Una visión de la cultura en la voz de sus mujeres protagonistas

De siglos silenciadas a reclamo político en fechas señaladas, las creadoras cántabras hacen de la unidad una fortaleza, frente a sectores precarizados que evolucionan lentamente, con la calidad como carta de presentación.

Apasionada del material con el que trabaja, Manuela Alonso pilota el Centro de Documentación de la Imagen de Santander, (CDIS), en un ámbito en el que «aunque trabajan mayoritariamente mujeres, esa no es una condición que generé per sé, más posibilidades». Una mayor divulgación de la función y contenidos, es para ella una asignatura pendiente para estos modelos.

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-Somos la única institución que se dedica exclusivamente a fotografía histórica, aunque otras gestionen patrimonio fotográfico entre sus fondos. Lo que es innegable para los distintos modelos es que se necesitarían mayores recursos humanos, técnicos y económicos.

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

-En fotografía histórica es más difícil llevar a cabo proyectos de mujeres fotógrafas porque falta investigación sobre ellas. Aunque siempre intentamos que en la programación haya la mayor variedad posible, a veces resulta imposible.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-El futuro de Cantabria debería concretarse más. Hay otros centros que podrían ser ejemplos de buena gestión documental, como el Archivo Lafuente, que ha realizado una labor muy importante en el ámbito fotográfico.

-No hay división entre la aventura personal y profesional que Virginia Tamés emprendió al abrir las puertas de la Librería Taiga en Torrelavega, con la meta de fomentar la lectura a todos los públicos.

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-El sector editorial vive actualmente una pequeña tregua, con cierta estabilidad e incluso índices de crecimiento. Entre las pocas cosas positivas que dejó la pandemia estivo un cambio de tendencia que reforzó los lazos entre lector y librero. Nació un movimiento de solidaridad con la librería tradicional que perdura a fecha de hoy.

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

-Independientemente de la autoría masculina o femenina, los proyectos de librería siempre llevarán el signo distintivo que le quiera imprimir su creador. Se está dando mucha visibilidad a acciones emprendidas por mujeres, pero la visibilidad no siempre va de la mano con la calidad o el compromiso. Creo mucho más en el alma que en el género de una librera o librero.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-Cantabria cuenta en la actualidad con referentes en todas las disciplinas y su proyección cultural debe estar por encima de ideologías, dejando las puertas abiertas por igual a todos cuantos quieran aportar su espíritu creativo. A la hora de buscar ejemplos, mencionaría la Librería Gil, cuyo equipo es un modelo para cualquier librería.

Para Beatriz Palenzuela, la cultura es un organismo vivo que construimos entre todas y todos y precisa de atención, cuidados, referencias, tiempo, memoria y de transformación. En su caso, a través de la danza.

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-Es un sector que necesita altas dosis de vitaminas, minerales y mucha estrategia. Se requiere de un entramado de colaboraciones valientes además de competentes y desafortunadamente nuestro sector sufre muchos desatinos en cuanto a las inexistentes políticas culturales. Esto hace que no tengamos una continuidad en muchos de los proyectos y programas que se desarrollan en tiempos muy escasos y con recursos insuficientes, creando una fatiga de las personas que nos dedicamos al sector en sus diferentes entramados. La formula la tenemos que encontrar y lo que esta claro es que no podemos profundizar en los pasos dados y en los siguientes si no adquirimos una mirada periférica. Se necesita más reflexión y consolidación de un pensamiento crítico que es lo que redefine un sector competente. La visibilidad que hoy cuenta, no es sólo la presencia mediática. Es directamente institucional.

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

-Más bien siento que aún tenemos mucho camino que recorrer. Esto me plantea que somos una sociedad diversa y rica, que está en nuestras responsabilidad como colectivo respetarnos y perpetuar nuestras fortalezas o fuerzas, sintiendo nuestras fragilidades, dándonos de la mano de nuestra vulnerabilidad y asumiendo que hemos hecho mucho camino y el que queda puede ser siempre el mejor.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-Me gustaría pensar que sí, pero me da pena pensar que no afiancemos nuestra evolución y que fracasemos en el intento de no asumir nuestras torpezas para seguir avanzando en el respeto, en la admiración y la equidad. Soy fan de las personas que tienen por bandera la visión de un mundo digno para todas y todos y que nos empoderemos como seres humanos para potenciar nuestra realidad. Un mundo que vive desde nuestras pieles, un mundo que tenemos que vivir encarnando nuestras responsabilidad compartida y respeto como una forma de alegría que nos contagia y nos alimenta. Sentirnos comunidad desde la unidad y generar un ambiente abierto y cálido de confianza respeto y equilibrio.

