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No podemos calificar la bibliografía de Ramón Bascuñana (Alicante, 1963) de otra forma más que como sobresaliente, fundamentalmente dentro del género poético en el que ha publicado más de veinte títulos ― 'Hasta ya no más nunca' (1999), 'Quedan las palabras' (2000), 'Tal vez como si nunca' (2001), 'Los días del tiempo' (2002), 'Liturgia de la profanación' (2002), 'Retrato de poeta con familia al fondo' (2003), 'Ángel de luz caído' (2005), 'Vera Efigies' (2005), 'Las avenidas de la muerte' (2005), 'Impostura' (2006), 'La piel del alma' (2006), 'Donde nunca ya nadie' (2008), 'El gesto del escriba. Antología', (2009), 'El centro de la sombra' (2014), 'Cincuenta por ciento' (2014), 'El humo de los versos' (2016), 'Desnuda luz de la melancolía' (2016), 'Cuaderno de preposiciones' (2017), '6seis6' (2018), 'El dueño del fracaso' (2019), 'Artículos de primera necesidad' (2020) o 'Voz en Over' (2023)- y obtenido numerosos e importantes galardones - entre ellos el Nacional Miguel Hernández (1997), Paco Molla (1998), Esperanza Spinola (2001), Hispanoamericano Juan Ramón Jiménez (2002), Julio Tovar (2003), Mariano Roldán (2004), Flor de Jara (2006), Marina Romero (2006), Juan Bernier (2013), Fernando de Herrera (2014), Ernestina de Champourcin (2015), Ciudad de las Palmas (2015), Poeta Mario López (2017), Gerardo Diego (2018) y el Juan Gil-Albert. XL Premios Literarios Ciutat de València (2023)―, pero también en el narrativo, en el que ha publicado dos libros de relatos y recibido también varios premios.
Título Anotaciones a pie de página. Premio Juan Gilbert
Autor Juan Bascuñana
Editorial Pre-Textos
Precio 10,45 euros
Viendo esta encomiable producción es evidente que nos encontramos ante un letraherido que concibe su vida indisociablemente asociada a la escritura. Sus versos muestran cómo la poesía ha influido en su vida y cómo su vida ha influido en su poesía: «Es terrible. Existo porque ... escribo. / Fuera de mí el mundo se disipa. / No existe nada fuera de mis versos», escribe. La lectura de ciertos autores cercanos tanto espiritualmente y estéticamente, desde Cernuda a Juan Gil Albert o Francisco Brines, sin olvidar a algunos de sus coetáneos levantinos, ha propiciado que Bascuñana sintiera que era posible expresar sus propios sentimientos sin ataduras, ni morales ni retóricas, y el resultado es que, libro tras libro, ha ido elaborando su particular modo de exploración existencial, exploración en la que combina la nostalgia con la celebración, esta, en muchas ocasiones, más que a un espacio vital, referida a la propia creación del poema, porque, como decía Wallace Stevens, el poeta, a la vez que crea una existencia intencional propia en el poema, este se convierte al mismo tiempo en el tema, es decir, «la poesía es siempre el tema, o debería serlo…». Desde esta perspectiva podemos leer 'Anotaciones a pie de página', el libro con el que obtuvo el Premio de Poesía Juan Gil Albert.
La particular disposición en la página de los poemas hace que estos aparezcan como meras anotaciones a los epígrafes –como encabezamientos o primeros versos los podemos leer sin prejuicios–, epígrafes de autores muy variados -compendio de las muy variadas lecturas del autor– que van desde Herta Müller a Ricardo Menéndez Salmón, pasando por Carlos Ann o Albert Einstein. Aunque el libro comienza con un poema que recrea el tópico de la conveniencia de no volver al lugar en el que se ha sido feliz («El retorno al pasado / es una densa triste y escarpada», escribe Bascuñana), pronto describe la función del poeta, que «es un topo horadando la tierra / con túneles secretos. / Su trabajo es un trabajo a ciegas», que intenta, además, definirse, expresar sus conflictos internos: «En mis versos se muestran mis heridas / como si las mostrarse en carne viva. / Las del alma también. / Las que más duelen». La propia poesía se convierte también en motivo de reflexión constante–«la poesía es un lujo / al alcance tan solo / de los que no se rinden / aunque fracasen siempre» o «Suele ser la poesía / peligrosa y voraz / para los que se dejan tentar por sus encantos», por ejemplo–.
En los versos de Bascuñana se transparenta una concepción del oficio de poeta –Pavese es uno de los autores usados como anzuelo en este libro–, no como ser iluminado por los dioses, sino como un ser humano que usa las palabras unas veces para enmascarar su propia identidad, otras para refugiarse del asedio del tiempo –«Sin ninguna razón, / sin motivo aparente / para seguir soñando, / este poema solo certifica / la abulia de los días»– y del fracaso –«Sin embargo, tú sabes / que a pesar de haber escrito todos los poemas / que te correspondían / tu vida es un fracaso»– y de una sociedad incompatible con su manera de ver el mundo: «Cada verso un disparo o una puñalada. / Legítima defensa / contra la realidad que nos acosa». Como vemos, estamos ante una poesía meditativa que tiene al poema como espacio de meditación. El poema, construido con un lenguaje directo, casi conversacional, sin metáforas que maten la metáfora, llega al lector con la precisión de una flecha y da en el blanco, en el corazón de ese lector conquistado por la franqueza y la modestia de sus pretensiones, que se pueden cifrar en la escritura como una necesidad vital y el afán de permanencia del poema por encima del poeta.
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