Secciones
Servicios
Destacamos
Regresa Hilario Barrero (Toledo, 1944) a la poesía después de la publicación de su obra reunida bajo el título 'Tiempo y deseo. 1971-2021' en la editorial Libros del Aire en 2022 y lo hace con 'Tarja', palabra que remite al corte que se hace como señal y que aquí posee un sentido simbólico que la sucesión de los versos pronto desvelará, de hecho, el primer poema del libro se titula así y describe cómo el poeta, entonces niño, percibió la primera señal de la muerte, es hendidura que se graba en la vida desde el momento en el que nacemos: «Ese verano descubrí la muerte en la sombra de un pájaro». El tono melancólico predomina en las tres secciones del libro, una melancolía que fluctúa entre el triunfo del amor –«El amor cuando abrasa es destrucción», escribe–― en el derrotero de la vida y la sombra de la muerte que enturbia la existencia, un argumento, como se sabe, muy habitual en la poesía española ya desde el pensamiento cristiano medieval, que tiene en Jorge Manrique, si permutamos el amor por la fama, a su más conspicuo representante y cuyos versos no resulta improbable que hayan influido en estos de Barrero: «¿Quién ha de recordar, cuando las flores mueran, / a la estatua de duda y mármol frío….?».
Los recuerdos de una infancia en la que la que ya se manifestaban los primeros brotes de la diferencia con respecto a sus amigos, a pesar de compartir la enseñanza católica, son el eje sobre los que giran varias de estas reflexiones convertidas en poemas. ... Así, en el poema titulado 'Pan y quesito', estos versos hacen hincapié en ese aspecto: «y recuerda que el día de su primera comunión los zapatos/ eran dos perros que mordían el sexto mandamiento». Los primeros impulsos sexuales son sometidos por los rigores doctrinales, de tal forma que echando la vista atrás, le hacen plantearse qué tipo de infancia vivió. Por lo que parece, fue una infancia en blanco y negro, propia de la época y más aún en una ciudad levítica, llena de curas y militares, como Toledo. En un giro tanto temporal como espacial
Titulo: Tarja
Autor. Hilario Barrero
Editorial: Renacimiento.
Precio: 11,90 euros
Barrero nos traslada a Nueva York, ciudad a la que arribó en 1978: «Llegaron en el 78 / pensando que Manhattan era terreno firme: / un paraíso abierto con ángeles desnudos, / demonios a la mina donde la claridad quemaba», pero no tardó en aparecer la peste del sida y con él la desconfianza, el miedo y ya nada volvió a ser como antes. A esto hubo que añadir muchos años después la pandemia del covid –«La nueva enfermedad llegó, pero no sin previo aviso», escribió Henri Cole–. La sociedad tomó otro rumbo, sin duda mucho más sombrío y como no podía ser de otra forma, estas circunstancias adversas van haciendo mella en el ánimo del poeta, cuya poesía se va haciendo más desesperanzada.
La segunda parte del libro, 'Del deterioro', es un breve diario amoroso en forma lírica. Recorre las fases que van desde el nacimiento del amor hasta su confirmación: «Fue un milagro que te quedaras para siempre» es el último verso de esta serie, pero en medio la nostalgia por el tiempo ido ―–«¿De qué nos sirve ahora que ya es tarde / el haber mantenido cerradas las puertas de la noche, / amar sin respirar, oyendo a las ovejas llegar al matadero, / si no pudimos detener el tiempo?»–―y un sentido trágico de la existencia enturbia el presente: «Ahora somos dos sombras / que tropiezan con muebles y recuerdos / esperando que llegue la ambulancia / que se lleve a uno de los dos / y que vuelva la noche».
El libro finaliza con la sección titulada 'Muescas', que parecen hacer referencia a las dolencias que hacen acto de presencia de forma más acusada con el paso de los años: «De joven encontraste un dolor / y desde entonces vives con él. // ahora de viejo aciertas / la imborrable contraseña de la muerte. // Cuando llega la noche y estás solo te preguntas: / ¿quién llena el hueco que deja un dolor en el pecho?». 'Tarja', como escribe García Martín en el prólogo, «compendia[n] una vida, una época, un saber sobre el mundo», una vida gobernada por el amor, que por sí solo es ya motivo más que suficiente para sentirse agradecido. Si a esto añadimos que su otra pasión, la escritura, diversificada en poemas, en diarios y en traducciones, también le ha brindado motivos de alegría, está claro quién ha ganado la partida: Hilario Barreo, y con él, nosotros, sus lectores.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.