El último proyecto de Sara Fortuna es el documental 'Nana'. La creadora cree que es importante crear espacios de visibilización a las mujeres, minoritarias en cine y televisión, para así crear referentes en las nuevas generaciones.

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-El sector audiovisual en Cantabria, late poco a poco con energía por parte de sus creadoras. Amantes del cine y la televisión, que eligieron este difícil camino como forma de vida. Un mundo que crece y nos invade, pero que todavía sujetamos con débiles palillos de madera para sacar adelante nuestros proyectos. Luchando contra los grandes, siempre: mejores, más fuertes, más competitivos… y nosotras mirando desde abajo, sin perder la esperanza y pensando en el día en el que nuestros proyectos se iluminarán fuertemente y saldrán adelante, y que no sea tarde.

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

- Es duro pensar en que los proyectos que hago son más mediáticos porque los realiza o dirige una mujer, en este caso, yo. Me lleva a un lugar en el que no quiero estar. Las mujeres tenemos otra forma de mirar. Yo en particular y sobre todo, en los proyectos de Ilumina Films, nunca pienso en esa dirección. Son ideas que salen de un trabajo meditado, compartido... Tal vez al dirigirlo desde mi perspectiva, lo hace diferente pero no diferenciador. Creo importante dar lugar a las mujeres, minoritarias en el cine y la televisión históricamente, abriendo puertas y visibilizándonos en medios de comunicación. Contando nuestras historias para, tal vez, ser referentes, mujeres, para las nuevas generaciones que vienen.Y que sean más libres y más seguras para crear.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-Las mujeres, creadoras, del sector de la cultura debemos armarnos de fuerza siempre para sacar nuestros proyectos adelante, da igual la condición. Lo tenemos más difícil. Cantabria valora a sus mujeres, pero debemos seguir creciendo, unidas y luchar. Me encantaría ver más lugares con nombres de mujeres, conocer sus historias, anónimas o no, que marcaron nuestra vida. Que cuando quieran contar con mujeres, sea porque conocen nuestros trabajos y nos valoran como profesionales y capaces. Que sepan quiénes somos, nuestros nombres, nuestra experiencia. Esa es la igualdad real.

En plena gira de presentación de su trilogía sobre la memoria, Nieves Álvarez recuerda su investigación sobre 48 premios de poesía en cien años, en los que el 80% de los premios fueron para varones. Un ejemplo sintomático.

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-Seguimos siendo minusvaloradas respecto a nuestros compañeros varones. Parece que hacemos las cosas por pasar el rato. Se van consiguiendo logros a base de luchar, pero normas como la Ley de Mecenazgo no se ponen en marcha como se hace en otros países. El arte debe reflejar la sociedad en la que se mueve

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

-Cuando hemos empezado a levantar un poco la cabeza, sale quien dice: Ya están otra vez las mujeres, pero estamos aquí para hacerlo juntos y de paso, cumplir la Ley de Paridad Efectiva que no se cumple para nada. Incentivar sí, llamar solo a mujeres a hacer cosas, quizá. No quiero que me regalen nada por el hecho de ser mujer, pero tampoco que me lo arrebaten. Miremos en las oposiciones cuántos nombres de mujeres aparecen como referencia; si sale Teresa de Jesús, ya nos podemos dar con un canto en los dientes. Estoy a favor del equilibrio, pero también de que se potencie el talento de las mujeres, de la mitad de la población. Como poeta y artista estoy haciendo lo que tengo que hacer; luchar por el arte, la cultura y la educación.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-Ha habido diferentes épocas, un tanto irregulares y dependientes de la Dirección General que estuviera en cada etapa, y, en este momento, no sabemos qué va a pasar; aún no hay suficiente experiencia con el nuevo Gobierno para las mujeres que queremos seguir haciendo arte en esta región, pero que no solo nos llamen los días señalados; las mujeres en el arte existimos todo el año.

Es «el cuento de nunca acabar; das diez pasos adelante y nueve para atrás, seas hombre o mujer», dice Patricia Cercas, actriz, administradora de La Machina y vicepresidenta de Acepae, que lamenta cómo un modo de trabajar casi artesanal se está perdiendo.

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-La pandemia puso todo patas arriba e hizo que salieran a flote muchos problemas latentes, camuflados en. Ahora estamos ya en pleno cambio. El sector de las artes escénicas está evolucionando; los circuitos, las programaciones, la manera de trabajar. Las propias compañías se transforman en productoras, que van cambiando en función de los proyectos. La Machina tiene 36 años. Un modelo difícil de imitar. El concepto artesanal y de trabajo como el nuestro se va perdiendo porque es muy difícil de mantener.

