
Fernando Colomo
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Fernando Colomo
Una veintena de intérpretes locales tendrán oportunidad de formarse con un veterano de la escena cinematográfica durante tres jornadas. Fernando Colomo (Madrid, 1964), creador de ' ... Bajarse al moro' o 'Los años bárbaros', ejercerá de docente en la santanderina Escuela de Cine y Tv Cantabria, en un curso que agotó las plazas en apenas un par de días y donde mantendrá un encuentro abierto con el público el sábado, día 19, (20.00 horas).
–«Yo he disfrutado muchísimo con sus películas», me decía una compañera al saber que íbamos a charlar. ¿Eso es lo que uno espera con su trabajo?
–Hombre, siempre es una alegría. Lo contrario sería terrible. Imagínate que dijeran: anda, las que he aguantado. Yo hago cine pensando siempre en la gente. Pienso en mí como espectador y tengo muy en cuenta a quien va a ver la película. Eso no quiere decir que haga un cine fácil o que quiera gustar a todo el mundo. De los maestros de lo que he aprendido, se preocupaban mucho del espectador. Y es difícil, no es fácil que te preste su atención, porque también es muy voluble. Es parte del arte de una película para mí; poder atraparle y seducirle. Sea en una película, una novela o una música.
–¿Hace el cine que le gusta ver?
–Sí, sí. Soy el primer espectador. Quizá tengo la suerte de hacer un tipo de cine que puede gustar a más gente, frente a otros compañeros que hacen películas que les gusta a ellos y poco más. Es como la ley evolutiva; si tu película no compra la gente entradas para verla, tendrás dificultades para hacer la siguiente y hasta te tienes que retirar, salvo que seas multimillonario.
–¿Entonces no se retira porque no quiere o porque todavía no es multimillonario?
–Por las dos cosas (ríe). Son dos razones importantes.
–Viene a Santander como profesor, a la Escuela de Cine y Televisión¿Cómo es Fernando Colomo en esa faceta?
–La verdad es que la enseñanza es una cosa que me gusta, porque a mí mismo me gusta seguir formándome y me interesa aprender cosas nuevas. Ahora tienes un maestro que es YouTube donde encuentras cantidad de material, como entrevistas a directores clásicos, guionistas… Como profesor intento pasármelo bien, contar parte de mi experiencia, ayudar a la gente. He dado cursos de todo; de guion, de interpretación, de dirección y como también los he recibido, es una especie de cadena que siempre me apetece. Sobre todo cuando ves que hay interés por parte de los alumnos.
–Cuando uno ve las pruebas que hacen los alumnos, ¿el talento se detecta a un primer vistazo?
–Sí, sobre todo en el tema de actores. El actor no solamente necesita una vocación, un querer y que le guste, sino también tiene que tener cierto don para que la cámara le quiera. Algunos son muy trabajadores, pero no consiguen resultados y otros casi sin darse cuenta tienen facilidad para conectar con el público y trasmitir emociones.
–Mencionaba YouTube. Como con los discos hoy en día, ¿uno puede rodar su película en el salón de casa?
–Desde luego es una cosa que ha ido avanzando según lo hacía la tecnología. Antes, hasta que llegabas a rodar, era una cosa costosísima, si querías hacer algo profesional. Necesitabas una cámara de 35 milímetros, muy cara de alquilar, utilizar película fotográfica, que era otra ruina… Hoy te puedes hacer una película con un teléfono y la puedes montar y sonorizar en tu ordenador. Puedes mostrar un trabajo y hacer películas con un precio bastante bajo, siempre que tengas otras capacidades que el director debe reunir, como el poder de persuasión para convencer a la gente de que te deje rodar en sus casas o trabaje gratis, que también es un aprendizaje.
–En esta sociedad en la que todo el mundo posa y actúa en redes sociales, hay muchos más aspirantes a intérpretes
–Muchísimos más, ha crecido de forma exponencial, no te puedes imaginar.
–¿En cantidad o en calidad también?
–De todo. Hay gente preparadísima. Me da pena porque hay actrices y actores que ves que tienen mucho talento y no terminan de salir adelante porque la competencia es brutal.
–¿Competencia mayor dentro del propio sector o con diferentes registros en los que ver cine, como las plataformas y sus propuestas?
–Ahora hay muchísimas formas de mostrar tu trabajo. Antes había un canal de televisión nada más. Sigue siendo difícil porque el público, aunque también crece, no lo hace exponencialmente. Antes una película, aunque fuera mala, se veía bastante y ahora puede estar muy bien y que pase desapercibida. Es fácil llegar a hacer una película y se puede emitir. Durante la pandemia trabajé como actor en una película que se iba poniendo casi al momento en TVE; rodaba una semana y a la siguiente se veía. Es dificil tener una carrera con continuidad.
–Hablando de continuidad, a usted se le ha asociado con el humor. ¿Se siente cómodo y representado en ese ámbito?
–La verdad es que el humor me persigue de alguna forma, la comedia. No era especialmente fan del cine de humor, aunque me gustaban algunos directores que hacían comedia, pero más otros que hacían cine más dramático, más vanguardista. Cada uno tiene una cierta propensión y a mí me persigue la comedia. Intento hacer cosas que tengan un contenido dramático, pero también cómico que resulta más evidente a primera vista.
–¿Nos reímos de cosas muy diferentes a las que lo hacíamos cuando usted empezó?
–Creo que la vida no es solo drama o solo comedia y cada una tiene que tener parte de la otra. Para mí la comedia tiene que ser muy realista. No me gusta el esfuerzo por hacer que la gente se ría y resulte evidente. El humor debe nacer de la ironía, de forma un poco inconsciente y subterránea.
–Restaurar su película 'El caballero del dragón', que tantos quebraderos de cabeza le supuso, ¿es un juego de ironía?
–Sí, ahí realmente lo que quedó un poco raro es que había humor, no una obra de fantasía pura y no se entendió.
–Siempre se menciona a Azcona, Berlanga o Forqué como referentes clásicos, pero, ¿qué nombres actuales añadiría hoy en día?
–Te podría decir Javier Fesser, que tiene un sentido del humor muy personal. Pero hoy en día está saliendo mucha gente muy buena en España, a los que todos conocemos. Y me ha gustado 'La estrella azul', de Javier Macipe, que me ha parecido una película muy sincera, muy verdadera, que creo que, al fin al cabo, es lo que buscamos todos.
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