,5 x 12 cm. © MUSEO LÁZARO GALDIANO. Núm. Inv. 10941.
Spaansche Inquisitie, hacia 1640. En Pieter C. Hooft, Nederlandsche Historien, 1703. Grabado calcográfico, 32x37,5 cm.
FUNDACIÓN EUGENIO FONTANEDA
La literatura de la primera mitad del siglo XVI está marcada por dos obras fundamentales, subversivas y críticas: ´La Celestina` del converso Fernando de Rojas y el anónimo (aunque atribuido a cortesanos como el erasmista Alfonso de Valdés) ´Lazarillo de Tormes`. No pueden negarse ni el componente judeoconverso en el desarrollo del erasmismo en España ni la huella hebraica y musulmana en nuestra literatura ni la penetración de las doctrinas reformistas ni la extensión de la cultura a través de bibliotecas cada vez más y mejor nutridas. La Inquisición no sólo prohibió libros, sino que impuso una ortodoxia que quedó prácticamente establecida en el Concilio de Trento y por supuesto en el ´Índice` del inquisidor Valdés. En medio de la persecución, en medio del terror del poder ante la libertad de lecturas y ante la duda disidente, un judío converso real, Francisco de Peñaranda, ocultó en su casa de Barcarrota (Badajoz) sus obras heréticas (entre ellas, la Lingua de Erasmo y un ejemplar de una edición hasta entonces desconocida del Lazarillo); el emparedamiento de su biblioteca revela el valor que concedió a sus libros y evitó su quema en la hoguera de la intolerancia.
Me pregunto cómo no reavivar en nuestro tiempo la lectura de ´El hereje` desde la perspectiva de la libertad de conciencia y la tolerancia. Es una novela pesimista: el protagonista toma decisiones tan coherentes como fatales. Cipriano Salcedo es ficticio, no histórico: así era preciso, sin duda, para la identificación entre el escritor y su personaje, que es simplemente un hombre que, junto a su éxito empresarial, tiene dudas e inquietudes que le llevan a buscar respuestas no en el rito religioso ni en los sacramentos litúrgicos ni en el dogma, sino en otras propuestas de su época. La lectura en lengua romance como conocimiento y apertura a un pensamiento distinto; el poder religioso abocado a perder su canónica interpretación de las Sagradas Escrituras. No olvidemos que ´El hereje` inquiere al lector de sensibilidad cristiana y le invita a la meditación.
Los problemas ético-religiosos que atenazaron a Delibes y a su trasunto en la ficción, Salcedo, no son ni mucho menos desdeñables: el escritor logra trasladar al lector atento problemas como la justificación por la fe, la individualidad frente a la fraternidad o las dudas acerca del rito. ´El hereje` es una obra sobre la duda solitaria, el silencio de Dios y la búsqueda de la verdad a través de la expansión de la cultura. El «discurso de la tolerancia» frente al «discurso del odio» que tanto se estila hoy en día y que sirve para determinar lo asquerosamente «políticamente correcto» impuesto por tantos defensores de la supuesta ortodoxia que hoy tanto abundan. Una última lección, absolutamente vigente y sin imposturas, de un maestro de nuestras letras.
Guillermo Balbona
¿Qué escribe?, '¿a dónde vamos?', '¿cómo somos?' y '¿qué pensamos?, ¿en qué creemos?'. Los interrogantes presiden los cinco ámbitos temáticos que estructuran la muestra 'El fuego de la conciencia. El hereje, de Delibes', que acogerá desde el próximo martes, día 17, las Cortes de Castilla y León de Valladolid. El alegato a favor de la libertad de conciencia, el viaje a la Europa de Lutero que realiza el protagonista de la novela, Cipriano Salcedo, el Valladolid de 'El hereje'... A los 25 años de asomar al mundo la novela del Premio Cervantes, la muestra que se exhibirá hasta febrero de 2024 retrata una época vital que supuso la expansión del pensamiento a través de los libros y que ayudó a configurar el ser humano moderno. El historiador, profesor y escritor santanderino Mario Crespo es el comisario de este proyecto configurado a través de una recopilación de alrededor de 150 piezas aportadas por cuarenta museos e instituciones.
Entre ellas, el Museo del Prado, El Museo Nacional de Escultura, el Museo Arqueológico o el Museo Lázaro Galdiano, lo que permtie aglutinar pinturas, documentos, libros, esculturas, mapas, tapices, obras de artes decorativas, obras artísticas y objetos de la vida cotidiana de la época. La iniciativa, aunque ha tenido precedentes, se ha concebido, no obstante, como una «magna exposición bibliográfica sobre la novela y la época en que se ambienta, la primera mitad del siglo XVI», organizada por las fundaciones Castilla y León y Miguel Delibes, con la colaboración del Ayuntamiento de Valladolid y la Junta de Castilla y León y el patrocinio principal de Unicaja Banco. Entre las entidades colaboradoras hay cuatro cántabras: la Biblioteca de Menéndez Pelayo, la Fundación Caja Cantabria, el Museo Diocesano Regina Coeli y el Museo de la Tortura-Inquisición de Santillana del Mar.
Un catálogo recoge las fichas de todas las piezas y dieciséis textos. Entre los autores están los profesores y escritores Javier Burrieza Sánchez, Germán Delibes de Castro, Epicteto Díaz Navarro, Teófanes Egido, José Luis Gonzalo Sánchez-Molero, Gonzalo Santonja y Juan Soto Ivars, además de los académicos Félix de Azúa, que escribe sobre 'Heterodoxia y literatura. La Biblia del Oso de Casiodoro de Reina', y el santanderino Álvaro Pombo, que aporta un capítulo de gran carga autobiográfica titulado 'El hereje de Delibes, como guía espiritual'.
La exposición 'El viaje de los libros prohibidos', celebrada hace casi una década, se organizó con un discurso paralelo a las cuatro partes del libro, en un «extraordinario homenaje a la novela y un valioso acercamiento a su época». Inevitablemente, la actual exposición comparte autores, lecturas, piezas y claves. El planteamiento cambia en lo temático. Las fuentes principales que utilizó el autor para ambientarla y la repercusión que tuvo centran el arranque. ¿A dónde vamos?' y '¿Cómo somos?' acercan al visitante a los viajes y las rutas, la sociedad, las instituciones y su documentación, la economía y la medicina. El último es el más intenso, por contenido y presentación, «desde la luminosa extensión cultural de la imprenta hasta, por contraste, el 'auto de fe' que pone a prueba la integridad de los personajes, su libertad, su fe y, por supuesto, su vida». Mención destacada merecen en esta última parte la obra de Erasmo de Rotterdam y Lutero, así como la labor de la Inquisición en la censura y la prohibición de libros.
En definitiva, la exposición pretende destacar la importancia de 'El hereje' como «defensa de la libertad de conciencia, el conocimiento y la lectura», junto con una serie de claves históricas «cuya vigencia se mantiene en el fondo más viva que nunca», según apunta el comisario de la muestra.
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Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
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