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

-Se ha politizado tanto la autoría femenina que quieren hacerle perder su sentido. Así, tienes que dar explicaciones si te dan valor o si no, si te cogen o no. Está perdiendo su valor.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-Algunos proyectos se quedan en el camino y en conjunto no se contempla de forma adecuada el papel de las artistas y creadoras, aunque estén cogiendo peso como directoras, con lo que están creando unos referentes que yo por ejemplo no tuve. En las artes escénicas, las mujeres están haciendo todo tipo de trabajos que antes no hacían, porque el mundo se está desarrollando así, de forma normal, no porque alguien esté ayudando a ello. La brecha salarial supera en Cantabria el 20 % y trasladada a la cultura es escalofriante.

La directora de la Orquesta Sinfónica del Cantábrico ostenta la peculiaridad de ser una de las tres mujeres en Cantabria que desarrollan este papel en un sector donde los profesionales gozan de una «preparación excepcional».

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-Soy optimista. A la vista de los datos, el sector puede mejorar con creces. Necesitamos una políticas culturales que protejan al artista no solo como un producto que genere dinero, sino como un agente potenciador de la creatividad, la curiosidad, la empatía...Y por supuesto, que tanto a nivel público como privado, se invierta en cultura a todos los niveles. Cada año salen de los conservatorios miles de músicos titulados de todas las especialidades, con una preparación excepcional … que se encuentran con un mercado laboral cuanto menos complicado. Pero, si se mira desde el punto de vista de festivales, número de conciertos, espectáculos que se hacen a lo largo del año, podríamos decir que, el sector de la música clásica vive un buen momento.

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

-Creo que en los últimos tiempos se han cuestionado muchas cosas del sistema en el que vivimos; hemos podido observar que a la mujer durante mucho tiempo se la ha obviado del mundo profesional, no se la tenía en cuenta, o pasaba más desapercibida. Así pues, como toda acción tiene su reacción, estamos viviendo un momento de explosión, en el que se promueve y se pone en valor la autoría femenina. En cuanto a si es positivo o negativo: hay que mirar con ojo crítico esta mediatización de lo 'femenino' porque se puede caer en el paternalismo de «es una mujer, pero también lo puede hacer» o «lo hace a pesar de ser mujer». A veces resulta ridículo tener que explicar que aunque seas una mujer lo puedes hacer, pero también creo que gracias a esta mediatización se generan y se visibilizan referencias para otras mujeres, jóvenes y niñas.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-Me consta que se han hecho esfuerzos por crear espacios para mujeres creadoras. Creo que hay que continuar por este camino, pero, de nuevo sin caer en lo paternalista o en lo anecdótico. Lo ideal es que 'simplemente' se tenga en cuenta a todas las personas que nos dedicamos a la cultura y revisar concienzudamente antes de presentar una programación, el que estemos representados todos los colectivos posibles. Tengo la suerte de contar con un equipo muy potente, con el que trabajo día a día para que la orquesta salga adelante, con nuestro propio modelo de gestión, contando con la idiosincrasia propia de Cantabria, que es única con respecto a otras comunidades

Voz autorizada dentro del arte, al frente de la Sala Robayera, divulgadora veterana, Marta Mantecón considera que las «alianzas con otras trabajadoras del arte han sido fundamentales» para que «las violencias machistas» condicionen lo menos posible, una lucha diaria.

-¿Qué radiografía hace del sector cultural en el que desarrolla su labor?

-Se trata de un sector que cuenta con trabajadores excepcionales, pero sumamente frágil, precario e inconsistente. Las relaciones con las instituciones a veces me recuerdan un poco al sistema feudal. Los tiempos, los espacios y los presupuestos no son los adecuados. Tampoco las formas de medir el éxito. La cultura necesita un respaldo mucho más firme que posibilite trabajar con más respeto y dignidad

-¿Siente que se mediatizan los proyectos de autoría femenina?

-Creo que poner la etiqueta de 'femenino' a todo lo que hacemos las mujeres es un error. Marzo es el mes en que las instituciones tratan de ponerse con los deberes de género, pero las personas trabajamos todo el año y además lo hacemos en ámbitos muy diversos.

-¿La proyección a medio plazo de Cantabria cuenta con las mujeres de forma adecuada?

-En Cantabria vivimos un espejismo de igualdad. Cuando hay mujeres que adquieren cierta visibilidad en algún campo, se tiende a creer que son la mayoría, pero las cuentas, se mire por donde se mire, no salen.

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