Nuevas formulaciones de la emoción amorosa
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Poesía ·
Después de casi diez años sin publicar poemas, Álvaro García presenta 'Cuando habla el gato' una obra de tono confesional y complicidad lectoraUn extenso poema ―práctica muy querida por el autor― de más de cuatrocientos versos abre el nuevo libro de Álvaro García (Málaga, 1965), Cuando habla del gato ―en gato silencioso que actúa como contrapunto del discurso, del soliloquio: «Y sí: entre el gato y yo, / su herencia de equilibrio», escribe Álvaro García― después de casi diez años sin publicar un nuevo libro de poemas, ocupado en los últimos años en la escritura de novelas como El tenista argentino (2018), Discurso de boda (2020) y Elenco (2022). Estamos, y es ya una característica de su poética, frente a una poesía de pensamiento que se inscribe en un discurso en el que se simultanean tiempos y acciones, que fluyen a través de imágenes atípicas, abstractas en no pocas ocasiones, propias de quien se construye una realidad sin el amparo de los lugares comunes.
Así, esta realidad ―«Debe haber todavía / un modo de acudir, ser nadie mismo / sin la fragilidad de lo real o el éxtasis social»― se reinterpreta desde unos parámetros novedosos que, por una parte, resultan desconcertantes pero, por otro, abren las puertas de la mente a ... un horizonte de posibilidades inquietante: «Me he unificado en la camisa blanca / como nos igualamos en la blancura universal amante», escribe, por ejemplo, en ese primer y extendido poema que conforma la primera parte del volumen, titulada «Avenida», pero este necesario reseteo mental encontramos intercalado en la larga tirada de versos un tono confesional que no rehúye la complicidad lectora, pues roza el tono conversacional, pero sin hacer concesiones a lo previsible: «Lo recordaba Pablo. Y Pablo y todos, / el gesto un instrumento huido del idioma, / mientras mi vida era de papel en un charco / o de piel de naranja o de ruinas al sol». El amor es el hilo con el que se cosen estas reflexiones, porque el amor huye de las definiciones que intentan codificarlo, el amor es pura intuición, porque, va más allá del pensamiento, de la lógica: «Amor brota más rápido que toda idea de amor».
Autor Álvaro García
Editorial Pre-textos, 2023
Páginas 62
Precio 15 euros
«La única mañana» ―«La de Ana»―, es el titulo de la segunda sección, y está integrada por poemas en los que se canta a amor, a los amantes ―«Era como asomarse al vértigo / de querer revivir contigo / tiempo en que no nos conocíamos»―, como en el primer poema, compuesto por una versión personal de tercetos encadenados con rima consonante, que se rompe en un cuarteto final. Las formas tradicionales, renovadas estróficamente con ritmos y rimas más novedosas no siempre afortunadas se imponen en esta sección ―en la tercera serán los sonetos los protagonistas―. Son formas tradicionales que sirven a un decir actualísimo que busca ser fiel a la realidad que contempla el poeta, y generalmente cumplen la función encomendada, aunque a nuestro parecer, no escasean las ocasiones en las que la forma impone ciertas servidumbres al contenido y, por ser fiel a la métrica, el lenguaje, la palabra violenta su significado, algo, probablemente voluntario, porque el poeta elige crear enigma por medio de cierto hermetismo, en el que abundan elipsis, anáforas, juegos sonoros, como en los poma «El eco» o «Soy», el que el verso «y no solo eso» se repite al final de cada estrofa.
La última sección, «Psicofonías» ―creemos que, de las dos acepciones que para el término ofrece la RAE, la más adecuada es esta: «Sonido atribuido a algún espíritu del más allá»― comienza con un poema que delimita el «espacio mental» en el que se produce el fenómeno, el cual se materializa como un «aroma / [que] se impone ente tú y yo como un relieve / que no se puede ver», pero sí, oír, al parecer. Ante este sonido que ni se oye, ni se ve solo cabe tomar conciencia de la identidad, ser presencia tangible porque «el latido tan claro en lo que veo ―escribe el autor― / tiene solo razón en lo que ocultas». El libro finaliza con un elogio del ahora ―«Sin más, amar este momento»― y al amor, que eleva por encima de los amantes para convertirse en una fuerza que arrastra al destino.
Sabíamos ya, por las últimas entregas poéticas, del gusto de Álvaro García por la innovación técnica, por dar otra vuelta de tuerca a los patrones estróficos tradicionales y en este libro pone en práctica, quizá de manera más acentuada ese afán por juguetear con los significados, con los ritmos habituales. La métrica se ajusta, en su caso, a esa engañosa claridad que sugieren los versos. Es un propósito muy loable, por supuesto, desembarazarse de las fórmulas trilladas, pero, a mi juicio, pese al deslumbramiento que producen, entre otros, los muchos hallazgos imaginativos o la audacia en el uso de las figuras retóricas, el propósito se ve mermado por la arbitrariedad de un dominio sobre la palabra que, al final, se convierte, en otra forma de esclavitud.
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