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Clara Usón, esta semana en Madrid, en un acto de promoción de su nuevo libro. Iván Giménez
Clara Usón, la frivolidad del mal

Clara Usón, la frivolidad del mal

En su regreso, la narradora barcelonesa, Premio Nacional de la Crítica, novela en 'Las fieras' los años del plomo, la entraña de la violencia y a la sanguinaria terrorista La Tigresa

Guillermo Balbona

Santander

Viernes, 24 de mayo 2024, 07:26

« Esto es lo que me contaron. Una tarde de septiembre del año 1985 un hombre fue tiroteado en el umbral de su casa, en una ciudad de Bizkaia. Su hijo, de diez años de edad, también resultó herido y murió en el hospital dos días después, sin haber recuperado el conocimiento. La mujer del difunto, y madre del niño, los encontró al regresar del supermercado; el hombre caído de bruces sobre un charco de sangre en el zaguán, frente a la puerta de entrada; a pocos metros el niño, tendido de espaldas». Sin resquicios ni filtros ni tiempos muertos. De forma directa, desnuda, Clara Usón suelta las palabras a la intemperie para que el fogonazo mute en crónica, el testimonio oral quede negro sobre blanco entre el recuerdo de unos, la reconstrucción de otros, la memoria colectiva de todos. Idoia López Riaño, conocida como La Tigresa, fue una de las más sanguinarias terroristas de ETA y la que más atrajo la atención de los medios.

Las fieras

Las fieras
  • Autora: Clara Usón.

  • Editorial: Seix Barral. Colección Biblioteca Breve.

  • Páginas: 376.

  • Precio: 21.90 euros.

Su historia, «repleta de claroscuros, transcurre en paralelo a la de Miren, una adolescente que busca su lugar en el Euskadi de los años de plomo y que se esfuerza por parecer normal en una familia que no lo es, con un padre al que teme, un policía de la vieja escuela metido en la chapuza miserable de los GAL». Sobre este contrapunto y con afán de equilibrista, entre dos historias insertadas en la radiografía de una época convulsa, surge 'Las fieras', una novela que discurre con ETA y los GAL al fondo, vertebrada por un crimen sin resolver y con la violencia como envoltura, epidermis y barómetro de la frontera entre la vida y la muerte. «Me pone los pelos de punta el lema 'Patria o muerte», quien está dispuesto a morir por la patria suele estarlo a matar por ella. Eso hizo Idoia. ¿Qué sé de ella?», escribe Clara Usón, Premio Nacional de la Crítica por 'La hija del Este', en una de las reflexiones e interrogantes que salpican su narración.

Lo real y la ficción, la colisión de «verdades», casi tantas como voces, subyacen entrelazadas en el libro. Una inmersión desde lo documental que se convierte en retrato, en disección entre interrogantes y en reflejo riguroso de una época. El ambiente, la atmósfera de esos años 80 donde hierve el mal, donde cualquier detalle o situación, por muy nimia que pareciera, se convierte en un volcán. Idoia López Riaño, La Tigresa, a quien se imputaron veintitrés asesinatos y Miren, ese personaje ficticio, son los extremos de este esfuerzo por explorar un retrato global a través de versiones, muchas veces contradictorias, más referencias a registros judiciales y actas policiales... 'Las fieras' (Seix Barral), aunque pese lo mediático y las huellas recientes de la historia española, no es ajena a la trayectoria literaria de Usón. La escritora barcelonesa (1961), que ahora novela los años de plomo del terrorismo, ya se adentró narrativamente en sus particulares y personales años salvajes y confesó sus tentaciones de suicidio, su ligazón con la droga, el odio hacia su madre como diana de sus males aunque fuera quien le salvó la vida.

Antes de la pandemia veía la luz 'El asesino tímido': «Es la primera vez que hablo de mí misma, de mi obsesión por el suicidio, y que lo hago en primera persona, pero eso no quiere decir que sea autobiografía», dijo. Usón, traductora de textos jurídicos, se dio a conocer con 'Noches de San Juan', ganadora del Premio Femenino Lumen a finales de los noventa. Publicó luego 'Primer vuelo' (2001), 'El viaje de las palabras' (2005) y 'Perseguidoras' (2007). Destaca 'Corazón de napalm', Premio Biblioteca Breve, y el citado 'La hija del Este'. La narradora, que considera necesario dar a conocer a las nuevas generaciones las huellas de la historia, considera «incomprensible que alguien pueda decidir matar a una persona por unas ideas». Entre voces, reflexiones y retratos pueden leerse apuntes sobre el pasado como: «Y esto es lo que me cuesta concebir, que una muchacha de apenas veinte años, de clase trabajadora, hija de inmigrantes, se adhiriera con tal entusiasmo a una causa que hubiera debido resultarle ajena, la del nacionalismo vasco». Usón, ya lo ha dicho, rechaza la novela «de tesis», las comparaciones, las valoraciones frívolas. En el tiempo se han sucedido los libros políticos, los reportajes periodísticos, las investigaciones, los retratos documentados, pero lo que dota de peculiaridad a la voz de Usón es su invitación a ir más allá del dato, a recoger los signos, señales y latidos de ese periodo. Un libro que está dedicado a 'los que dudan', primera y lúcida decisión, supone toda una invitación a mantener la mente abierta para seguir haciendo preguntas y zarandear las incertidumbres en esa exploración interminable de la condición humana.

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